Ubicado en la manzana de calles Rengo, Lincoyán, Heras y Rozas, el Cerro Amarillo de Concepción es uno de los hitos históricos y patrimoniales más importantes en el centro de la ciudad. Lo que muy pocas personas saben es que allí tuvo lugar una de las batallas claves de la Independencia de Chile, cuando el ejército Patriota liberó parte del sur de Chile del dominio los españoles.
El batallón chileno había derrotado a los Realistas en la Batalla de Chacabuco hacia febrero del año 1817, logrando sacarlos del centro del país y liberar Santiago de la influencia de la corona.
Sin embargo, las preocupaciones posteriores eran liberar el sur de Chile, específicamente Concepción, de la influencia europea, por lo que el futuro Director Supremo Bernardo O’Higgins encomendó al coronel Juan Gregorio de las Heras de la Gacha dirigirse hacia la zona más extrema.
Fue así como Las Heras conformó una expedición de 800 hombres, la cual cabalgó hacia el sur del país a partir del 1 de abril de aquel año, sólo dos meses después de la exitosa batalla de Chacabuco.
De acuerdo a los datos de la Academia Militar de Guerra, el coronel Las Heras y sus hombres alcanzaron un lugar conocido como la Hacienda de Curapaligüe, a sólo 26 kilómetros de Concepción, el 4 de abril de ese año.
Por esos años, la bandera realista aún estaba izada sobre la plaza de la ciudad, por lo que el alto mando tenía claro que encontrarían oposición incluso antes de entrar al lugar.
Allí les esperaba un batallón de 600 hombres liderado por el general español José Ordoñez, quien había recibido la orden expresa desde el virreinato de no dejar que el ejército libertador entrara en Concepción.
Fue así como los españoles se agolparon en Talcahuano, donde esperaron para dar su primer ataque durante la madrugada del 4 de abril, en Curapaligüe. No obstante, Las Heras se había adelantado a estos planes y había ordenado tener expresa vigilancia de lo que pudiera salir de Talcahuano; se estaba preparando para la lucha antes de llegar al sur.
Según la academia, la batalla de Curapaligüe no duró más de cuatro horas (aproximadamente), en las que el Ejército Libertador desarrolló un fuego constante contra las fuerzas españolas, que eran inferiores en número.
Las cargas a caballo no se hicieron esperar, teniendo amplio éxito contra el batallón de Ordoñez, que no pudo desarrollar fuego contra los chilenos y argentinos presentes en aquel lugar. Se cree que el español fue sorprendido por completo aquella mañana.
Para evitar mayores pérdidas, el alto mando español ordenó la retirada inmediata. Se estima que en ese lugar perdieron la vida unos 20 hombres, además de ceder un par de cañones y cinco caballos.
Por su parte, Las Heras y sus hombres alcanzaron Concepción prácticamente sin bajas. Todos ellos se ubicaron en el denominado Cerro Gavilán (Actual Cerro Amarillo), para esperar un nuevo ataque de Ordoñez, quien estaba afincado en Talcahuano junto a sus hombres.
La Batalla de Gavilán
De acuerdo al Archivo Histórico de Concepción entre abril de ese año y el 5 de mayo hubo una tensión evidente entre esos dos bandos, ya que se preveía que existiría un combate bastante sangriento cerca del centro de Concepción.
Por el lado español, Ordoñez recibía a 1.600 nuevos hombres en Talcahuano, quienes habían ingresado a través de barcos y sin mayor oposición. Todos ellos venían desde Valparaíso dispuestos a sacar a los patriotas de Concepción y consolidar su hegemonía en la zona sur.
Por su parte, Las Heras había pedido ayuda expresamente a O’Higgins, quien en ese momento se encontraba en Chillán. En contraparte, por esos días el coronel había logrado reclutar un total de 1.400 hombres, aunque eso no era suficiente si quería conservar su posición.
Sus planes iniciales fueron enviar espías hacia Talcahuano, con el fin de conocer cuáles eran los planes de Ordoñez y saber cuál era su arsenal más importante.
Finalmente, según escribe la licenciada en Historia de la Academia de Historia Militar, Carolina Herbstaedt, la madrugada del 5 de mayo Ordoñez dio la orden a sus tropas para que dejaran Talcahuano y avanzaran hacia Concepción por su lado oriente.
El objetivo era acabar con la fuerzas de Las Heras en el denominado Cerro Gavilán, pero las tropas habían estudiado con antelación al rival, por lo que sabían cómo contrarrestarlos, pese a estar en inferioridad numérica.
La historiadora relata que: “Rápidamente fueron repelidos por la artillería patriota, logrando detener el avance unos momentos, mas pronto dicho fuego fue contrarrestado por los realistas y se desató el combate. Cuando la victoria patriota parecía decidida”.
A lo que añadió: “Otra columna realista entró en combate en el momento justo para inclinar la balanza a favor de las armas realistas, avanzando por la derecha de los patriotas, comandada por el teniente coronel Ramón Freire (que se había sumado aquel día), quien, pese al fragor de la pelea, no pareció alarmarse y defendió su posición con valentía”.
El clímax de la batalla se generó en el denominado Cerro Gavilán, donde el combate cuerpo a cuerpo fue constante. El ejército libertador estuvo cerca de perecer, pero la suma posterior de los hombres mandados por O’Higgins desde Chillán inclinó la balanza a su favor.
“Fue una lucha encarnizada en la que por momentos parecía que todo estaba perdido para los patriotas, pero pronto comenzaron a ganar terreno y a revertir el resultado. Los realistas comenzaron su brusca retirada hacia su fuerte en Talcahuano. La oportuna llegada del sargento mayor don Cirilo Correa, al mando de dos compañías de fusileros destacados de la división de O’Higgins, aceleró esta huida y hacia las diez de la mañana del 5 de mayo, la victoria estaba asegurada”, agregó Herbstaedt.
La académica cita a Diego Barros Arana, autor de Historia General de Chile, para cerrar su relato.
“Habían rechazado con vigor y con acierto un ataque hábilmente combinado; y si el número de sus tropas, y sobre todo la escasez de caballería, no les había permitido llevar a cabo la dispersión total de los fugitivos, les habían quitado tres cañones, más de doscientos fusiles y una cantidad considerable de municiones (320 tiros de cañón y cerca de 30.000 cartuchos de fusil)”
Si bien no existen datos concretos, se estima que las pérdidas españolas fueron 118 muertos y 80 heridos, 4 cañones y 200 fusiles. Mientras que los patriotas perdieron 6 soldados y hubo 62 heridos.
En otra de sus citas a Barros Arana añadió: “La batalla sirvió para afianzar el prestigio de las armas de la patria haciendo ver que la guerra había entrado en un periodo de orden, de regularidad y de disciplina bien diferentes de las desconcertadas operaciones con que en 1813 se habían abierto las campañas militares para alcanzar la independencia”.
Junto con eso, varios historiadores tienen consenso es que esta fue la mejor batalla ideada por Juan Gregorio de las Heras en su historial militar.
Cabe señalar que la batalla que consolidó el éxito del proceso de Independencia chileno se desarrolló un 5 de abril de 1818 en un sector denominado como los Cerrillos del Maipo y hasta hoy es conocida como la Batalla de Maipú.