Una distinta Navidad se vivirá este 25 de diciembre. Con pandemia de covid-19, restricciones, mascarillas y distanciamiento físico, será una celebración particular. A eso se suma la crisis económica que ha afectado con fuerza a cientos de chilenos. Se estima que, producto de los problemas sanitarios, la pobreza aumente en el país.
Con todo esto, hay una esperada visita que tambalea: la del Viejito Pascuero. Se trata del querido personaje que trae regalos a todos los niños del mundo la noche en que los cristianos celebran el nacimiento de Jesucristo. Eso sí, sólo a los que se han portado bien.
¿Qué hacer si no hay recursos para celebrar? ¿Cómo explicarles a los niños que esta Navidad el Viejito Pascuero podría no pasar por su casa? y ¿cómo tomarnos esta festividad, sin que nos afecte emocionalmente? Todas esas preguntas fueron respondidas por dos psicólogas expertas a BioBioChile.
Los niños
“El Viejito Pascuero es un simbolismo súper importante para los niños, porque está cargado de fantasía, de un abuelito dadivoso a quien se le puede cumplir lo que uno quiera, que cumple los deseos”, explica la psicóloga Bárbara Azócar, encargada de la Oficina de Apoyo de la Universidad del Desarrollo.
Según aconsejó, en caso de que las condiciones en casa no sean las más óptimas para esta Navidad, los adultos podrían usar la fantasía para entregar una “explicación y un sentido mágico para esto que estamos viviendo“. Afirma, siguiendo con la ficción, que en todo caso “lo más probable es que Carabineros le entregue su salvoconducto para que pueda andar por las noches y no tenga ningún inconveniente. Tendrá que sanitizar el carruaje también para que no haya ningún contagio”.
Por su parte, la psicóloga del Centro de Psicología Integral de la Persona (CPIP) de la Universidad Finis Terrae Daniela Castro, comentó que el cómo se puede informar a los menores que este fue un año difícil para el Viejito Pascuero, y que no logró llevarle lo que el niño quería, dependerá de la edad.
“Si son niños pre-escolares, que tienen mucho más desarrollada la imaginación y viven el mundo de la fantasía como algo muy real, es una edad en la que logran empatizar cuando uno los ayuda (…) a empatizar con el Viejito Pascuero”, dice. Agrega que, en cambio, “se podría hacer un gesto para que el Viejito no se sienta tan triste”,
Esto, ejemplifica, podría ser una carta en la que el pequeño demuestre su cariño hacia el personaje, agradeciéndole los regalos de los años anteriores. “(Diciéndole) que no se preocupe, que ya las cosas el próximo año van a mejorar, que queremos que él esté contento, y que queremos que de todas maneras nos acordaremos de él”.
Para aquellos que superan la edad pre-escolar y que, por tanto, empiezan a sospechar que el personaje es una fantasía, la psicóloga afirma que podría resultar más fácil hablar sobre la situación económica del hogar. La idea es que ellos intenten “empatizar con la pena que tienen los padres de no poder dar un regalo este año”.
Azócar detalla que se debe “hablar a los niños con la verdad, pero de una manera en que ellos puedan entender. Uno le puede explicar que la situación económica ha sido complicada para todos y que esto también ha afectado al Viejito Pascuero, por lo que tal vez no podrá tener el regalo que él pidió”.
En ese sentido, aconseja que en la fecha se puede “construir regalos familiares: hacer la cena juntos, construir un juguete, un tipo de juegos. Algo que sea para ellos y que se inaugure el día de Navidad”.
La familia
La última cifra de desempleo del Instituto Nacional de Estadísticas, correspondiente al trimestre móvil julio-agosto-septiembre de 2020, es de un 12,3%. El número representa un incremento de 5,0 puntos porcentuales respecto del mismo período en año anterior.
Con la crisis sanitaria y económica encima, Azócar comenta que es evidente que muchas familias no podrán acceder a lo que acostumbraban durante la celebración, pero “no por eso vamos a dejar de lado lo que para nosotros es importante, y la Navidad, para una gran cantidad de personas, es una fecha con mucho simbolismos, llena de sentimientos hacia el amor y la familia”.
En la misma línea, Castro aconseja tomarse la festividad “yendo a lo esencial”. Para los cristianos, la fiesta conmemora el nacimiento de Jesucristo, rostro guía en las iglesias cristianas. Para quienes no creen, en tanto, recomendó “tomárselo como una fiesta que, en su espíritu, es agradecimiento por la vida (…) es bueno vivirla como algo que nos permite detenernos y agradecer lo que tenemos.
“Puede ser que, económicamente, tenemos menos que el año pasado. Pero sí tenemos la vida, salud, a nosotros en nuestras familias. Que sea una fiesta vivida, especialmente este año, desde una vivencia más reflexiva”, añade.
Azócar cierra explicando que la fecha simboliza un cierre de año y que se podría “pensar en qué fue lo que nos trajo, qué aprendimos y con qué nos quedamos“. “No siempre tiene que ser negativo. Hemos aprendido un montón de cosas, como querernos en la distancia, acompañarnos a pesar de no estar físicamente”, puntualiza.