Para muchos, Christopher Reeve es el Superman por excelencia. Pese a que las dos primeras entregas fueron un éxito, la tercera y cuarta estuvieron marcadas por fuertes críticas y taquillas no muy buenas, sin embargo, Reeve es la primera imagen que se le viene a la cabeza a muchos cuando se trata del hombre de acero.

Y es que Superman marcó a toda una generación, no solo por sus efectos especiales, sino por ser la primera película de un comic llevada a la pantalla grande, ya con nuevas tecnologías.

Además, lanzó al estrellato a un joven actor de Broodway que buscaba hacerse un nombre en el mundo del espectáculo.

Christopher comenzó sobre las tablas del teatro, para luego pasar inmediatamente a ser una estrella conocida a nivel mundial. Incluso, intentó alejarse del nombre de Superman durante un tiempo incursionando en otros proyectos para cine y televisión, pero no tuvo mucho éxito.

Esto, porque en el imaginario colectivo, nunca dejó de ser Superman.

Pero el 27 de mayo de 1995, todo cambió para el actor, esposo y padre de tres hijos. Un accidente a caballo durante una competencia de equitación lo dejó paralizado del cuello para abajo. Esto marcó un antes y un después, no solo en su carrera, sino también en su familia y entorno.

En gran parte ese es el foco del documental de Superman: La historia de Christopher Reeve, disponible en la plataforma MAX.

Sin embargo, para quienes no la vieron, hay algo que puede llamar la atención, al menos para los chilenos, y es la ausencia de un episodio que impactó tanto en la vida de Reeve, como en la de muchos compatriotas.

Se trata del paso de “Superman” por Chile, para luchar por los actores nacionales acosados durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.

BioBioChile conversó con Ian Bonhôte y Peter Ettedgui, directores del documental, quienes se refirieron a esta ausencia.

¿A qué vino “Superman” a Chile?

Hay diversos relatos en medios de comunicación sobre lo que ocurrió en 1987 en Chile, con la llegada de Christopher Reeve.

Estos, sin embargo, al igual que el actor, se han convertido en un mito. Para dar un contexto, Chile seguía en dictadura, y al igual que ocurría en diversos gremios, eran cientos los artistas asesinados y amenazados por orden del dictador Augusto Pinochet.

“A contar de esta fecha: 30 de octubre de 1987, los siguientes testaferros del marxismo internacional tienen un mes de plazo para hacer abandono del país”, decía una carta que recibieron algunos artistas, de los cuales 77 pertenecían al Sindicato de Actores y Actrices de Chile (Sidarte).

Ana González, Mónica Echeverría, Luis Alarcón, Delfina Guzmán, Nissim Sharim y Juan Radrigán, recoge un artículo publicado por BioBioChile.

El gremio comenzó a buscar apoyo en todo el mundo, entre ellos, el dramaturgo chileno Ariel Dorfman, quien vivía en Carolina de Norte, Estados Unidos. Esto luego de ser expulsado por denunciar el asesinato del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri en julio de 1986.

Dorfman, requerido por sus colegas, y decidido a buscar apoyo, contactó nada menos que al mismo Christopher Reeve, gracias a la poeta Rose Styron, amiga de Margot Kidder, la emblemática Lois Lane de Superman, señala un reportaje de La Tercera. De hecho, fue la misma Kidder quien entregó el mensaje.

Reeve responde a Chile

Christopher Reeve no tardó en responder al llamado de Chile y contactó a Ariel Dorfman. Según dijo el mismo dramaturgo, el actor realizó solo dos preguntas.

“Si voy, ¿cuán peligroso es Chile para mí”, a lo que Ariel respondió, “yo no te puedo dar la menor garantía de que no te vayan a matar”. La segunda fue “Si voy, ¿cómo ayudaría eso a mis colegas chilenos?”, cuestión a la que Ariel respondió “si vas, puedes salvarles la vida”.

En ese momento, Christopher dejó de ser Superman y solo fue un actor. Estuvo tres días en nuestro país, sin más escolta que los mismos colegas nacionales y gremios con los que se reunió, donde entregó un potente mensaje de apoyo.

“Estoy aquí de actor a actor, de trabajador a trabajador, de amigo a amigo (…) Mi preocupación es con los derechos humanos”, dijo durante su discurso.

Incluso su relación continuó por años, apoyando al No durante el plebiscito de 1988 y luego con mensajes para la Teletón.

Pero, ¿por qué esto no aparece en el documental?

Seguramente los fanáticos nacionales esperaban ver esto reflejado en el documental, sin embargo, para decepción de muchos, no fue así.

En general, repasa luces y sombras del actor, de las manos de sus propios hijos y cercanos. También recorre su vida luego de protagonizar Superman, amores y cómo fue su día a día tras el accidente medular que lo dejó por el resto de su vida postrado, pero no imposibilitado de convertirse en rostro de las personas con el mismo tipo de enfermedad, logrando incluso crear una fundación para ir en apoyo e investigaciones para encontrar una cura para las lesiones medulares.

Ian Bonhôte y Peter Ettedgui, directores del documental, en conversación con BioBioChile, sabían que esta era posiblemente la pregunta angular de la entrevista.

“Me detengo. Bueno, podemos contarte sobre el episodio porque ha sido el mayor chiste de esta película. Sabemos sobre el episodio en Chile”, dijo Ian, quien dio el paso a Peter.

“Sabes, cuando empezamos con esto, una de las primeras cosas que dijimos, o que yo dije, fue el episodio de Chile. Ir a apoyar a los actores que habían sido amenazados con ejecución se sintió como el punto de inflexión de toda la película, algo que teníamos que incluir”, señaló Peter respecto a agregar este episodio en el documental. Incluso hablaron con el mismo Dorfman y realizaron una acabada investigación sobre el tema.

Ahora, lo que ocurrió fue lo siguiente, “déjame decirte cuál fue el problema: la manera en que la película empezó a estructurarse hizo que todo girara en torno al accidente, que debía ser el punto en la historia donde su vida realmente cambia. Así que fue muy difícil para nosotros encajar el episodio de Chile, porque, sabes, su vida cambia primero en el episodio de Chile debido a su activismo, y se da cuenta del impacto que puede tener en el escenario humano”, relató Peter, quien recalcó que tenían pensado una sección de 10 minutos para este tema, pero seguía siendo muy poco para algo tan relevante.

“En la vida puedes tener cuatro o cinco de estos puntos de inflexión. Pero en una película de 100 minutos, solo puedes tener uno. Y así llegamos al punto en el que, en nuestros corazones y almas, sabíamos que esto era una parte muy importante de la vida de Christopher, pero para la película casi estaba en conflicto con la historia en sí”, indicó Peter.

De hecho, enfatizó en que su compañero, Ian, vio esto mucho más rápido y se dio cuenta de que tenían que eliminar esa parte.

Otro punto que consideraron los directores, según sus palabras, es que los héroes en este caso, “fueron los chilenos. Al final del día, él vino y ayudó”.

“Pido disculpas a todo Chile por no haber podido incluirlo en la película”, recalcó Peter.

Aspectos de Reeve que impresionaron a los directores

Christopher Reeve tenía un carisma que pocos conocía, de hecho, consultados sobre lo que más los impresionó de él al realizar el documental, fue lo “inteligente” que era.

Así lo declaró Ian, quien enfatizó que fue algo que “solo descubres cuando comienzas a investigar”.

“Hay muchas cosas que hizo, pero cuando eres extremadamente inteligente como él, no te detienes solo en ser un actor. Él no iba a detenerse en ser parte de la industria del cine. Se iba a involucrar, como ya discutimos antes, en temas de derechos civiles, con Chile. También se involucró en cuestiones de cambio climático. Decidió usar su voz para algo mucho más grande”, agregó.

Incluso tras su accidente, recalcó el documentalista, siguió impulsando su apoyo a ciertos grupos aún más, ya que “empezó a formar parte de una comunidad que estaba mal representada, que tenía mucho por lo que luchar, y que aún tiene mucho por lo que luchar”.

“Él se convirtió en su abanderado. Se convirtió, ya sabes, como en el representante, el presidente de un club al que nunca quiso pertenecer”, recalcó Ian.

Christopher, más que Superman

Encarnar un papel tan icónico como Superman, puede ser un peso muy grande para cualquier actor, sobre todo en los años 70′, cuando no existían películas de superhérores como los de hoy en día.

Y es que tras protagonizar Superman, Reeve intentó salir de la enorme sombra que significó ser el hombre de acero, y pese a que tuvo algunas presentaciones memorables, nunca consiguió el mismo éxito.

“Creo que para él, sabes, el único otro actor que, al asumir un papel, tuvo un problema similar de ser identificado para siempre con ese personaje fue probablemente Sean Connery como James Bond”, recalcó Peter.

Incluso el director reveló que Christopher conversó con Connery para preguntarle cómo seguir trabajando como actor, aparte de Superman.

El documentalista añadió que “tuvo tanto éxito en Superman que, ya sabes, la gente lo adoptó de inmediato en ese papel. Eso hizo que fuera una verdadera lucha para él encontrar otros papeles que el público aceptara. Realmente intentó hacer películas muy diferentes, y algunas tuvieron cierto grado de éxito, pero nada comparable con Superman”.

La lucha constante de Reeve por dejar atrás a Superman fue uno de sus mayores retos, sin embargo, su vida fue mucho más que eso, sobre todo la lucha que vivió hasta el día de su muerte en 2004, dejando uno de los mayores legados en la historia del cine.

Esto y más se puede encontrar en el documental de la vida de Superman, el que, pese a no mostrar la visita de Reeve a Chile, sigue mostrando el lado más humano del hombre de acero.