Lindsay Rimer salió a comprar una lluviosa noche de noviembre de 1993, pero nunca más llegó a su casa. El caso hasta la fecha no logra resolverse, ya que aún no encuetran a los verdaderos responsables de su muerte.
La niña, de 13 años, decidió salir aquella noche para comprar cereal. El trayecto era corto desde su casa hasta una tienda en la localidad de Hebden Bridge, Inglaterra, una zona aparentemente tranquila.
Pero ella nunca volvió a su casa, y meses después fue encontrada en un lago, donde en su bolsillo estaba el cambio exacto de su compra.
Salió a comprar sus cereales y nunca más llegó a su casa
La triste historia inicia el 7 de noviembre de aquel año. Lindsay notó que no quedaban de sus cereales para tomar desayuno al día siguiente, por lo que decidió salir cerca de las 22:00 horas a comprar uno.
Tal como detalla BBC, al salir, el padre de la joven estaba al teléfono, por lo que en su caminar, encontró a su madre en un local junto a un grupo de amigos, donde le pidió dinero.
Después de que su madre regresó a casa, los padres de Lindsay se fueron a dormir, asumiendo que su hija había vuelto y que estaba en su habitación.
Pero aquella suposición no era cierta, pues a la mañana siguiente, recibieron una llamada de la tienda donde trabajaba Lindsay, diciendo que no se había presentado.
Ambos rápidamente subieron hasta la habitación de la menor, donde comprobaron que no estaba. “Supieron de inmediato que algo había pasado”, dice Kate, hermana mayor de la niña.
Únicos registros de ella con vida
Según testimonios de Tony Whittle, en ese entonces, superintendente en la brigada de homicidios, la zona era un lugar tranquilo, donde todos sus habitantes se conocían, por lo que al recibir el llamado de una niña desaparecida, le pareció extraño.
Las imágenes de la tienda donde Lindsay compró sus cereales, la captaron saliendo a las 22:20 horas y luego fue vista por dos pasajeros de autobús en el pueblo.
Esa fue la última vez que se le vio con vida.
En los primeros días de su desaparición, la policía y la comunidad se unieron para rodear la zona, con la esperanza de traer a la adolescente de vuelta a casa.
A medida que avanzaba la investigación, Kate recuerda cuando los oficiales, registraron la casa de cada hombre en el pueblo como una medida desesperada.
Como consecuencia existieron muchas suposiciones y pistas falsas. A medida que pasaban los meses y sin resultados, la investigación comenzaba a reducirse.
Hallazgo de su cuerpo
Luego de meses, en abril de 1995, el cuerpo de Lindsay fue encontrado a más de un kilómetro del pueblo, en el Canal Rochdale, por dos trabajadores del ayuntamiento que limpiaban escombros del canal.
“Lo recuerdo claramente. Estaba sentada en el parque viendo jugar a mi hija”, dijo Kate, luego que su padre llegara hasta el lugar para darle la noticia.
Según se detalla, Lindsay fue estrangulada y probablemente asesinada la noche que desapareció, y su cuerpo fue arrojado al agua.
En detalles, las mangas de su suéter habían sido atadas junto a una piedra, con una cuerda, y no habría indicios de alguna agresión sexual.
Debido a que estuvo sumergida en el agua durante tanto tiempo, se borró cualquier posibilidad de obtener pistas forenses que pudieran ayudar a la policía.
Pero nuevamente se tomaron cientos de declaraciones a testigos y los oficiales hablaron con muchas personas. Además, se examinaron cientos de vehículos e hicieron repetidos llamados, pero no hubo avances.
“Necesitamos saber qué le pasó a Lindsay. No importa cuán insignificante, si alguien sabe algo, por el amor de Dios, que se presente… Es una niña que nunca conocí y, sin embargo, conozco muy bien”, añade Graham Sunderland, quien era inspector de detectives en la investigación.
Tras más de tres décadas, Sunderland asegura que la policía sigue comprometida para encontrar al asesino y hacer justicia para Lindsay Rimer y su familia.