Subir un poco de peso, sentir fatiga, tener moretones que no se van, no son síntomas de que vas camino a la diabetes por sí solos, pero cuando se dan en conjunto, sí podrían serlo.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que se llama popularmente “pre-diabetes” cuando los niveles de azúcar en la sangre son más altos de lo normal, pero no lo suficiente como para calificar como diabetes.
Sin embargo, la mayoría no sabe que lo tiene y silenciosamente cimienta el camino hacia un padecimiento mucho más grave. Así lo afirma la endocrinóloga norteamericana Ashita Gupta, quien señala que hasta 9 de cada 10 personas no saben que sufren esta condición.
“Esto se debe a que es común que estas personas se sientan perfectamente normales y saludables, mientras la enfermedad está progresando”, explica a la revista de salud y bienestar Shape.
Es importante saber que esta situación se puede tratar y revertirse ajustando la dieta y el estilo de vida, cuando se detecta tempranamente. Pero cuanto más tiempo pasa sin diagnosticar ni tratar, mayor es la probabilidad de que se convierta definitivamente en diabetes, lo que hace la recuperación muchísimo más difícil.
En el Día de la Diabetes, te dejamos 6 señales silenciosas que podrían ser indicio de que vas camino a esta enfermedad.
1. Visión borrosa
Gupta asegura que las alzas y caídas repentinas de los niveles de azúcar en la sangre pueden dañar la habilidad del ojo para enfocar, lo que lleva a la visión borrosa. Este síntoma debería desaparecer una vez que se regulen los niveles de azúcar.
2. Sed excesiva
La sed excesiva es una de las señales más características de resistencia a la insulina y diabetes. Esto se produce en respuesta al excedente de azúcar en la sangre, ya que el cuerpo intenta eliminar este exceso a través de la orina, impulsando a ir al baño más de lo habitual.
Esto, a su vez, puede causar deshidratación, lo que hace que sientas sed.
3. Heridas o infecciones que cuesta que sanen
Los niveles altos de azúcar en la sangre puede retrasar la circulación, por lo que la piel necesita más tiempo para repararse a sí misma. Gupta dice que como consecuencia, los pequeños moretones y cortes podrían tardar más de lo habitual en sanar.
La resistencia a la insulina también puede promover el crecimiento de bacterias y hongos, que pueden conducir a infecciones recurrentes, especialmente de la piel, la vagina y el tracto urinario, afirma Gupta.
4. Fatiga Extrema
Tu cuerpo utiliza el azúcar en la sangre como combustible, pero cuando tienes resistencia a la insulina o “pre-diabetes” hace que tu cuerpo no sea capaz de convertir de manera eficiente la glucosa en energía. Esto hace que sientas fatiga y cansancio excesivo, asegura la especialista.
5. Repentino e inexplicable aumento o pérdida de peso
Cuando tu cuerpo no es capaz de obtener la energía que necesita de la glucosa en la sangre, comienza a quemar otras cosas para obtener el combustible, lo que puede derivar en pérdida de peso, incluso si no haces dieta o ejercicio, indica Gupta.
Por otro lado, la resistencia a la insulina puede hacer que sientas hambre, y ganes peso en lugar de perder.
6. Hay áreas de tu piel que se han oscurecido
Los altos niveles de insulina pueden aceleran la velocidad de reproducción de las células de la piel, llevando a una condición llamada acantosis pigmentaria. Esto ocurre, cuando la piel del cuello, debajo del brazo, o en los pliegues de los codos comienza a oscurecerse y adoptar una sensación lisa o aterciopelada, indica Gupta.