Junto al jabón, shampoo y acondicionador, es común encontrar esponjas de baño en las duchas de las casas, un elemento indispensable para muchas personas.
Sin embargo, ¿es realmente necesaria la esponja o puede incluso llegar a ser perjudicial para la piel?
Las teorías sobre si utilizarlas o no son variadas, al igual que las opiniones de expertos.
Según la revista Journal of Clinical Microbiology, las esponjas de ducha son una fuente de gérmenes que pueden provocar enfermedades.
Y es que las bacterias y células muertas que la esponja retira, quedan impregnadas en dicho elemento, lo que empeora si se deja colgada y mojada en el baño, o en un soporte donde hay agua acumulada.
El portal Business Insider, consigna que los lugares húmedos, al calentarse como ocurre en la ducha, se convierten en un caldo de cultivo de gérmenes que se impregnan en la esponja.
De hecho, añade que gérmenes como el Staphylococcus se van acumulando y se adueñan de la esponja. Mayo Clínic consigna que “este tipo de gérmenes suelen encontrarse en la piel o en la nariz de muchas personas sanas. La mayoría de las veces, estas bacterias no provocan problemas o causan infecciones cutáneas relativamente menores”, pero que “pueden volverse mortales si las bacterias invaden el organismo e ingresan en el torrente sanguíneo, las articulaciones, los huesos, los pulmones o el corazón”.
Otra recomendación es no utilizarla después de una depilación, básicamente por el mismo motivo, el peligro de infección frente a una herida o poros abiertos.
¿Lo mejor?, simplemente utilizar la mano para frotar el cuerpo.
¿Entonces botamos la esponja?
Ahora, para quienes les gusta utilizar la esponja, no todo está perdido, ya que sí se puede, pero bajo ciertas recomendaciones.
Por ejemplo, en una publicación de Cadena Ser, el reconocido jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, Eduardo López-Bran, quien le hizo el trasplante de pelo al exfutbolista Iker Casillas, dijo que “Al ducharnos, podemos aplicar el jabón con la mano o ayudados de una esponja siempre y cuando no realicemos demasiada fricción con ella“.
López-Bran agregó que esta esponja debe ser blanda para evitar la irritación de la piel, además tiene que estar limpia y en buen estado. Otro punto es que debe ser cambiada al menos dos veces al mes.