El origen de nuestro Viejito Pascuero tiene relación con un obispo de la antigua Turquía. Su nombre era Nicolás, un hombre al que también le gustaba viajar y ayudar a los niños a cualquier costo. Su mayor logró fue salvar a un grupo de mujeres de la prostitución, por medio de un regalo que mandó por una chimenea, y resucitar a tres niños.
Si bien no se conocen los nombres de los padres del hombre, la historia señala que ambos fueron personas muy cercanas a la religión y a la ayuda al prójimo, sintiendo cercanía por los pobres de la ciudad de Mira.
De acuerdo a la BBC, los padres de San Nicolás murieron cerca del año 300, mientras atendían a personas que estaban enfermas de tifus. En ese momento dejaron al joven con una gran fortuna y con la misión de seguir con la ayuda a los necesitados.
El muchacho tomó la decisión de utilizar todo el dinero de sus padres y comprar regalos para los niños pobres de su ciudad. De esta forma, en diciembre entregó ropa, comida y juguetes de madera.
Tras eso, Nicolás decidió ingresar a un monasterio como monje, con la misión de convertirse en un servidor de Dios. Años más tarde, peregrinó hasta Egipto y Palestina, por lo que conoció Tierra Santa.
Años más tarde, de acuerdo a National Geographic, los sacerdotes de Mira estaban en el templo definiendo al nuevo Obispo, ya que el antiguo había fallecido. En un momento, indicaron que el próximo párroco que ingresara por la puerta sería la autoridad de la iglesia.
De esta forma, el hombre que entró en ese momento al lugar fue Nicolás, por lo que lo proclamaron como obispo.
Ya como autoridad, se dice que en la ciudad había un vecino sumamente pobre que expuso a sus tres hijas a la prostitución para poder subsistir. En ese momento, el servidor decidió ayudar de una forma anónima.
Así, en la noche, el hombre trepó en la casa y arrojó por la chimenea una bolsa con monedas de oro. Con ese dinero, el hombre pudo pagar el “dote” de su hija mayor y casarla.
San Nicolás quiso ayudarlo con sus otras dos hijas, por lo que volvió otra noche y arrojó una nueva bolsa con monedas, pero esta vez se enredó con la cuerda y también cayó por la chimenea. Tras ser descubierto por el padre de las mujeres, él le agradeció su obra de caridad.
Otro hecho de nobleza ocurrió cuando tres niños fueron asesinados y lanzados a un barril de sal. Se dice que por oración de San Nicolás los menores volvieron a la vida.
Como obispo, Nicolás solía presentarse a los feligreses usando una túnica roja y una alargada barba blanca. Además, todos los años él mismo se encargaba de entregar regalos a los menores del pueblo, visitándolos casa por casa.
San Nicolás murió el 6 de diciembre del año 345. Desde ese momento fue descrito por la población como “Papá Noel” y su festividad se conmemora, todos los años, ese mismo día.
Su celebración alcanzó gran popularidad en Europa, hasta nuestros días. En Alemania, fue conocido como “San Nikolaus”. Años más tarde, su nombre derivó en “Santa Claus”.
Desde ese momento fue representado, en la cultura popular, como un hombre de traje rojo, barba blanca, que va de casa en casa repartiendo juguetes a los niños.