No es fácil llegar pero, si tiene cómo hacerlo, vale completamente la pena.
No es solo el viaje, es también que la Viña Santa Rita se ha preparado mucho para estar en forma como spot turístico de primer nivel.
El problema de eso es que este lugar parece que fuera más aprovechado por los turistas que por los nacionales, algo que debería cambiar.
Acá, a cerca de una hora de Santiago, en Buin, y en medio de la Viña Santa Rita, está el lugar patrimonial en donde se emplaza Doña Paula. Es imprescindible llegar en auto porque las distancias son largas, e incluso tras la primera entrada, quedan varios cientos de metros para llegar al estacionamiento. De ahí el camino se hace a pie o en los transportes de acercamiento que tiene el lugar.
El restaurant Doña Paula es parte de la casona de la hacienda de Paula Jaraquemada, una aristócrata que en octubre de 1814 escondió en sus bodegas a los 120 hombres quienes, junto a Bernardo O’Higgins, huyeron tras protagonizar el Desastre de Rancagua.
Este hito fue el que concluyó “La Patria Vieja” y dio inició a la Reconquista de Chile por parte de los realistas. Quedaría casi un lustro más de yugo autoritario.
La casona es de la época, por lo que está hecha de adobe y tiene muros tan gruesos que no pasa la señal de celular ni mucha luz, así que vaya preparado para no mirar tanto el teléfono y estar en un ambiente controlado, lleno de obras de época y mucho vino de la casa.
Ahora bien: ¿Cómo se come ahí?
Pues, muy bien.
Con más oficio y ejecución que pretensiones, la carta de Doña Paula está llena de guiños a la comida que los chilenos comemos.
Para partir la amenidad es una pequeña empanada de pino que no es suave y con una masa muy sabrosa y con alta materia grasa. Rica, con mucha personalidad.
Los vinos servidos son de la casa, de buen nivel y a temperatura, por lo que pasarse es un poco fácil: Designe un conductor antes de llegar.
Para partir una opción es el Carpaccio de Salmón ($9.900) que suma unos cortes limpios pero algo gruesos de este pescado con unas láminas de queso y alcaparras.
Yo recomiendo los Ostiones Grillados en Salsa Beurre Blanc ($13.000), que son abundantes, y muy ricos. Si los quiere maridar, la carta trae recomendaciones para todos los platos, y aquí la propuesta es acertada: Una copa del Medalla Real Gran Reserva Chardonnay.
Para fondo las opciones son varias, aunque creo que la mejor entre las que probamos fue el Osobuco Salsa Merlot con rissotto al Azafrán ($15.000), que es una oda a la cocina de casa. Rico, contundente y muy bien preparado, llega lleno de sabores. Yo pasaría del rissoto, que no es el fuerte de la cocina, y lo cambiaría por una porción de papas fritas, aunque me salgo un poco de la idea del lugar.
Lo que sí queda muy bien con papas fritas (y una copa de vino) es el Filete Salsa Pimienta ($13.800) que es también generoso.
La Plateada en su Jugo ($12.500) es también una muy buena idea. Rica, sabrosa, súmele un poco de pimienta y esta carne, que se corta con la cuchara, será un deleite.
En postres solo me faltó el Celestino con Helado para tener canasta completa, pero el Flan Casero con Salsa Cítrica de Mandarina ($4.000) es muy rico y con un dulce mucho más ponderado de lo que esperaba.
Algo parecido ocurre con el Helado Artesanal ($4.000), y con los Profiteroles Rellenos ($4.000).
Vaya con tiempo.
Recomendado:.
Para escribir esta reseña se visitó dos veces el local: Una de manera anónima y otra, posterior, con una invitación del lugar.
Restaurant Doña Paula. Camino Padre Hurtado 0695, Alto Jahuel, Buin. Tiene estacionamientos gratuitos.
Mario Riveros M. @mario_riverosm