Los comentarios sobre el cuerpo y el peso de las demás personas están bastante normalizados. La mayoría los hemos hecho alguna vez, y aunque probablemente teníamos una buena intención tras ello, tal vez ya es hora de ir dejándolos atrás. Te cuento mi experiencia en esta columna de opinión.
Me han tratado de “flaca” y de “gorda” más de una vez en la vida. Y es que como muchas otras personas, he pasado por periodos en los que he bajado mucho de peso y otros en los que he ganado unos kilos extra por diversas razones. Pero independientemente de cómo esté, nunca faltan los comentarios de otras personas al respecto.
No siempre estos comentarios son malintencionados, de hecho, la mayoría -en mi caso- han sido en buen tono, pero aún así creo que deberíamos dejar de hacerlos. Digo “deberíamos” porque reconozco que yo también he caído en eso alguna vez, pero me propuse no hacerlo más.
“Oye, ¡qué flaca estás!, te ves regia, sigue así”, “Estás más rellenita, la buena vida te tiene así parece”… Son el estilo de mensajes que varias veces he recibido de distintas personas, especialmente familiares, amigos y algunos conocidos.
Algunos pueden preguntarse “pero, ¿cuál es el problema si es en buena onda?” Bueno, a mi parecer el asunto radica en que es difícil saber lo que hay detrás de la fluctuación de peso de una persona.
En mi caso, durante algunos meses de 2020 estuve con un profundo cuadro de ansiedad que no me dejaba alimentarme bien. Estaba completamente inapetente, y cuando comía -sólo para no enfermar, no por apetito- podía hacerlo en pequeñas cantidades, porque cuando eran muy grandes me daban náuseas y hasta vomitaba. Eso me hizo perder bastante peso.
Pasé de mis 60 kilos habituales a casi 50 en un par de meses. Una de las pocas veces que salí en pandemia me encontré con un conocido y me alabó lo delgada que estaba y que dijo que se notaba que la cuarentena me había sentado bien. Por el mismo periodo, subí una foto a redes sociales, y otras personas también hicieron hincapié en lo “flaca y regia” que estaba. En todas las ocasiones agradecí los “cumplidos”, pero por dentro sólo pensaba: “Si supieran por qué estoy así”. Estaba pasando uno de los peores momentos de mi vida y eso es lo que básicamente había consumido mi cuerpo.
Cuando comencé a recuperarme, volvió el apetito, se fueron las náuseas y empecé a comer normalmente de nuevo. Luego, me sentía tan bien que no sólo había recuperado los kilos que perdí, sino que incluso un poco más. De nuevo vinieron los comentarios, pero esta vez hablando de mi ganancia de peso. Reconozco que por un momento me sentí mal, pero luego recordé que el cuerpo que tengo ahora es producto de mi sanación, de volver a disfrutar de la vida y la comida y aunque me cuidaré para no perjudicar mi salud, no quiero regresar a esos días en que la gente halagaba mi delgada figura, pero vivía un infierno por dentro.
Por eso, ya no quiero que comenten mi peso ni yo comentar el de los demás porque difícilmente puedes saber cuáles son las batallas que libra esa persona que pueden estar traduciéndose en una ganancia o pérdida de kilos.
Y de hecho no soy la única que lo piensa, tal como consignó BioBioChile, hace unas semanas el actor Jonah Hill pidió a sus fans dejar de hacer comentarios sobre su cuerpo porque no le hacían bien, incluso si eran bien intencionados. “Sé que tienes buenas intenciones pero te pido amablemente que no comentes sobre mi cuerpo. Sea bueno o malo, quiero hacerte saber cortésmente que no es útil y no se siente bien. Mucho respeto”, finalizó.
Denisse Charpentier
Periodista BioBioChile.cl