Durante toda la era cristiana, las Sagradas Escrituras han dejado en claro que Judas Iscariote fue el discípulo que traicionó a Jesús en Jerusalén y lo vendió por 30 monedas de plata.
Para los cuatro evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia (Mateo, Lucas, Juan y Marcos), Judas dio un beso a Jesús en la mejilla, para que fuera reconocido por quienes lo querían juzgar.
La historia posterior es conocida incluso por quienes no profesan el cristianismo, pero un descubrimiento y estudio podría echar por tierra toda esta creencia.
Fue en el 367 cuando Ireneo de Lyon definió cuáles serían los cuatro evangelios que darían forma a la Biblia. La orden fue seguida por Constantino años más tarde, quien mandó a quemar centenares de libros que no compondrían el libro sagrado del catolicismo.
Se dice que la quema de estos libros se habría llevado a cabo en la antigua Alejandría hacia el 730 después de Cristo, pero la misión nunca fue finalizada.
De acuerdo a la National Geographic, hubo obispos del Santo Pacomio que desobedecieron esta orden y escondieron una seguidilla de libros en una zona denominada Nag Hammadi, los cuales sobrevivieron a siglos de guerras y catástrofes naturales.
Se especula con que uno de esos libros habría sido escrito por una persona ligada a la persona de Judas y lo habría titulado como El Evangelio, un libro que, probablemente, estaba destinado a reparar la imagen del traidor.
Aquella escritura fue nuevamente descubierta cerca de 1970, cuando investigadores la encontraron en Egipto y negociaron su venta con la National Geographic Society hacia 1983.
El valor de compra fue de 300.000 dólares. Tras eso comenzó a realizarse un extenso trabajo para comprender lo que decían estas escrituras, cuyos primeros resultados fueron dados a conocer en 2006.
Lo que revela el Evangelio de Judas
Net Geo ha estado trabajando en este libro durante una década, pero hasta el día de hoy no existe claridad total respecto a la originalidad del texto, aunque existen pistas que dan a entender que fue escrito en el Antiguo Egipto, hacia el 180 después de Cristo.
Hasta el día de hoy se sabe que se han podido descifrar 26 páginas de un total de 66 que estuvieron escondidas por siglos. Muchas de ellas dan a entender dos situaciones que parecerían infundadas: Iscariote era el preferido de Jesús y no fue el hombre que lo traicionó, sino que siguió sus órdenes.
De acuerdo a un reporte de diario El País, el evangelio de Judas da cuenta de una figura de Jesús mucho más humanizada de la que se relata en los cuatro evangelios oficiales.
De esta forma, la única parte que ha sido traducida hasta hoy da cuenta de un hijo de Dios que es capaz de cuestionar mucho más su existencia y juzgar de una forma más severa a sus discípulos.
Por otro lado, Judas es descrito como el más inteligente del grupo, quien es capaz de estar a la par de Jesús cuando tenían conversaciones personales.
Así, esta es la única escritura encontrada hasta el día de hoy que sostiene que Iscariote no fue el hombre que traicionó a Jesús por dinero, sino que sólo siguió sus órdenes.
“Tú serás el decimotercero y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos”, se explica en la página 45 del libro.
Esta extrema confianza entre Jesús y Judas viene dada en que el maestro habría visto en su discípulo una fuerza superior a la del resto, por lo que le da la misión de entregarlo a sus enemigos cuando Él lo indique.
“Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste. La estrella que indica el camino es tu estrella”, sostiene la página 47.
De acuerdo a la escritura, Judas fue el único en enterarse que Jesús venía desde el inmortal “Reino de Barbelo”, por lo que a él se le indicó una revelación inédita: “Referida a secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca”.
“Judas, tu estrella te ha llevado hacia delante. Ninguna persona de nacimiento mortal es digna de entrar a la casa que has visto, para ese lugar se reserva a lo sagrado (santo). Ni el Sol ni la Luna regirá ahí, ni el día, sino lo santo morará ahí siempre, en la región eterna con los ángeles santos”, habría dicho el hijo de Dios en una conversación con Judas, según este evangelio.
Esto deja entrever, según entendidos en teología, que Jesús en realidad habría estado agradecido de su discípulo por haberlo entregado para su sacrificio, ya que le dio la oportunidad de llevar su cuerpo hacia otra etapa.
Sin ir más lejos, el pasaje final de este libro indica: “Los sumos sacerdotes murmuran porque él se ha ido a la recámara de huéspedes a orar. Los escribas lo estaban observando cuidadosamente para posteriormente arrestarlo durante la oración, pero tenían miedo de la gente, desde que él, fue recibido por todos como profeta. Ellos se aproximaron a Judas y le dijeron: ‘¿Qué haces aquí? Eres discípulo de Jesús’. Judas les respondió como ellos lo deseaban, y él recibió un dinero y se lo dieron de mano sobre ellos”.
Agregando que: “Jesús se lo agradece, ya que prepara el momento en que quedará ‘liberado’ del cuerpo, lo que le permite regresar al ‘reino grande e ilimitado cuya inmensidad no ha visto ninguna generación de ángeles”.
Validación del evangelio
Recientemente, la investigación sobre la validez de este evangelio ha estado en manos del estudio McCrone Associates en Estados Unidos, quienes han develado detalles que relacionan al libro con el lejano Egipto.
De acuerdo a un reporte de La Tercera, fue el investigador Joseph Barabe quien identificó tintas negras (lamp black) y cafés (iron gall) dentro del papiro original rescatado desde Suiza.
En este sentido, el hallazgo más importante de Barabe se relaciona con las tonalidades begras, que eran comunes en los escritos egipcios de antaño, Siglo III d. C. No obstante, los tintes cafés siguen siendo un misterio.
Por otro lado, desde el estudio indicaron que la tinta no había dejado huellas sobre el reverso del papiro, a pesar que había sido encontrado enrollado. Esto hace suponer que su escritura fue mucho antes que alguien lo apilara en forma de rollo.
Hasta el momento, los expertos aseguran que existen pruebas de que los contratos y escrituras importantes del antiguo Egipto y Grecia fueron hechos a través de la tinta iIon Gall, lo que hace suponer que el Evangelio de Judas habría sido un texto de sumo valor.
Por el momento, una estimación de McCrone Associates estipula que el texto fue creado alrededor del 280 d.C. Si bien no existen pruebas suficientes para decir que es auténtico, tampoco se puede afirmar de forma tajante que es falso.
Por lo pronto, el descuido al que estaba expuesto el papiro hace imposible ver cuál fue el desenlace de Judas, según esta versión.
Cabe señalar que, para el catolicismo, existen dos versiones sobre la muerte de Judas. Una indica que tuvo un accidente y cayó desde una gran altura, golpeando su cuerpo con el suelo. Otra más salomónica asegura que se arrepintió de su actuar y se ahorcó en un árbol.