La historia de la aviación comercial en el mundo está llena de anécdotas, pero ninguna tan asombrosa como la de Vesna Vulovic, azafata que en 1972 sobrevivió a una caída de más de 10.000 metros de altura tras un atentado a un avión de la compañía JAT Airways.
De acuerdo a la BBC, se trató del vuelo 367 de aquella aerolínea, el cual explotó a raíz de una bomba que había sido puesto en su interior.
El recorrido de la aeronave era entre Estocolmo (Suecia) y Belgrado (Serbia). Sin embargo, explotó justo en el límite entre la Alemania Democrática y Checoslovaquia (actual República Checa).
La caída fue brutal. De las 28 personas que estaban en el avión murieron 27, sólo Vulovic sobrevivió. La situación sigue siendo un completo enigma.
La azafata resultó con fracturas en piernas, columna vertebral, cráneo. Además sufrió una hemorragia cerebral.
“Estaba rota, y los médicos me volvieron a armar. Nadie esperaba que viviera tanto tiempo”, indicó en 2008 en una entrevista a The New York Times.
“Soy como un gato, he tenido nueve vidas. La gente siempre quiere sentarse a mi lado en el avión”, añadió.
En ese instante estuvo poco más de un mes en coma. Cuando logró ‘despertar’ se le detectó una severa amnesia, que le impidió recordar lo ocurrido.
Pese a todo, recibió el alta 10 meses más tarde, tras una intensa terapia en su cuerpo. Posteriormente capaz de iniciar una vida casi normal.
En aquel entonces, la primera persona que vio el avión siniestrado fue un hombre llamado Zdenko Kubík, quien por esos años relató relató parte de lo sucedido.
“Yo estaba en casa y después de las cinco de la tarde salí para ajustar la antena de la televisión y oí pasar un avión, que es normal porque aquí estamos en un corredor aéreo, así que no le di mucha importancia”, indicó.
“Pero después oí un golpe como amortiguado y luego otro. Como estaba nublado no le hice mucho caso y seguí con lo mío. Y de repente oí un crujido, el ruido se volvía más fuerte y después un sonido como si el piloto acelerara el motor”, agregó.
Fue Kubík el primero en descubrir que Vesna Vulovic había sobrevivido al impacto. “Me pareció una situación increíble”, mencionó a los medios checos.
Tiempo después. Una investigación determinó que la mujer había resistido la caída debido a que se encontraba en la parte trasera del avión, mantenida por uno de contenedores de alimentos.
Respecto a la explosión en sí, la primera hipótesis fue entregada por el diario Kvällsposten, que sostuvo que la bomba había sido puesta por un nacionalista croata. En ese entonces, ese país luchaba por independizarse de la exYugoslavia.
No obstante, en 2009, dos periodistas de investigación checos, Pavel Theiner y Peter Hornung-Andersen, publicaron un informe que proponía una versión alternativa de los hechos.
Según su investigación, el vuelo 367 pudo haber sido derribado accidentalmente por las fuerzas de defensa aérea de Checoslovaquia. La teoría sostiene que el avión podría haber volado por error en un espacio aéreo restringido, lo que llevó a las autoridades checoslovacas a interceptarlo y, en última instancia, derribarlo por error.
Los reporteros indicaron que la historia de la bomba fue una “narrativa creada para encubrir lo sucedido, pues admitir un derribo accidental habría causado tensiones diplomáticas y políticas entre Checoslovaquia y Yugoslavia”.
No obstante, esta teoría carece de evidencia concluyente, y el informe oficial nunca fue reabierto.
Vesna Vulovic obtuvo el Record Guinness por ser “la única persona en sobrevivir a una caída libre de 10.000 metros sin paracaídas”. Su deceso fue el 23 de diciembre de 2016, en Belgrado.