Valencia no siempre está en la lista de imprescindibles en un viaje por España. Madrid, Barcelona, e incluso Sevilla, se ubican en este ranking, sin embargo, Valencia es una ciudad que está cada vez más de moda, debido a su clima cálido, su rica cultura y patrimonio arquitectónico, su oferta gastronómica, playas y excelente calidad de vida, condición que la han hecho ser distinguida como una de las mejores ciudades del mundo para vivir.
Una de sus ventajas como destino turístico es su ubicación, equidistante entre Madrid y Barcelona. Es decir, si el plan es visitar ambas ciudades, Valencia encaja perfecto debido a que no te sacará de la ruta, sobre todo si te mueves en vehículo.
Si no andas en automóvil, la forma más común de llegar es en avión o tren, pero si sumas el gasto del taxi, las opciones más económicas son el bus y el auto compartido gestionado a través de aplicaciones de transporte.
Tierra de valientes
La ciudad fue fundada por los romanos 100 años antes de Cristo, bajo el nombre de Valentia, “Tierra de los Valientes”. Desde comienzos del 700 hasta el 1.238 fue parte del imperio Otomano, período en el cual se convirtió en un importante centro comercial y cultural en el Mediterráneo, auge que se extendió durante los siglos XIV y XV gracias al comercio de la seda, la agricultura y el comercio marítimo.
Durante la Guerra Civil española (1936-1939), se convirtió en la capital de España y en todo el siglo XX experimentó un gran crecimiento económico y demográfico hasta convertirse en lo que es hoy: una ciudad moderna y pujante, cuya población supera los 1,5 millones de habitantes, que parecen pocos al lado de los 9,5 millones de turistas extranjeros que visitaron la Comunidad Valenciana en 2019.
Atractivos turísticos en Valencia
Todas las diferentes etapas de la historia de Valencia se pueden apreciar a simple vista gracias a su notable arquitectura, debido a que mezcla un equilibrio entre elementos clásicos, modernos y futuristas.
La ciudad no es pequeña, sin embargo, muchas de estas construcciones se pueden conocer a pie o en transporte público, y para quienes aman el pedaleo, la bicicleta es perfecta debido a que la urbe es plana y dispone de más 160 kilómetros de ciclovías.
Si buscas conocer parte de su historia, lo recomendable es dirigirse al casco antiguo o centro histórico y más precisamente a la Plaza de la Reina, la más concurrida de las plazas valencianas, donde se encuentran iglesias, catedrales, templos y bellas construcciones góticas, barrocas, neoclásicas y modernistas.
¿Qué ver en Valencia?
El monumento más característico es la Catedral de Valencia, junto a su emblemático Campanario, conocido como El Miguelete, al que se puede acceder por 2,5 euros (cerca de 2 mil pesos chilenos), cuya azotea es el lugar perfecto para contemplar la ciudad.
Una joya gótica recomendable para visitar es la Lonja de La Seda, considerada como la pieza más singularmente de la arquitectura civil valenciana en la Baja Edad Media. Declarado Patrimonio de la Humanidad en 1.996, el edificio fue construido a mediados del siglo XV por y para los mercaderes que requerían de un lugar para cerrar las transacciones comerciales de diversos productos.
Por dentro es sencillamente una obra de arte que se puede conocer por tan solo 4 euros (3500 pesos) los días de semana y gratis los domingos y festivos. Este edificio se ubica junto al Mercado Central considerado como una de las piezas modernistas más emblemáticas debido a su gran tamaño, su cúpula de 30 metros y variados elementos decorativos.
Otro estilo brillante de la arquitectura valenciana es el neoclasicismo, que tiene construcciones bien mantenidas como el Teatro Principal; la Casa Consistorial, una ecléctica construcción que ocupa una manzana completa y en cuya planta baja se ubica el Museu Històric Municipal; el Centro Cultural La Nau; y la plaza de Toros, un anfiteatro que tiene un cierto parecido al Coliseo romano, y en cuyo entorno se ubica la modernista estación de trenes València-Nord cuya decoración está repleta de piezas de cerámicas, mosaicos y azulejos.
Convivencia entre lo antiguo y moderno
Muy cerca, caminando hacia los jardines del río Turia —un parque urbano que atraviesa la ciudad— otro ejemplo del modernismo Valenciano es el Mercado de Colón, un lugar ideal para reponer fuerzas debido a que se convirtió en un concurrido punto de encuentro gracias a sus coquetas tiendas y variados restaurantes.
Cruzando el parque, otro edificio que vale la pena echarle un vistazo es el Palacio de la Exposición, localizado cerca del estadio Mestalla, considerado como uno de los estadios españoles con mejor visibilidad al campo de juego y en el cual se ofrecen tours que duran poco más de una hora a un valor de 12,5 euros (cerca de 13 mil pesos). Visita obligada si eres amante del fútbol.
Por último, al final del cauce del río Turia, se ubica la futurista Ciudad de las Artes y las Ciencias, un sorprendente conjunto dedicado a la divulgación científica y cultural diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, que incluye un acuario, un museo de ciencias, un planetario y un teatro.
Cada uno de estos lugares tienen acceso por separado y los valores de las entradas varían en cada uno de ellos. La estructura más llamativa es el Hemisferic, una cubierta ovoide con forma de ojo, rodeada de agua que supera los 100 metros, donde podrás disfrutar de proyecciones audiovisuales que da la sensación de estar dentro de la película, debido a las enormes dimensiones de su pantalla curvada.
Balnearios y puntos turísticos de la costa
Valencia no es sólo arquitectura y cultura. Es además una ciudad que cuenta con una gran cantidad de espacios verdes, parques y playas de fácil acceso y reconocidas por los turistas debido a su limpieza, la transparencia de sus aguas, la calidad de los servicios y su oferta gastronómica, donde destacan las icónicas paellas.
Entre los balnearios urbanos se encuentran El Cabañal, Pinedo, Malvarrosa y Patacona. Al viajar por la costa hacia Barcelona, se puede visitar Peñíscola, un pueblo costero (el más bonito para visitar en marzo, según NatGeo), que cuenta con un castillo templario, que sirvió como refugio y sede pontificia del papa Benedicto XIII, un clérigo español que pasó a la historia por dividir a la Iglesia Católica en lo que se conoce como el Cisma de Occidente.
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