Muchas personas tienen el hábito de “hacer sonar” sus cuellos, lo que consiste básicamente en estirar esta área de manera que realice un crujido. A pesar de lo cotidiana que es esta costumbre para algunos, el caso de una joven australiana que sufrió una parálisis por esta práctica ha logrado alertar a quienes lo hacen a diario.

Se trata de Natalie Kuniciki (23), una australiana oriunda de Canberra que se mudó a Londres (Inglaterra) en 2017 para ejercer su profesión como paramédica en las ambulancias. Fue justamente en su nuevo hogar, un departamento en la ciudad británica, en donde sufrió un derrame cerebral que le provocó una parálisis en la parte izquierda de su cuerpo.

Natalie Kuniciki
Natalie Kuniciki

Según contó la joven al diario inglés The Sun, luego de llegar de una fiesta ella se sentó en su cama para ver una película. Antes de disponerse a dormir, “hizo sonar su cuello” y se acostó.

“Estiré el cuello y sólo pude escuchar el típico sonido”, dijo. Sin embargo, 15 minutos después despertó con la pierna izquierda totalmente adormecida. “Me levanté e intenté caminar hacia el baño pero me tambaleaba de un lado a otro. Miré hacia abajo y me di cuenta de que no podía mover la pierna izquierda y luego me caí al suelo”, relató.

“Mi amiga tuvo que venir a recogerme. Ella creyó que estaba borracha, pero yo sabía que algo estaba mal. Traté de volver a dormir pero no pude”, admitió la joven que pensó que la habían drogado en la fiesta a la que asistió.

Natalie Kuniciki
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Al ser paramédica, Kunicki admitió que le avergonzaba llamar a una ambulancia y que alguno de sus compañeros supieran que había salido de fiesta. Aún así, llamó al número de emergencias: “les dije que era paramédico y sabía que algo estaba mal”.

“Me tomaron la presión arterial y el ritmo cardíaco y los dos estaban muy altos”, recordó. Luego, al tratar de realizar la prueba de motricidad en la que el paciente debe tocarse la nariz con el dedo, no pudo: “Mi mano se extendía y pensaba ‘oh, no"”.

Natalie Kuniciki fue trasladada al hospital de University College (Londres) en donde le confirmaron que había sufrido un derrame cerebral y que necesitaría una cirugía de emergencia, luego que el estiramiento de su cuello le provocó la ruptura de su arteria vertebral.

Natalie Kuniciki
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“Cuando el médico me dijo que había tenido un derrame cerebral, estaba en shock”, admitió. “No fumo, bebo muy rara vez, no tengo ningún historial familiar de accidentes cerebrovasculares, por lo que es bastante extraño que me pasara”, señaló la joven. “Hay una probabilidad en un millón de que suceda”, explicó la paramédica.

Si bien los cirujanos repararon la arteria dañada con un stent (endoprótesis vascular: pequeño tubo de malla de metal que se expande dentro de una arteria), quedó un coágulo en su cerebro que, aunque se disolverá con el tiempo, le ha generado problemas a su movilidad.

Durante un mes, la mujer estuvo en terapia en el hospital para recuperar la movilidad de su pierna, brazo y mano izquierdos. Actualmente, puede moverse pero no por mucho tiempo: “He recuperado movimiento en mi lado izquierdo. Puedo caminar pero no más de cinco minutos”.

Natalie Kuniciki
Natalie Kuniciki

“Soy muy torpe. No puedo abrochar botones, me resulta demasiado difícil. Al menos ahora puedo sentir el calor y el frío en las extremidades, pero aún estoy adormecida”, contó al medio británico.

En tanto, los médicos estimaron que Natalie podría volver a su trabajo, de una forma más liviana, en un plazo entre seis meses a un año.

“Cada minuto más células cerebrales se estaban muriendo (mientras decidía sí llamar o no a la ambulancia), así que nunca descartes que puedes tener un derrame cerebral simplemente porque alguien es joven”, advirtió.

Natalie Kuniciki
Natalie Kuniciki

Por su parte, su familia creó un GoFundMe (página para reunir fondos por donaciones en línea) para ayudarla a costear los gastos médicos: ya suma más de 4 millones de pesos (chilenos).