Morderse las uñas puede parecer una mal hábito cotidiano, pero si no se frena a tiempo, puede ser perjudicial para la salud.

La patología llamada onicofagia, fue incluida en 2012 en la categoría de trastorno obsesivo compulsivo (TOC), por la Asociación Americana de Psicología.

“El hábito de morderse las uñas está relacionado con altos niveles de ansiedad que en el momento se gestionan de forma automática“, explica la psicóloga Beatriz Madrid, al medio El País.

La experta detalla que esta conducta ayuda a la persona a calmarse. “Aunque en realidad, no quita la situación que le está produciendo el nerviosismo”, explica.

En este caso, la causa de esta mala práctica puede estar relacionada con el trabajo, el nivel de autoexigencia, o tener que hacer algo que no se desea, entre otras situaciones.

Como ocurre con otras patologías o adicciones, la especialista detalla que existen medidas para intentar dejarlo. En el caso de que no funcionen, lo recomendable es pedir asistencia profesional.

“La clave está en ayudar a la persona a gestionar el nerviosismo que le produce la situación ‘X’ de una forma distinta y consciente“, especifica Madrid.

“Por ejemplo, ayudar a la persona a reducir sus niveles de autoexigencia, a afrontar el trabajo de otra forma o incluso a cambiarse de empleo. Fomentar que haga lo que quiera hacer en su día a día”, detalla.

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Consecuencias de la onicofagia

Debes considerar que la onicofagia puede tener efectos negativos para los dientes, así como también, provocar infecciones o incluso lesionar las encías.

“Provoca microtraumatismos que desprenden partículas de esmalte, lo cual hace que las piezas se vayan recortando. En casos severos, puede haber microfracturas del borde incisal (borde de los incisivos)“, afirma Samia Recio Conde, odontóloga y especialista en ortodoncia al medio El País.

Asimismo, puede producir que pequeños trozos de uña queden clavados entre la encía y el diente, produciendo lesiones como la gingivitis (inflamación de las encías) o una enfermedad periodontal (inflamación y sangrado de la encía y mal aliento).

Por otra parte, las personas que se muerden las uñas constantemente, llegan a lesionar el lecho ungueal, tejido sobre el que estas se asientan.

“El hábito más agresivo pueden provocar hemorragias subungueales que llevan a la pérdida de toda la uña“, precisa Anna Medvedeva, médico de familia y miembro del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

En un plano más extremo, la onicofagia podría favorecer el contagio de parásitos intestinales, sobre todo en los niños. Uno de los más conocidos es el oxiuro, popularmente conocido como una lombriz blanca muy delgada que vive en nuestro cuerpo.

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Con la ayuda de la tecnología

Si bien existen diferentes tratamientos y métodos para evitar esta práctica, la tecnología también ha hecho lo suyo.

Una de las aplicaciones móviles más populares, es la creada por la marca Raylex, un producto que se echa en las uñas para ayudar a dejar de mordérselas.

La app que se encuentra disponible en Apple Store y Google Play, proporciona consejos prácticos para el usuario y le recuerda cuándo tiene que aplicarse el producto. Además permite hacer un seguimiento de la evolución de las uñas, ya que pueden subir fotos para comparar el antes y el después.

Raylex
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Algo similar propone la aplicación Stop Nail Biting Hypnosis, la cual promete acabar con la onigofagia del usuario a través de grabaciones de hipnoterapia.

Según explican sus desarrolladores, “ayudará a reprogramar su mente de manera inconsciente y a lidiar con su estrés y ansiedad de una manera diferente para romper su hábito no deseado, antihigiénico y desagradable de morderse las uñas”.