Una historia desoladora fue la que se dio a conocer en 2007, luego que una familia se viera duramente afectada por un accidente de tránsito que truncaría para siempre la vida de tres pequeños, y que tocaría profundamente los corazones de la comunidad de Ladera Ranch en California, Estados Unidos.
En mayo de ese año Lori Coble, una joven de entonces 30 años, se desplazaba en auto junto a su madre y sus tres hijos cuando fueron violentamente impactados por un camión de carga en una autopista, lo que provocó la muerte de los niños en el lugar.
Luego del horrible hecho, el matrimonio vivió un doloroso duelo que los llevó a perder toda esperanza, e incluso a considerar la idea de quitarse la vida.
Sin embargo, casi un año después del fatal accidente Lori y su marido tuvieron una nueva oportunidad, tras milagrosamente dar a luz a trillizos que vinieron a cambiarles la vida por completo, y a dejar en claro que las segundas oportunidades sí existen.
El fatídico accidente
Un día después del cumpleaños número 5 de Kyle, el hijo mayor de la pareja compuesta por Lori y su marido, Chris Coble, la madre decidió celebrar la fecha yendo en familia a un centro comercial que tenía una rueda de la fortuna, la atracción favorita de su primogénito.
Cargó su minivan con algunas meriendas y subió a sus tres pequeños: Kyle, Emma -de cuatro años- y Katie -de dos años-, además de su madre Cindy, quien se sumó a la salida.
Tras una tarde de juegos se acercó la hora de dormir de los menores, por lo que Lori decidió emprender el viaje de vuelta. No obstante, se topó con una gran congestión vehicular en la autopista que la dirigía a su hogar.
Mientras esperaba detenida a que avanzara la hilera de autos, se dio vuelta y miró a Katie mientras comenzaba a quedarse dormida… aprovechó de hacerle dulces cosquillas en los pies, sin imaginar que sería la última vez que podría hacerlo.
En ese momento, un camión cargado con 180 kilos de aparatos electrónicos chocó la minivan a una velocidad de 90 kilómetros por hora, haciendo añicos la parte trasera del vehículo.
Lori y su madre quedaron inconscientes, mientras que los niños resultaron gravemente heridos. Era tal la magnitud del accidente, que la madre y abuela fueron enviadas a un hospital, Kyle y Katie fueron derivados a otro y un tercer establecimiento recibió a Emma.
El deceso de los pequeños
Chris se encontraba trabajando cuando las autoridades lo notificaron del accidente. Rápidamente, se trasladó al hospital donde fueron derivadas su esposa y su suegra. Cuando llegó, lo llevaron a una pequeña sala de emergencias.
“El doctor me dijo, ‘Lo siento pero Katie ha fallecido’. Pasaron unos minutos y me dijeron que habían recibido una llamada de un doctor del Hospital de Saddleback. Atendí el teléfono y lo primero que dije fue: ‘Por favor dígame que Emma está viva. Y él me respondió: ‘Lo siento, pero Emma ha fallecido’… Yo sólo solté el teléfono. No podía creer lo que estaba pasando”, comentó el padre en conversación con la reconocida presentadora de TV Oprah Winfrey, quien entrevistó a la familia en 2010.
El hombre tuvo la difícil misión de contar a su esposa que sus hijas habían fallecido. Tras ello, fue rápidamente al hospital donde era atendido Kyle. Si bien pudo verlo con los ojos abiertos, lo que le dio esperanzas, los doctores las esfumaron rápidamente. Le explicaron que su cerebro no había recibido oxígeno por un largo período, por lo que le recomendaron quitarle el soporte vital. Lory y Chris pudieron despedirse de su hijo juntos.
“Como pudo, mi señora se paró de su silla de ruedas y abrazó a Kyle y dijo: ‘Él debe estar con sus hermanas ahora. Sus hermanas están esperándolo’. Detuvimos el soporte vital, las máquinas se fueron a negro y la habitación también. Puse mi mano sobre su pecho hasta que su corazón dejó de latir. Y ahí él partió”, agregó el padre.
El duelo después de la muerte
Ambos padres dijeron que la tragedia los golpeó y se volvió real cuando debieron planear el funeral de sus niños. “El día anterior al funeral, hicimos una visita previa al lugar -donde velarían a sus hijos-. Pudimos verlos una última vez”, dijo Lori. “Abrieron las puertas, y al fondo de la habitación habían tres pequeños ataúdes en un semicírculo”, agregó.
Pese a la profunda pena, en medio del entierro el matrimonio encontró las fuerzas para hablar sobre la vida de sus hijos. “Era importante para mí y para Lori”, dijo Chris. “Una de las teorías fundamentales del duelo es enfrentar las cosas más duras. En esta situación, no puedes sentarte y dejar que te consuma. Debes mirar en la cara a la culpa y caminar por al medio del dolor”, añadió.
Mientras vivían el duelo por la partida de sus tres hijos, y pese a que se les cruzó por la mente en algún momento, los esposos hicieron un pacto de no cometer suicidio y estar ahí el uno para el otro.
“En algún punto, lo único que quieres es estar con los niños y poner fin a este constante sentimiento de duelo. Fácilmente puedes considerar acabar con tu propia vida, porque piensas que sería mejor en el sentido de que podrías verlos de nuevo. Pero al mismo tiempo, dejas a la otra persona -tu esposa-“, afirmó Chris. “Nos prometimos no dejar abandonado al otro”, aclaró Lori.
Sumado al dolor, explicaron lo difícil que fue volver al hogar donde hace sólo días disfrutaban como una familia de cinco. “Tenemos muchos niños viviendo en nuestra calle, y ellos siempre están jugando allá afuera. Debimos cerrar nuestras ventanas. Nos íbamos al fondo de la casa para no tener que escuchar sus risas. Nos fuimos de casa en Halloween para no tener que escuchar a los niños yendo y viniendo a nuestra puerta”, expresó Lori.
La calma después de la tormenta
Tres meses después del accidente que enlutó a los Coble, Chris y Lori decidieron intentar tener más hijos. Por razones médicas, debieron optar por la fertilización in vitro. En su primer intento, comenzaron con 10 óvulos, de los cuales fueron exitosamente fertilizados… dos niñas y un niño.
“En un principio pensamos en poner sólo dos óvulos, pero una vez que supimos que se trataba de dos niñas y un niño, lo tomamos como una señal de arriba”, dijo Lori.
Casi exactamente un año después del trágico accidente en donde murieron Kyle, Katie y Emma, el 01 de mayo de 2008 el matrimonio dio a luz a los trillizos Ashley, Ellie y Jake.
Si bien los padres consideran el nacimiento de los pequeños como un milagro, aún viven el duelo de la pérdida de sus hijos. “Ellos nunca reemplazarán a Kyle, Emma y Katie. Pero la alegría volvió a nuestro hogar. Está de vuelta en nuestros corazones. Ellos llenaron nuevamente nuestras vidas de amor, felicidad y risas”, dijo la madre.
La pareja comentó que los trillizos supieron desde siempre sobre la existencia de sus hermanos mayores. Y es que los Coble mantuvieron viva su memoria a través de historias y fotografías que colgaron a lo largo de la casa.
“Ellos saben que tienen dos hermanas y un hermano en el cielo. Y vamos todos juntos al cementerio y hacemos picnics” con ellos, reveló Lori.
El perdón al causante del accidente
En conversación con Oprah, el matrimonio también reveló que no guardan resentimientos en contra de Jorge Romero, el trabajador que conducía el camión que chocó la minivan de Lori, y quien fue condenado a un año de cárcel.
Tras el accidente, el hombre, padre de tres hijos, tuvo pensamientos suicidas y quiso acabar con su vida. No obstante, tras conocerlo en el juicio, Lori le dijo que lo había perdonado. “El señor Romero es realmente una persona muy gentil, con un gran corazón (…) hay alguien detrás del volante, y aunque compartió parte de la culpa en esta tragedia, él se sintió absolutamente horrible”, comentó.
La madre añadió que pudo haber sido cualquiera el que estaba detrás del volante, y que el accidente que terminó con la vida de sus hijos fue causado principalmente por la ubicación de su auto en una congestión de proporciones.
“Yo estaba metida en el tráfico en medio de una autopista, a unos 250 metros de la salida, detenida en lo que prácticamente era un ‘estacionamiento’. Hay una curva ciega cercana a esa salida, y yo estaba tan atrás en el espacio donde comienza esa curva que el conductor no me vio. Cuando pudo ver que había un embotellamiento, ya era muy tarde“.
Tras contar su historia, Chris urgió a las personas que atraviesan por los peores días de sus vidas que no se den por vencidos, incluso cuando las circunstancias parecen insoportables. “Afírmense en sus seres queridos, sosténganse fuerte, porque realmente los van a necesitar”, concluyó Lori.
Los trillizos Coble en la actualidad
Por estos días, los hermanos Coble viven felices en familia. A pocos meses de cumplir los 13 años, los jóvenes disfrutan de la vida en su natal California y mantienen vivo el recuerdo de sus hermanos fallecidos.
Así lo deja entrever Lori en su cuenta de Instagram, donde cotidianamente comparte imágenes de sus seis hijos y sus actividades deportivas, disfrutando Halloween y la vuelta a clases.
Pese a ello, Lori afirma que la pena sigue viva, aunque se lleva de manera diferente.
“Luego de leer y releer mucho de los posts, emails, textos y mensajes privados que recibo, sé que no estoy sola. Desde mi primer blog, sin duda he sonreído más de lo que pensé. Pero también he llorado, tanto lágrimas de dolor por las personas que pasan por lo mismo que yo, como de alegría al saber que no estoy sola”, señaló en su web.
“Siempre serán amados”, dijo sobre sus hijos fallecidos, a quienes constantemente recuerda con imágenes en sus redes sociales.