En 2013, se estrenó la serie británica Peaky Blinders, una ficción que muestra la vida de los gánsteres ingleses, liderados por Tommy Shelby (Cillian Murphy) que levanta un imperio del crimen.
Desde entonces, la serie tiene una base de leales fans que esperan la culminación de la historia con el esperado estreno de la película.
Pero lo que muchos espectadores no saben, es que la banda existió y tuvo su auge en la Inglaterra de 1890, en las calles de Birmingham, y que al igual que los miembros de la familia Shelby, los Peaky Blinders reales destacaron por vestir bien.
Sin embargo, estos hombres protagonizaron hechos violentos que azotaron a la población, durante los años en que los miembros de la banda estuvieron activos y causaron el terror en la ciudad inglesa.
Los Peaky Blinders reales
La idea original del creador de Peaky Blinders, Steven Knight, le surgió de cerca, los tíos de su padre, los Sheldon’s, eran corredores de apuesta, una actividad heredada por la banda inglesa que tuvo su auge al principio del siglo XX.
Los Peaky Blinders eran jóvenes, muchos de ellos de clase trabajadora, que encontraron en las actividades criminales, una oportunidad de surgir en la era industrial, donde el desarrollo impulsó a las ciudades como Manchester, Salford, Londres, Liverpool y Birmingham.
Pero desde 1870, los barrios aledaños al centro de Birmingham, se transformaron en barrios marginales con una población que no paraba de crecer. Carl Chinn, quien es historiador de la ciudad, y cuyo bisabuelo, Edward Derrik, perteneció al clan, expresó que “los lavabos eran letrinas sin agua que compartían dos o más familias y en los patios había un grifo para decenas de personas”, recogió una nota de Smithsonian Magazine.
Bajo este contexto, los jóvenes hastiados por las condiciones de vida, empezaron a “apoderarse” de zonas como Small Heath y Cheapside, en peleas masivas, a veces hasta la muerte, solo para conquistar un territorio, recalcó una publicación de la BBC.
David Cross, historiador del Museo de la Policía de West Midslands, indicó a BBC News que los Peaky Blinders seleccionaban a sus víctimas, a “cualquiera que pareciera vulnerable”. “Se llevaban todo lo que podían llevarse”, afirmó al medio británico.
Esta tensión entre las pandillas, provocó un estallido de violencia en toda la ciudad. Según Jessica Brain, de Historic UK, considera que los Peaky Blinders crearon una subcultura “violenta, criminal y organizada”. Una que atemorizaría a cada habitante de Birmingham, que temía ser asesinada por estos hampones vestidos de caballeros.
Los “golpes” de los Peaky Blinders
A cualquier hora del día, los habitantes de Birmingham podrían ser asaltados por los Peaky Blinders, cuyo nombre recuerda a los sombreros billycock, a los que se les cortaba una parte para que la visera sobresaliera (conocido como “peaky”) y escondiera las facciones de los integrantes de la banda a través de una anteojera (en inglés, blinder).
Por ello, al usar estos sombreros distintivos podían pasar desapercibido de sus víctimas, quienes podían morir debido a la brutalidad con que actuaban.
Al respecto, varias crónicas de la época, recogen que un miembro de los Peaky Blinders mató a un policía, tras una disputa callejera.
“El agente George Snipe estaba patrullando el centro de la ciudad de Birmingham cuando él y un colega se encontraron con seis o siete miembros de una banda que habían estado bebiendo todo el día y peleándose toda la noche”, cuenta una nota de History Extra.
Luego, el relato continúa describiendo el fatal desenlace del policía. “Snipe arrestó a William Colerain, de 23 años, por usar lenguaje lascivo, pero los amigos del detenido acudieron rápidamente a su rescate. Durante el enfrentamiento que siguió, uno de los jóvenes arrojó un ladrillo a la cabeza de Snipe con tanta fuerza que le fracturó el cráneo en dos lugares”.
En general, los integrantes de los Peaky Blinders, tenían fama de atacar en grupo afuera de pubs, con el propósito de castigar con brutalidad, como el ataque a George Eastwood, un joven que fue atacado solo por pedir una cerveza de jengibre sin alcohol.
El autor del ataque, Thomas Mucklow, fue condenado a nueve meses de trabajos forzados por herir de gravedad a Eastwood.
La verdad sobre las “famosas” hojas de afeitar
Si bien el auge del grupo ocurrió en los primeros años del 1900, el estilo impoluto de los “peakies”, dejó una huella en las décadas siguientes.
Su estilo de pantalones acampanados, botas con clavos, chaqueta, bufanda y sombrero, distaba de la brutalidad de sus actos. De acuerdo a una carta del 21 de julio de 1898 enviada al Birmingham Daily Mail por un “trabajador anónimo”, el hombre acusó que “no importa en qué parte de la ciudad camines, siempre se ven bandas de ‘Peaky Blinders’, que a menudo no tienen reparos en insultar groseramente a los transeúntes, ya sean hombres, mujeres o niños”.
Carl Chinn, expone que a lo largo de los años, surgieron mitos sobre la banda inglesa. “Se decía que el nombre Peaky Blinders provenía de la práctica de coser hojas de navaja en el borde de sus boinas inglesas, las cuales utilizaban como armas”, dijo al principio de una entrevista publicada por el medio Perfil.
“No eran navajas, como ocurre en la pantalla, sino hebillas de cinturón o puntas de acero, cumplían la misma función, enceguecer el enemigo con la sangre que corría después del ataque”, consignó el medio argentino.
El legado de los Peaky Blinders
Aunque la banda se mantuvo activa durante los primeros años del siglo XX, la mejoría en las condiciones de vida, hizo que las actividades delictuales -apuestas y chantaje- se redujeran, hasta hacer poco atractivo esta “carrera”.
Es más, lejos de la imagen glamorosa de la serie protagonizada por Cillian Murphy, los verdaderos Peaky Blinders eran condenados por delitos menores que incluyen “robo de tiendas y bicicletas”.
No obstante, fue su impecable estética y la imagen de humo y alcohol, de esos hombres “inmaculadamente vestidos” que sirvieron de inspiración para Steven Knight.
Por otra parte, Chinn reconoce el atractivo intangible de la extinguida pandilla. Y agregó: “La mala fama de los Peaky Blinders y su nombre escabroso, impregnado de violencia y gangsterismo, garantizaron que no fueran olvidados”, concluyó a Smithsonian Magazine.