Probablemente en más de una ocasión notaste que a las papas que compraste comenzaron a salirle brotes o manchas verdes, y puede que hayas decidido cocinarlas de todos modos, o bien, las desechaste. Pero, ¿qué es lo recomendable?
Lo primero que debes saber que el color verde, los brotes y el sabor amargo en las papas indican una presencia alta de toxinas conocidas como glicoalcaloides, como la solanina.
“En pequeñas cantidades, los glicoalcaloides pueden ofrecer beneficios para la salud, incluidas propiedades antibióticas y efectos reductores del azúcar y el colesterol en la sangre. Sin embargo, pueden volverse tóxicos si se consumen en exceso”, expresa un artículo de Healthline revisado por la experta en nutrición Natalie Olsen.
Estos compuestos están presentes naturalmente en todos los tubérculos, pero aumentan considerablemente con la exposición a la luz.
De este modo, cuando las papas se vuelven verdes o le salen brotes, suele haber un aumento considerable solanina , la que sí puede causar problemas.
“Los tubérculos con una alta concentración de solanina tendrán un sabor amargo y pueden ser dañinos si se comen en grandes cantidades. Para estar seguro, es mejor no comer la parte verde de los tubérculos”, explicó el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Los daños de la solanina en el organismo
Desafortunadamente, la solanina es tóxica para los humanos si se consume en grandes cantidades. Entre otras cosas, puede dañar las membranas celulares y afectar negativamente la permeabilidad del intestino.
Así, alguien intoxicado con el compuesto podría presentar irritación intestinal, manifestándose en vómitos, diarrea y dolor de estómago en un caso leve. En los más graves, también puede presentarse presión arterial baja, pulso rápido, fiebre, dolores de cabeza, confusión, somnolencia y aunque no es común, incluso, la muerte.
Pero, ¿cuántas papas verdes o con brotes tendrías que comer para enfermarte? Según una investigación de la Universidad de Nebraska, Lincoln, una persona de 45 kilos tendría que comer alrededor de 450 gramos de una papa verde o con brotes para enfermarse, lo que equivale al peso de una papa grande al horno.
Los expertos enfatizan que a medida que una papa germina o se pone verde, “su contenido de glicoalcaloides comienza a aumentar”, por lo mismo, lo mejor es evitarlas.
En Healthline, también advierten que algunos estudios “sugieren que comer papas germinadas durante el embarazo puede aumentar el riesgo de defectos de nacimiento”.
¿Se puede sólo eliminar las partes verdes y brotes de la papa, o es mejor desecharla?
De acuerdo al artículo respaldado por la experta Natalie Olsen, los glicoalcaloides se concentran especialmente en los ojos, brotes, zonas verdes y cáscara de la papa.
En este sentido, desechar los brotes, ojos, partes verdes y magulladas puede disminuir el riesgo de toxicidad. “Además, pelar y freír puede ayudar a reducir los niveles de glicoalcaloides, aunque hervir, hornear y calentar en el microondas parecen tener poco efecto”, expresó.
“Dicho esto, actualmente no está claro si estas prácticas son suficientes para protegerte de manera adecuada y consistente de la toxicidad de los glicoalcaloides”, advirtieron.
Por lo mismo, el Centro de Control de Envenenamiento de Estados Unidos, recomienda eliminar las papas que hayan brotado o se hayan vuelto verdes.
Cómo evitar que las patatas broten o se pongan verdes
Una buena medida es comprar papas solo cuando tengas previsto utilizarlas y desechar aquellas que tengan irregularidades.
Pero si deseas almacenarlas, procura guardarlas en un lugar fresco, seco y oscuro. Evitar que les llegue luz, puede ayudar a reducir la probabilidad de que broten o se pongan verdes.
Además, también se sugiere dejarlas lejos de las cebollas, ya que aparentemente estas contribuirían a acelerar el proceso de germinación en los tubérculos.