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El ex luchador Chris Nowinski, conocido como Chris Harvard en WWE, tras su retiro por una conmoción cerebral, se ha dedicado a investigar la encefalopatía traumática crónica (CTE) como neurocientífico y cofundador de la Concussion Legacy Foundation. Su carrera deportiva comenzó en el fútbol americano, pero se inclinó por la lucha libre, debutando en WWE en 2001 como Chris Harvard. Tras su retiro en 2003, se enfocó en la investigación de las conmociones cerebrales en el deporte de contacto, fundando la Concussion Legacy Foundation y publicando el libro 'Head Games: Football´s Concussion Crisis'. Nowinski ha sido clave en identificar casos de CTE en deportistas fallecidos, incluyendo el de la ex superestrella de WWE, Chris Benoit. A pesar de críticas pasadas a WWE por su seguridad, actualmente colabora con ellos en la prevención de lesiones cerebrales.
Tras dedicarle tres años de su vida al wrestling de manera profesional, el exluchador Chris Nowinski (conocido como Chris Harvard en WWE) pasó de ser víctima de un retiro anticipado por culpa de una conmoción cerebral a volcarse de lleno a la investigación sobre esta compleja lesión.
Actualmente, como neurocientífico y cofundador de la Concussion Legacy Foundation (Fundación del Legado de las Conmociones Cerebrales en español), se ha convertido en uno de los grandes especialistas en el estudio de la encefalopatía traumática crónica (CTE), educando y fiscalizando a empresas de deportes de contacto, con el objetivo de prevenir y generar más conciencia a los deportistas sobre esta patología que se desarrolla cuando hay golpes reiterados en la cabeza.
Su corta carrera deportiva
Desde temprana edad, Nowinski desarrolló cualidades físicas y deportivas sobresalientes. Con sus 1,95 metros de estatura en la secundaria, fueron los propios entrenadores de fútbol americano que tuvieron que convencer a su madre para que practicara este peligroso deporte. Rápidamente, el novato se transformó en capitán y, con el tiempo, recibió la propuesta de una beca en la Universidad de Harvard, donde podía mezclar sus estudios con su carrera deportiva.
De acuerdo a lo conversado en una entrevista en el podcast BBC Outlook, el propio protagonista relata que, en su época universitaria, se dio cuenta que había algo que le gustaba tanto como el deporte; la ciencia. Sin embargo, en esos años, sus grandes posibilidades de saltar a la NFL (la principal liga de fútbol americano) hizo que éste se concentrara netamente en su preparación física.
Sin embargo, en plena entrada de los 2000 y con Nowinski con 22 años, sus propios compañeros de equipo lo introdujeron al mundo de la lucha libre que, en esa época y con WWE (World Wrestling Entertainment) a la cabeza, gozaba de ser uno de los espectáculos más vistos en televisión, con superestrellas de la talla de Stone Cold, The Rock, Triple H, Mick Foley, Undertaker, Kane, entre otras.
Ya como fanático de este show estadounidense y en una decisión repentina, el estudiante y jugador de fútbol americano decidió dejar de lado su sueño de llegar a la NFL tras graduarse y probó suerte en un reality transmitido en MTV que buscaba prospectos que quisieran ser parte de WWE. Pese a no ganar, el desplante de Chris frente a la cámara y sus capacidades tanto físicas como actorales, interpretando un arrogante estudiante de Harvard, llamaron la atención de los directivos, quienes le dieron una oportunidad.

De esta manera, en 2001, Chris Nowinski ficha por WWE y se transforma en Chris Harvard, un luchador soberbio y engreído que se esmeraba en sacar de quicio a los fanáticos que asistían a los shows en vivo, burlándose de las superestrellas más queridas por el público e insultando las tradiciones locales de las ciudades que los recibía.
Su dedicación y la reacción que generaba en los fans le permitió ser muy bien evaluado por Vince McMahon (cofundador de la compañía), quien lo hizo debutar en RAW en junio de 2002, logrando meterse de lleno en la pelea por el Campeonato Hardcore, título que ostentó en dos oportunidades, convirtiéndose en el ganador más joven de este cinturón.
Bradshaw vs Chris Nowinski for the Hardcore title pic.twitter.com/LEC8KfJ2OV
— Wrestling Magazine (@WrestleMagazine) July 14, 2024
No obstante, todo se vino abajo en junio de 2003, cuando en una pelea en parejas contra los Dudley Boys, Nowinski recibió una inesperada patada en el mentón que lo dejó semiinconsciente y con un dolor de cabeza que lo acompañó incluso después de haber abandonado el ring. Este accidente marcó un antes y un después en la carrera del exluchador, quien siguió experimentado síntomas los días posteriores, hasta sufriendo pérdida de memoria.
“Recibí una patada real. Fue como si me arrancaran la cabeza”, aseguró el propio Nowinski. Su preocupación fue tal que decidió buscar ayuda médica ajena a la proporcionada por la compañía de entretenimiento deportivo, siendo diagnosticado con un síndrome de post-conmoción cerebral, lo que lo llevó a retirarse de la WWE.
De superestrella de la lucha libre a neurocientífico
Mientras se encontraba analizando su adiós definitivo de la lucha libre, en paralelo, el deportista volvió a reencontrarse con la ciencia y, en busca de respuestas, comenzó a visitar bibliotecas especializadas en investigaciones médicas sobre conmociones cerebrales, dándose cuenta que existían pocos estudios respecto de la encefalopatía traumática crónica (CTE) que experimentan las personas que se dedican al deporte de contacto.

Su búsqueda le permitió interiorizarse en un sinfín de historias de exboxeadores y exjugadores de fútbol americano que fallecieron a temprana edad, a causa de un daño cerebral relacionado a golpes repetitivos en la cabeza, experimentando también depresión, deterioro cognitivo y cambios de personalidad previo a su muerte. Gracias a esto, Nowinski fundó la Concussion Legacy Foundation y, en primera instancia, se dedicó a contactar a familiares de deportistas fallecidos para solicitar la donación de sus cerebros.
El propio exluchador reveló que esta tarea no fue sencilla en un principio, ya que no existe un momento adecuado para pedirle a una persona de luto que permita extirpar un órgano de su ser querido, pero que, con el tiempo, estas donaciones permitían confirmar evidencias sobre este daño progresivo y frecuente. Actualmente, la organización recibe un promedio de 150 donaciones al año y tiene una reserva de 12.000 deportistas que se comprometieron a ser parte de esta investigación tras sus muertes.

Estas investigaciones y su propia experiencia en WWE le permitió a Nowinski lanzar un libro en 2006, el cual se tituló ‘Head Games: Football’s Concussion Crisis’ y donde no sólo dio a conocer los detalles de la lesión que acabó con su carrera, sino que también expuso un profundo análisis sobre los peligros de las conmociones cerebrales en los deportes de contacto.
Al poco tiempo después, el exluchador fue contactado para iniciar una investigación respecto del suicidio de Andre Waters, una estrella de la NFL que se disparó a los 44 años. Las pesquisas arrojaron que el deportista, efectivamente, había sufrido múltiples conmociones cerebrales durante su carrera, descubriendo que el estado de su tejido cerebral correspondía al de un hombre de 85 años.

Además, la fundación de Nowinski cumplió un rol fundamental en la confirmación del cuarto caso de un exjugador de fútbol americano con encefalopatía traumática crónica (CTE), correspondiente a la estrella de los Pittsburgh Steelers, Justin Strzelczyk, quien falleció en un accidente automovilístico a los 36 años.
Sin embargo, la impactante tragedia de la exsuperestrella de WWE, Chris Benoit, quien le quitó la vida a su esposa y su hijo antes de suicidarse en 2007, fue un punto de inflexión en la carrera del neurocientífico, recordando sus años compartiendo con el exluchador canadiense, quien le reveló que había sufrido “más conmociones de las que podía recordar”.
¿Qué hizo? Al poco tiempo de enterarse de la desgarradora noticia, Nowinski y los científicos de su fundación llamaron al padre de Benoit para que accediera a que éstos estudiaran el cerebro de su hijo. Tras acceder a esta petición, se detectó que el luchador convivía el último tiempo con CTE, confirmando las sospechas del neurocientífico, quien tenía conocimiento de los constantes movimientos de Benoit donde golpeaba su cabeza rutinariamente.
Ya con la evidencia pasada, el exluchador que se hacía llamar Chris Harvard encendió las alertas en el mundo del deporte de contacto, no sólo advirtiendo sobre las consecuencias y peligros de las conmociones cerebrales, sino que también señalando que la CTE podía generar cambios extremos en el comportamiento, llegando a la violencia y/o confusión mental. Desde este caso en adelante, las empresas deportivas tomaron más conciencia y medidas al respecto.
Su reconciliación con WWE y su cuestionado vínculo
Si bien Nowinski dejó de lado su carácter profesional para atacar directamente a la WWE en 2010, luego de la muerte de su antiguo compañero Lance McNaught (más conocido como Lance Cade) a los 29 años, acusando a la empresa de promover un ambiente inseguro para sus trabajadores tanto fuera como dentro del ring y criticando el abuso de esteroides y analgésicos entre los luchadores, el neurocientífico echó pie atrás a sus declaraciones al tiempo después.

Y es que, públicamente, el exluchador aseguró que dichas palabras nacieron desde el profundo dolor que sintió por el fallecimiento de un excolega y amigo, y lejos de criticar el negocio de Vince McMahon, aplaudió los cambios considerables que WWE ha implementado en relación a las conmociones cerebrales y en la educación que se les da a los deportistas al respecto.
En 2013, la empresa de entretenimiento deportivo realizó una donación de 2,7 millones de dólares a la fundación presidida por Nowinski, transformándose en su benefactor más grande. Desde ese entonces, no sólo la organización ha comenzado a trabajar codo a codo con la compañía, sino que también ha podido profundizar y multiplicar sus investigaciones, logrando diagnosticar a decenas de deportistas y veteranos militares fallecidos por suicidio o abuso de drogas, pero no de estrellas del wrestling.
Boston Globe, junto con un grupo de exluchadores que demandó a WWE, han sido los principales críticos respecto de este conflicto de interés, asegurando que la organización, que vela por este tipo de casos, tiene un enfoque más pasivo en las investigaciones contra la actual casa de Roman Reigns, CM Punk y John Cena, desde que comenzaron las donaciones.

De acuerdo al periódico estadounidense, entre 2013 y 2016, la compañía televisiva ha donado más de 400 mil dólares al año, además de su aporte inicial, lo que representó casi un 40% del total de los aportes. Por otra parte, Paul Levesque (Triple H) posee un asiento en el consejo de directores de la fundación, por lo que los cuestionamientos al rol fiscalizador de la organización sobre WWE se han acrecentado el último tiempo.
Pese a estas críticas, el propio Nowinski ha señalado que expertos en la materia lo felicitan por los significativos avances que la fundación ha implementado en los deportes de contacto, logrando publicar más de 30 estudios médicos al respecto y adjudicándose algunas medidas que las empresas o ligas han implementado para evitar la CTE.