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El Dr. Chris Loreto, un médico de urgencias del Timmins and District Hospital en Canadá, descubrió que estaba sufriendo un ataque cardíaco mientras atendía a un paciente con el mismo diagnóstico, salvando así la vida de ambos. A pesar de experimentar síntomas como dolor en el pecho y ardor en la garganta, que se extendía a dientes y oídos, Loreto no relacionó su problema con el corazón, creyendo que era reflujo ácido.
Un médico de urgencias del Timmins and District Hospital, en Canadá, descubrió que estaba teniendo un ataque cardíaco mientras atendía a un paciente con el mismo diagnóstico. Terminó salvando la vida de ambos.
“Somos maravillosos cuidando a los demás y pésimos cuidando de nosotros mismos”, dijo recientemente el Dr. Chris Loreto, quien contó su historia en el marco del Mes del Corazón, que en Canadá se conmemora en febrero.
Según explicó, empezó a tener síntomas unos 4 meses antes de dar con aquel paciente, pero no los identificó como algún problema al corazón.
Descubrió su propio ataque cardíaco
Inicialmente, empezó a sentir dolor en el pecho y una sensación de ardor en la garganta, que se le extendía a los dientes y oídos, causándole dolor. Sin embargo, creyó que se trataba de reflujo ácido.
Loreto tenía esta sensación de ardor, especialmente cuando hacía ejercicio, detalle que omitió cuando fue a una consulta con su médico de cabecera.
Tiempo después notó que los medicamentos para la acidez, no le hacían efecto, y una noche, mientras jugaba jockey, el dolor regresó y persistió. En ese momento, ya lo sentía en los hombros.
Al día siguiente del juego de jockey, fue a trabajar con normalidad y casi al término de su turno tuvo que atender a un paciente que sufrió un ataque cardíaco masivo.
Loreto tuvo que hablar con la esposa de su paciente para consultarle por los síntomas previos, fue entonces que notó que era igual a su caso. De hecho, el paciente también había estado tomando medicamentos para el reflujo ácido.

“Su historia fue mi historia”, explica el doctor en un comunicado del Timmins and District Hospital. Loreto le comentó la situación a sus colegas, quienes lo convencieron de hacerse análisis de sangre y un electrocardiograma, lo que confirmó su diagnóstico: estaba sufriendo un ataque cardíaco.
Esto ocurrió en noviembre y a la fecha el doctor continúa recuperándose. Además, es crítico por haber ignorado las señales. Incluso tenía antecedentes, ya que su padre tuvo un ataque a los 59 años, casi su misma edad. “Es el poder de la genética”, reflexionó.
“Cuando se trabaja como médico, siempre hay algo más importante que hacer para ayudar a un paciente. Se tiene la sensación de ser irreemplazable y, también, a prueba de balas“, concluyó.