Un interesante proyecto es el que lleva a cabo una joven fotógrafa que reside en Brooklyn, Estados Unidos, en el que registra con imágenes el trastorno bipolar que afecta a su madre.
Se trata de Melissa Spitz, quien cuando tenía sólo seis años de edad su madre Deborah fue internada en Washington producto de su enfermedad.
“Su vida continuó en un espiral descendente después de eso”, comentó Melissa al periódico The Huffington Post.
“Después de una histerectomía los médicos le diagnosticaron un cáncer, por lo que tuvo pasar por un largo proceso de quimioterapia, lo que se sumó a sus problemas mentales que ya tenía”, agregó.
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Pero durante el tratamiento, Deborah comenzó a abusar del alcohol y de las pastillas. “Esto la llevó a divorciarse de mi padre”, comentó.
Fue en este momento en que en vez de alejarse de todos y encerrarse en su mundo, la niña se refugió en la fotografía, pasión que se la inculcó su abuelo.
“Todo lo que antes había sido perfecto y tranquilo desapareció de la nada. Para mí simplemente era más fácil llevarme la cámara a la casa y hacer esto, que afrontar lo que estaba sucediendo. Estaba furiosa en ese entonces”, comentó al sitio de actualidad Vice.
De esta manera Melissa comenzó a plasmar mediante imágenes el trastorno bipolar de su madre, las que se convirtieron en un proyecto llamado “You Have Nothing To Worry About” (“No tienes nada de qué preocuparte”, en español).
Para esto creó una cuenta en Instagram en la que sube las fotografías, y el impacto ha sido tal que ya cuenta con más de 34 mil de seguidores.
La muestra presenta retratos íntimos del hogar de la paciente mental y sus constantes idas al hospital. Pero además ahonda en la relación que ambas mantienen, junto con las duras etapas del padecimiento.
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“Creo que al principio pensé que las enfermedades mentales eran una tontería”, comentó la joven respecto a su madre.
“Sin embargo, ahora sé que está muy, muy enferma y tengo una opinión completamente diferente de la salud mental. Creo que es necesario que se brinde mucho más apoyo y se ofrezcan más fondos para los miembros de la familia y los hijos, que son el círculo de personas que les rodean”, añadió.
Respecto al álbum de imágenes, Deborah lo aprueba totalmente. “A veces pienso que mi trabajo la victimiza, pero ella no es ninguna víctima. A ella le gusta que la fotografíen y le gusta hacer cosas para llamar la atención. Creo que por eso le gusta tanto el proyecto, porque consigue subirse al escenario. Todo eso tiene mucha fuerza”, precisó la fotógrafa.
La autora del trabajo espera que su historia y las fotografías puedan ayudar para que las familias se atrevan a conversar sobre este tipo de enfermedades mentales.
De acuerdo al sitio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el trastorno bipolar es una afección mental en donde el afectado “tiene cambios marcados o extremos en el estado de ánimo. Los períodos de sentirse triste o deprimido pueden alternar con períodos de sentirse muy feliz y activo o malhumorado e irritable”.
El portal explica que este padecimiento no discrimina entre hombres y mujeres, aunque generalmente comienza entre los 15 y 25 años.
“La causa exacta se desconoce, pero se presenta con mayor frecuencia en parientes de personas que padecen dicho trastorno”, añade.