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En el campamento de refugiados de Al-Mawasi, en Gaza, una tragedia golpea a la comunidad: la región, siendo esta la tercera muerte reciente por el frío. Su padre, Mahmoud al-Faseeh, relata que a pesar de abrigarla, el intenso frío resultó letal. Los médicos confirman que Sila falleció por hipotermia, destacando las extremas condiciones de vida de los refugiados en el invierno, con falta de mantas, ropa adecuada y leña para calor. La crisis humanitaria se agrava por dificultades para acceder a suministros esenciales, haciendo evidente la urgente necesidad de ayuda para los refugiados en Gaza.
En el campamento de refugiados de Al-Mawasi, ubicado cerca de Rafah en la Franja de Gaza, una tragedia ha sacudido a la comunidad: una niña de tan solo tres semanas de nacida, llamada Sila, murió por el frío extremo en una tienda de campaña.
Los reportes indican que esta muerte es la tercera en las últimas semanas atribuida a las bajas temperaturas en la región.
El padre de Sila, Mahmoud al-Faseeh, compartió su desgarradora experiencia, explicando que, a pesar de haber envuelto a la bebé en una manta, el frío intenso de la noche fue demasiado para ella.
“Durante la noche hacía mucho frío y como adultos ni siquiera lo soportábamos. No podíamos entrar en calor”, relató al-Faseeh. La niña se despertó llorando varias veces y por la mañana fue encontrada inconsciente, con el cuerpo completamente rígido.
Ahmed al-Farra, director del pabellón infantil del Hospital Nasser de Khan Younis, confirmó que la causa de la muerte fue hipotermia. Los médicos del hospital de campaña intentaron infructuosamente reanimarla, pero los pulmones de Sila ya estaban severamente deteriorados.
Muerte de la pequeña Sila en Gaza
Este evento subraya las condiciones extremas bajo las cuales viven los refugiados en Gaza, especialmente durante el invierno. En el campamento, las temperaturas pueden descender hasta los 4 grados Celsius, exacerbando las ya difíciles condiciones de vida.
La falta de mantas, ropa adecuada y leña para encender fuego hacen que las familias luchen día a día por mantenerse calientes.
Además, las tiendas de campaña y lonas que utilizan las familas para cobijarse están desgastadas después de meses de uso intensivo. Los trabajadores humanitarios y los residentes del campamento reportan una creciente dificultad para mantener las condiciones de vida en un nivel soportable.
La situación es aún más crítica debido a las dificultades que enfrentan los grupos de ayuda para entregar alimentos y suministros básicos. La ONU ha reportado que al menos 945.000 personas necesitan suministros esenciales para el invierno, los cuales han alcanzado precios extremadamente altos en Gaza.
En medio de esta crisis humanitaria, historias como la de Sila y su familia resaltan la urgente necesidad de asistencia y soporte para los refugiados en Gaza, quienes continúan sufriendo las consecuencias de los desplazamientos y los conflictos prolongados en la región.
