Todos los días las personas consumen una amplia variedad de alimentos que forman parte de la dieta, que aportan diferentes componentes útiles para el correcto funcionamiento del organismo y vitales para mantenerse con vida.
Entre todos ellos, hay ciertos productos que contienen una alta cantidad de probióticos, sustancias que son beneficios para la salud y la flora intestinal.
Según el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de la Universidad de Chile, los probióticos están compuestos por “microorganismos vivos cuya ingesta en cantidades adecuadas y en forma sostenida en el tiempo, es beneficiosa para la salud del ser humano”.
Por su parte, Clínica Mayo asegura que pueden ser alimentos o suplementos que ayudan a mantener y/o mejorar las bacterias buenas del cuerpo, que conviven en el organismo y no causan enfermedades.
En un artículo del medio español La Vanguardia, el Dr. Agustín Molins, especialista en nutrición y dietética, aconseja ingerir probióticos naturales regularmente.
El profesional destaca que “si llevamos una dieta equilibrada y variada, con alimentos de temporada y proximidad, a ser posible de cultivos biológicos, junto con algunos alimentos fermentados, ya deberíamos tener una salud intestinal adecuada”.
En un artículo publicado en la revista especializada Elsevier, la Dra. Eva Gimeno, experta en farmacología, destaca los múltiples beneficios que se obtienen al consumir alimentos ricos en probióticos. Entre ellos está la regulación del tránsito intensional, mejora la digestión de la lactosa, regula el colesterol en la sangre y fortalece el sistema inmunitario.
En este sentido, El Dr. Allan Walker, profesor de nutrición en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, menciona que “probablemente mucha gente ganaría en calidad de vida aumentando su ingesta de probióticos”.
El experto señala que la mayoría de las personas opta por productos procesados que incluyen probióticos. Sin embargo, dejan de lado las fuentes naturales que pueden sumar valiosos nutrientes como vitaminas B y ácidos grasos omega-3.
Alimentos altos en probióticos
Los alimentos de origen naturales con mayor concentración de probióticos son los productos fermentados. A continuación, algunos de los más conocidos.
1.- Kéfir: Es un alimento lácteo similar al yogur, que se obtiene tras la fermentación de levaduras y bacterias. Es popular en Turquía y Rusia. Generalmente, está hecho a partir de leche.
2.- Chucrut: La conocida preparación alemana es una fuente perfecta de probióticos. Además, aporta antioxidantes, hierro, manganeso, fibra y vitaminas B, C y K.
3.- Encurtidos de hortalizas: Generalmente, los encurtidos son ricos en probióticos. Pueden ser pepinillos, coliflor, cebollas baby o zanahorias. Es recomendable tener precaución con el consumo excesivo de encurtidos dado que son altamente ácidos.
4.- Miso: El muso es un condimento originario de Asia, usado comúnmente en la gastronomía de Japón y China para potenciar el sabor de las comidas. Consiste en una pasta aromatizada formada con semillas de soya, sal marina y fermentada con el hongo koji.
5.- Yogur: Sin duda, es una de los productos más conocidos por su alta cantidad de probióticos. Sin embargo, no todos los que comúnmente venden en el supermercado sirven.
En este caso se aconseja consumir yogur natural y sin pasteurizar, siempre teniendo en cuenta que el producto tiene que cumplir con los estándares sanitarias correspondientes.
6.- Queso: Junto al yogur, los quesos son uno de los productos lácticos que más abundan en la dieta de las personas. Dado el proceso de envejecimiento que experimentan, algunos quesos blandos como el gouda, cheddar o mozzarella son una buena fuente de probióticos naturales.
7.- Tempeh: Proveniente de Indonesia, el tempeh es un alimento que se prepara con granos de soya fermentados. Su presentación es similar a un turrón, contiene una alta cantidad de proteínas B12 y es un excelente suplemento de la carne para veganos.
8.- Kimchi: Es un platillo típico de la gastronomía coreana. Consiste en una preparación fermentada de vegetales como la col asiática o el repollo. Generalmente, se acompaña con carne o pescado.