El jueves llegó a los cines El Conjuro 2, la esperada secuela de una de las cintas de terror más vistas en Chile. Con los mismos protagonistas y director, el filme se centra en un caso investigado por Ed y Lorraine Warren, dos expertos en fenómenos paranormales, en la década de los 70.

En el filme, el matrimonio interpretado por Vera Farmiga y Patrick Wilson investigan el misterio del Poltergeist de Enfield, una historia real que aterró a los ingleses en 1977 y que hasta el día de hoy sigue teniendo preguntas sin responder.

La historia comenzó cuando Peggy Hodgson, una madre soltera de 40 años llegó a vivir a una casa en la modesta localidad de Enfield, al norte de Londres. El nuevo hogar tenía tres habitaciones y un patio para que sus cuatro hijos pudiesen comenzar una nueva vida luego de la traumática separación de sus padres.

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Pero nada de lo que esperaba ocurrió, al contrario, su estadía en el lugar se convirtió en una pesadilla de la que no podían despertar y de la que todo el mundo tenía una opinión.

A los pocos días de mudarse a la casa, dos de los niños notaron que algo extraño ocurría ahí. Todo empeoró una noche de agosto de 1977 cuando Janet de 11 años y Johnny de 10, despertaron aterrados y gritando que su cama no paraba de moverse de arriba a abajo. Cuando Peggy llegó al lugar para auxiliar a sus hijos, el movimiento ya había cesado.

A la noche siguiente la escena volvió a repetirse, pero esta vez los niños contaban que vieron una silla moverse sola y que escucharon fuertes golpes provenientes del suelo de su habitación. La mujer nuevamente acudió a ver qué ocurría y fue entonces cuando notó que un baúl que había usado para mudarse no estaba dónde ella lo había dejado.

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A pesar del peso del objeto, se las arregló para moverlo y dejarlo al otro lado de la habitación, pero cuando regresaba a su cuarto vio cómo el baúl se movía sólo y volvía al lugar donde estaba. “Estábamos asustados, pero también intrigados”, aseguró Janet 38 años después en una entrevista con el diario inglés The Telegraph.

“-Mi mamá- Estaba sin habla, la verdad. Ella empujó el baúl hacia atrás y éste empezó a moverse de nuevo. Ella trató de empujarlo de nuevo y no se movía. Así que nos gritó ‘Bien, vamos abajo’. Estábamos muy nerviosos. Había un ambiente raro en la casa. Y entonces comenzaron los golpes”, agregó.

La primera idea de la mujer fue que habían entrado ladrones a la casa, pero cuando se dio cuenta que los ruidos no cesaban y se hacían más fuertes, decidió sacar a sus hijos de ahí y correr hasta la casa de sus vecinos en busca de ayuda.

Graham Morris | Daily Mirror
Graham Morris | Daily Mirror

“Sonaba como si viniera de la pared exterior, pero era como si fuera en el interior también. A veces, sonaba como si viniera de debajo de las tablas del suelo”, explicó Janet.

La mujer llegó con sus niños al hogar de Vic y Peggy Nottingham, y mientras ella se encargó de ayudarla y tratar de calmar a la familia, el hombre que trabajaba en la construcción fue a ver qué ocurría en la casa. “Entré a investigar y no podía distinguir de donde provenían estos ruidos, pues se escuchaban golpes en la pared, en el dormitorio y en el techo. Reconozco que comencé a sentirme muy asustado”, señaló Nottingham años después al diario inglés Daily Mail.

Al regresar, Vic decidió que lo mejor sería llamar a la policía. La oficial Carolyn Heeps respondió a la petición y llegó al lugar para ayudar, aunque no fue mucho lo que pudo hacer. Sólo al entrar al hogar de los Hodgson vio un sillón que se movía y escuchó los golpes cada vez más fuertes. “Estaba pasmada”, recordó Janet. “Todos estábamos asombrados”, continuó.

Graham Morris
Graham Morris

“Inspeccioné ese mueble para ver si habían cables ocultos, pero no pude encontrar ninguna explicación de lo que había visto”, relató Heeps, quien finalmente se dio por vencida y aseguró que este no era un tema policial por lo que no había nada que ella pudiera hacer.

El resto de la noche la familia no durmió y volvieron a la casa. Preocupada por el bienestar de sus niños, Peggy llamó al diario inglés Daily Mirror para contar su historia. El medio de comunicación envío a un periodista y un fotógrafo a investigar, pero nada pasó durante todo el tiempo que estuvieron en la casa.

“Ellos vinieron y no pasó nada más. Y tan pronto como se fueron, todo comenzó. Ladrillos y mármoles comenzaron a volar. El fotógrafo regresó y un ladrillo lo golpeó encima del ojo. Tuvo la marca por unos días. Y luego Maurice Grosse entró en el caso “, explicó Janet.

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Expertos en acción

Cuando los eventos comenzaron hacerse más intensos los profesionales de la comunicación llamaron a la Sociedad de Investigación Psíquica (SPR) quienes enviaron a Grosse, uno de los expertos más antiguos de fenómenos paranormales. “Cuando llegué ahí, nada pasó por un tiempo”, explicó el investigador a The Telegraph antes de morir en 2006.

“Pero entonces vi como figuras de Legos volaban por la habitación. Y una cosa extraordinaria que pasaba, es que al recogerlos estaban calientes, lo que coincide con actividad poltergeist”, dijo.

Guy Lyon Playfair y Maurice Grosse
Guy Lyon Playfair y Maurice Grosse

En los siguientes 18 meses, el hombre fue testigo de casi dos mil incidentes paranormales que incluían camas, sillones y muebles moviéndose, ruidos y ladridos de perros en habitaciones donde no había ningún animal, entre muchos otros. Uno de los peores episodios fue cuando Rose, una de las niñas, comenzó a pedir ayuda. “No me puedo mover… está agarrando mi pierna”, gritó la niña desde la escalera donde se veía como tenía de sus piernas estirada.

La peor parte se la llevó Janet de 11 años, quien sufrió una especie de posesión, incluso su familia aseguró que la habían visto levitar. Pero lo que llamaba la atención era la voz áspera y masculina que salía de su boca y que permanecía hasta cuatro horas con ella.

Además del lenguaje obsceno, el supuesto espíritu aseguraba ser Bill Wilkins, el ex propietario de la casa que había fallecido en lugar. En un momento incluso describió a la situación exacta en la que había muerto, algo que difícilmente Janet podía saber. El registro de dichas conversaciones sigue disponible hasta el día de hoy.

“Justo antes de morir quedé ciego. Luego sufrí una hemorragia, me quedé dormido y morí en la silla en la esquina de la planta baja”, habría dicho a través de la niña, información que fue confirmada después por su hijo.

Todo lo que ocurría era publicado en los medios de comunicación de la época, que cubrieron cada detalle, incluso la familia y sus vecinos concedieron una entrevista a la cadena BBC donde contaron su experiencia. Esto armó un gran debate donde se puso en duda la veracidad de los hechos y teorizaron acerca de que todo habría sido un engaño producido por los niños.

janet-hodgson
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Muchos años después la misma Janet confesó que había elaborado algunos de los fenómenos, pero no todos. “Sólo el 2 por ciento de los fenómenos que ocurrieron en nuestra casa fue falso. Una o dos veces falsifiqué los fenómenos sólo para ver si el señor Grosse y un colega suyo, el señor Playfair, nos atraparían. Y siempre lo hacían”, señaló al diario británico Daily Mirror.

La investigación incluyó trasladar a la niña a un hospital donde se le realizaron diversas pruebas, las que no arrojaron nada extraño en la menor de edad. En tanto, los hechos paranormales cesaron completamente en la casa, mientras ella no estuvo.

“Fue una época muy difícil. Pasé un corto período de tiempo en el hospital psiquiátrico Maudsley de Londres, en el que me introdujeron electrodos en la cabeza, pero las pruebas demostraron que yo estaba completamente normal”, aseguró.

Daily Mail
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Ed y Lorraine Warren, ¿héroes?

A diferencia de lo que se muestra en la película, los demonólogos norteamericanos Ed y Lorraine Warren, fueron sólo dos de los muchos expertos que llegaron a la casa para analizar la situación. De hecho, el sitio HistoryvsHollywood, asegura que casi no hay mención a la participación de este matrimonio durante la investigación.

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Uno de los que estuvo desde el principio fue Guy Lyon Playfair, quien aseguró en una ocasión que los Warren llegaron sin ser invitados a la casa en el verano de 1978 y que sólo estuvieron un día en el lugar.

Janet aseguró en Daily Mail que las cosas comenzaron a calmarse ese mismo año, cuando un sacerdote visitó la casa, aunque nunca paró completamente.

Tras esta experiencia, los niños sufrieron de bullying en su escuela, donde Janet era llamada “la chica fantasma”. La joven quiso comenzar una nueva vida y a los 16 años se casó y se fue de la casa, pero la mala suerte la perseguiría.

Su hermano Johnny murió de cáncer a los 14 años, poco después su mamá falleció producto de la misma enfermedad en 2003 e incluso su hijo murió a los 18 años mientras dormía.

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