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En el África subsahariana, hay innumerables maravillas naturales, pero no hay ningún otro como el país de Lesoto.

Ubicado al sur del continente africano, este territorio es un enclave que se encuentra a 1000 metros sobre el nivel del mar.

Como anécdota, también se le conoce como el reino en los cielos, dada su rara geografía, que la hace merecedora de hitos sorprendentes y paisajes que escapan de toda lógica de lo que se espera de un país.

Lesoto, que se encuentra rodeada por Sudáfrica, es un territorio “dentro de otro país”, lo que hace que su gente viva en condiciones llamativas.

Lesoto: un país para personas valientes

Lo primero que hay que conocer de Lesoto, es que es una nación atípica, donde se emplaza, en literalmente, las montañas, lo que hace que exista un clima frío durante los 365 días del año, llegando incluso, a -20ºC durante el invierno.

Esto que parecería una desgracia, no lo es, ya que en las montañas Maluti de Lesoto, funciona, desde 2004, el Afriski’s Kapoko Snow Park, un centro de esquí.

El lugar, ubicado a 3222 sobre el nivel del mar, se trata de uno de las principales atracciones del país.

Así las cosas, este oasis de nieve, es un ejemplo de que el clima frío, es una característica de este lejano país. De hecho, la vestimenta de los basutos -como se denominan los habitantes de Lesoto- son las mantas, que se parecen a los ponchos, y que sirven especialmente para mantener regulada la temperatura corporal. Además, de los sombreros cónicos, conocidos como mokorotlos, informa BBC Mundo.

Lesoto: el reino que ha resistido por siempre

Por otra parte, el director de “Black Panther”, Ryan Coogler, ha dicho que un viaje a Lesoto, lo inspiró en crear su versión de Wakanda, consigna Vulture.

Ya que este pequeño reino, que resistió tanto a los zulúes en el siglo XIX como a los bóers en el siglo XX, tiene un pasado combativo, pero el país fue colonizado por los británicos, sin embargo, su influencia no fue determinante en la cultura de sus habitantes. Por esta razón, los basutos son reconocidos por pertenecer a una estirpe de orgullosos guerreros.

Aunque, la población de Lesoto que es de 2,3 millones de personas, vive un potencial peligro debido al cambio climático, porque la zona se encuentra golpeada por una grave sequía que se remonta hace décadas.

Según las últimas cifras de Naciones Unidas, 1 de cada 3 personas se enfrentan a niveles agudos de inseguridad alimentaria y más de la mitad del país está por debajo del umbral de pobreza.

Cabe mencionar que el país, se organizó bajo el liderazgo del rey Moshoeshoe I, que unió a las diferentes tribus basoto para defenderse de los ataques de los zulúes en 1820.

Moshoeshoe I | Creative Commons

Por cierto, el éxito que obtuvieron los basoto, al defender sus tierras, se debió a que tenían el conocimiento ancestral de la altiplanicie, el lugar donde Moshoeshoe I, edificó la fortaleza para proteger a las tribus que dieron origen a Lesoto, por el año 1824.

De este modo, este lugar sagrado, lo bautizaron como la “montaña de la noche”. Actualmente, en la zona, se encuentran enterrados todos los reyes de Lesoto, afirma ABC.

En 1868, el monarca pidió ayuda a los ingleses para apaciguar la inestabilidad política del naciente país. Pese a que Londres, acudió a prestar ayuda, la Corona en esos años, aprovechó la oportunidad de convertir a Lesoto en un protectorado regido por Gran Bretaña, una administración que estuvo por un siglo entero.

Los problemas de Lesoto

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, la tasa de suicidios es de 87,5 personas por cada 100 mil habitantes.

En un reportaje de BBC Mundo, ahondaron en la crisis de salud mental en Lesoto.

En ese sentido, los basutos no se sienten cómodos hablando del tema porque de hacerlo, podría incitar al chisme. Más aún, que una parte de la población, practica las creencias animistas durante los rituales de sanación.

Otro problema grave de Lesoto, es que la prevalencia del VIH es bastante alta, ya que hay más infecciones por cada 100.000 personas, que en la mayoría de los países vecinos, como Namibia, Botswana y Eswatini, afectando en la actualidad, al 23 por ciento de la población.