Limpiar las ventanas de la casa puede ser una de las tareas más tediosas y difíciles de realizar. Sobre todo si los vidrios son de un gran tamaño.
Afortunadamente existen varios trucos que facilitarán este trabajo, dejando tus cristales relucientes y sin correr el riesgo de que se rayen.
Para este método, no necesitas productos de limpieza o mezclas de extrañas soluciones. Recordemos que muchas veces esos líquidos dejan marcas o provocan que se peguen las pelusas, dándole un aspecto desagradable a tus ventanas.
Según destaca el diario electrónico Huffington Post, el truco consiste en usar las clásicas medias. De este modo, su estructura fina atrapará la suciedad y gracias a su suave textura, no correrás el riesgo de estropear tus vidrios.
El primer paso es humedecer las ventanas con un poco de agua, especialmente si están muy sucias. Comienza frotando con la media sobre la superficie para retirar cualquier mancha.
Como la prenda quedará un poco mojada, es recomendable cambiarla por otra que esté seca para terminar la limpieza.
Finalmente, aplica una mezcla de agua y jabón sobre el cristal. Vuelve a pasar la media seca para retirar la humedad. De este modo obtendrás un resultado satisfactorio.
Por otra parte, si la ventana no está muy sucia y solo quieres darle brillo, no es necesaria mojarla. Simplemente enrolla la prenda como un paño, y frótala suavemente por los cristales.
Es recomendable aplicar este método de limpieza diariamente, para evitar que se vaya acumulando suciedad en esa zona de la casa.
Asimismo, destacan que la técnica se puede utilizar para todo tipo de cristales. Espejos, puertas correderas, mesas de centro, entre otros.
Un truco adicional si tienes persianas en las ventanas, es utilizar previamente un calcetín para eliminar la suciedad. Luego limpia los cristales con las medias, como se explicó anteriormente.
Cabe señalar que a diferencia del papel de diario u otro material similar, con las medias no correrás el riesgo de que queden restos de tinta en las ventanas.
Otro método útil, es limpiar los cristales del interior de la casa con movimientos horizontales, y los exteriores verticalmente. De este modo, si te quedan manchas o rayas, identificarás el lado que debes repasar, sin desesperarte buscando el origen de la marca.