Actualmente la autopromoción es una práctica que vemos todos los días, sobre todo en redes sociales, donde los “influencers” parecen tener vidas y trabajos perfectos.
En el artículo “El discurso de la autopromoción y la autenticidad en las redes sociales” la doctora en Comunicación Social, Lucía Caro Castaño, explicó cómo funciona esta práctica en internet.
“Los usuarios asumen un trabajo de autoanálisis y autopromoción abiertamente mercadotécnico, donde sus personalidades y características deben amoldarse a la definición de una serie de atributos que buscan dar a conocer públicamente, empleando sus perfiles en las redes sociales como canales para expresarse ante una audiencia”, detalló.
La cantidad de seguidores y ‘Me Gusta’ parece ser la motivación de varios a la hora de compartir una fotografía o un video. Y, en este contexto, la humildad pasa muchas veces a un segundo plano.
La importancia de la humildad y sus beneficios
Gabri Ródenas, profesor de filosofía y escritor español, señaló a La Vanguardia que muchas veces se confunde la humildad con “hacerse invisible”, lo que está mal.
Ródenas, quien cuenta con gran popularidad en Europa, expuso la humildad desde su propia perspectiva como un escritor reconocido.
“Ser humilde es aceptar que ha habido, hay y habrá escritores y escritoras mucho mejores que tú, y que lo único que te queda es aportar tu granito de arena, tu mejor granito de arena posible”, indicó.
En este sentido, los beneficios de la humildad son múltiples: se cultivan mejores relaciones, se sufre menos ansiedad, mejora la espiritualidad, los errores se toman como un aprendizaje y se es un mujer líder, entre otros.
Todas estas ventajas se relacionan principalmente a la honestidad con la que está vinculada la humidad, como también la empatía y la capacidad de autocontrol y autocrítica.
Consejos para cultivarla
Para algunos parecen obvios, pero en la práctica varios se olvidan que gestos tan cotidianos demuestran una gran humildad.
Uno de ellos es el agradecimiento. Dar las gracias por un gesto, por muy pequeño que sea, es reconocer el esfuerzo de otra persona y la importancia que tiene para nosotros.
También podemos ser agradecidos por las cosas materiales que tenemos y que a veces damos por hecho que siempre estarán.
Por último, otro ejemplo es darnos el tiempo de apreciarnos a nosotros mismos, lo cual se enmarca en la “psicología positiva” de Martin Seligman, según consignó el portal catalán El Periódico.