No pasa de moda. Su nombre es el de una raza de perro o el de la ciudad mexicana de estilo barroco. Pero su historial está manchado por quienes la vinculan a actos que no son ciertos, según habitantes y visitantes de Chihuahua, la playa nudista de la vecina sudamericana Uruguay (Punta del Este).
Lo de desinhibirse, es contrario a las acusaciones de los detractores de la práctica de los denominados naturistas, quienes se muestran tal como llegaron al mundo a mar abierto.
Los vecinos de este balneario, ubicado en la angosta península del sudeste uruguayo, quieren privacidad y cambiar la mala fama que un segmento le hizo a la zona, donde también abundan los voyeristas, que son los que encuentran placer en vigilar la intimidad o desnudez de otros.
La idea es intentar darle una nueva cara a un sitio donde, 5 de cada 10 visitantes, son argentinos. Llegan europeos y también locales, quienes disfrutan desnudos, hasta el último poro, del agua y arena de un destino que no es para cualquiera, pero sí para todo aquel que no tenga tabúes.
La playa nudista donde “cuanto más gente vestida hay en la playa, yo más me abro de patas”
Se trata de una localidad de 300 habitantes en todo el año, excepto en el verano sudamericano, donde entre enero y febrero cohabitan unas 3 mil personas, debido a la demanda turística. Ante eso, no hay alojamiento, sin previa reserva, según el relato en Clarín.
El problema es para el turista despistado y no planificado. Lo otro, es la mancha que se cierne sobre un lugar que fue tomando una temática naturista, con personas que disfrutan el desnudo al aire libre y la salinidad.
No obstante, la moral distraída también se desnuda, aunque simbólicamente, en Chihuahua, luego de las acusaciones de quienes no están dispuestos a despojarse de los códigos de vestimenta, en todo tiempo. Y no sólo de ellos.
“Los forasteros devenidos propietarios recién llegan y quieren cambiar las reglas del juego que existen hace más de sesenta años… ¿De dónde salieron? Entonces la única militancia que tenemos es hacer nudismo y cuanto más gente vestida hay en la playa, yo más me abro de patas. No es una provocación, es una defensa del derecho conseguido”.
Se trata de la frase al desnudo de Santiago, un argentino que reside en esta playa desde hace décadas y no está dispuesta a ceder por quienes quieren llegar y cambiar el esquema.
“Se sugiere la práctica de la desnudez total en toda la playa”
Son 600 metros de costa y una playa de arenas claras. 500 de estos son nudistas desde hace más de 6 décadas y eso pretenden los defensores de la desnudez, pese a los calificativos otorgados a Chihuahua, que no bajan de “promiscua y libertina”.
Y es que no faltan los que se acercan a intentar tomar fotografías a mujeres desnudas o a las familias completas que simplemente se ajustan a la regla principal del lugar: “Desnudez total en toda la playa”.
Hablando de reglas, las otras rezan claramente: “No realizar actos de carácter sexual en áreas públicas”. Y la que incumplen los que no quieren quitarse la ropa, pero sí desnudan su doble moral: “Abstenerse de fotografiar o filmar a terceras personas sin su consentimiento”.
La playa está delimitada por edades y más, ya que “los hippies viejos que nos quedamos en pelotas apenas encaramos el caminito que nos lleva a la arena. Y más allá, cerca de Ocean Park, es el espacio que tienen los gays”, sostiene Santiago.
Los argentinos que se desnudan en Chihuahua
Daniel es un residente de Buenos Aires y fue entrevistado por Clarín, tras reconocer su acento porteño en el lugar. El hombre no duda en revelar que esta playa nudista tiene mucho que ofrecer.
“Es un placer estar aquí, disfruto este ambiente y por supuesto el naturismo, hasta que a veces el clima se complica cuando aparecen ciertos intrusos que buscan romper esa armonía y se ponen pesados. ¿Cuál es la complicación? La misma que habría si yo me pongo en bolas en medio de Montoya (playa de La Barra). Esta playa tiene una temática y parte de la gente no la respeta y estorba con su mirada intimidatoria”
Una mujer que lo acompaña prefiere no dar su nombre, pero está de acuerdo con lo dicho por su pareja. Sin embargo, el tabú esta en su hogar, ya que alguien de su familia se negó a acompañarlos.
“A mí me gusta estar despojada y broncearme sin marcas. Realmente disfruto de esta libertad, la gente es muy libre; hombres y mujeres se muestran, en general, con o sin prejuicios que yo los tengo, ojo… Mi hija no sabe nada, el otro día, antes de venir, algo le insinué y no le gustó en absoluto. No es para todo el mundo, está claro”.
Y en otros grupos que se suman al naturismo, también se puede ver las posturas diversas, es decir, los que usan ropa y los que se broncean o disponen a entrar al agua, como Dios los trajo al mundo.
Masajes y mensajes al desnudo
Los emprendimientos en la playa nudista Chihuahua no faltan. Víctor Iturrioz es un uruguayo que pasa de los 50 años y se instaló desde hace diez con su equipo de trabajo, para atender a los turistas locales y extranjeros.
“Soy quiromasajista, tengo dos títulos y estoy certificado para estar aquí. Es un trabajo serio, acá no hay nada raro. Yo trabajo en Málaga en el verano de España y vengo aquí a Chihuahua en temporada. Por suerte tengo mucho trabajo y los que practican naturismo y buscan la conexión con el cuerpo y la naturaleza son los que más se hacen masajes”.
Anhelando que se vaya el pudor, con la comparación de lo que pasa en algunas playas españolas, este profesional espera que la mentalidad se vaya modificando en esta zona del mundo, donde estar desnudo en una playa y mostrarse como se es, trae vergüenza y genera morbo.
“Bueno, aquí hay más pudor porque gobierna el prejuicio sobre el cuerpo, o que sólo la persona con cuerpo fitness puede mostrar sus curvas o abdominales. Allá en España es todo mucho más relajado, nadie está en pose, nadie que tenga un cuerpo menos agraciado se hace problemas, porque el naturismo pasa por otro lado”.
No sólo es rechazo al naturismo. Tanto Santiago (uruguayo por adopción), como Daniel, el porteño y empresario, se ríen de las opiniones de sus cercanos.
“…escuchan la palabra Chihuahua y, por ignorancia, piensan en algo turbio, pecaminoso y relacionado con la promiscuidad. Todo lo contrario, esto, como podrás ver, está totalmente despojado y alejado de intenciones sexuales y a años luz de la promiscuidad… Es más, luchamos para hacerlo inclusivo y extensivo a la familia. De hecho vienen algunas parejas con sus hijos, que por lo general son europeos, y practican el naturismo y los chicos lo ven como algo rutinario”.
El mensaje es claro, despojarse de la ropa, no en la calle, no en el centro comercial, no en la universidad, sino, en una playa nudista como Chihuahua, debería tener menos peso que la conciencia que critica y califica como pecaminosa la práctica naturista que todavía es tabú en Sudamérica.
“Si se presume que el nudista es promiscuo y libertino, ¿cuánta gente pacata hay que no hace nudismo pero quizá sí sea promiscua, libertina y si vamos más lejos, por qué no pedófila?”, aseguró Daniel.