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Cómo le afecta a los niños el cambio de horario: consejos para facilitar su adaptación

Por Javier Arriagada
La información es de Comunicado de Prensa

03 septiembre 2020 | 17:16

Este sábado 5 de septiembre, a las 23:59, los relojes deberán adelantarse una hora en Chile Continental e Insular (salvo en la región de Magallanes y la Antártica Chilena que cuenta con horario único), para iniciar el horario de verano hasta abril del 2021.

Si los cambios en el huso horario repercuten en la rutina y los hábitos de los adultos, en los niños y niñas pueden ser aún más significativos, ya que por lo general necesitan un tiempo más prolongado para adaptarse.

Así lo explican desde el Fonoinfancia, servicio de la Fundación Integra con 19 años de experiencia resolviendo gratuitamente las dudas psicológicas en la crianza, quienes aclaran que, en algunos casos, durante la primera semana posterior al cambio de hora los niños y las niñas pueden presentar alteraciones normales en las rutinas de sueño, alimentación e incluso mayor irritabilidad en sus actividades cotidianas.

“Los cambios han producido o pueden producir, una serie de efectos psicológicos en la población, por lo que es esperable que los adultos no estén en las mismas condiciones para acompañar el proceso de adaptación de niños y niñas”, explica Alicia Varela, Jefa del Fonoinfancia.

“Por tanto, es importante que los adultos consideren el escenario actual, para que así el cambio de hora no se convierta en un estresor más. Para esto será importante que los adultos no se presionen con responder de la misma manera o de la mejor manera ante el cambio de horario”, añade.

¿Qué podemos hacer para facilitar la adaptación de los niños y niñas al nuevo horario?

1. Es relevante que los cambios de hábitos, como adelantar en 15 minutos las rutinas de los niños, sean compartidos por el resto de los integrantes de la familia para generar un proceso integral en el hogar.

2. Expliquemos a los niños y niñas qué sucede. Lo podemos hacer, por ejemplo, invitándoles a cambiar juntos el reloj o hacerles notar los cambios de luz en los horarios en que hacían sus rutinas habituales.

3. Al momento de conciliar el sueño los niños y niñas pueden estar más inquietos. Estos inconvenientes deberían ir en descenso en los próximos tres días o máximo una semana, después del cambio de hora.

4. Procuremos generar actividad física para potenciar el gasto energético, de manera que los niños y niñas estén más cansados a la hora de dormir.

Al seguir estos consejos, es importante tener en cuenta que cada niño y niña puede reaccionar de diferentes maneras, por eso el llamado a los adultos es a estar atentos, tener paciencia y ser ingeniosos a la hora de explicar este cambio.

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