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Dos hermanos afroamericanos, George y Willie Muse, fueron secuestrados y exhibidos en un circo durante 28 años debido a su rara condición de albinos. Tras ser reclutados por un cazador de fenómenos, los hermanos fueron presentados como "Eko" e "Iko", atrayendo a multitudes que pagaban por verlos. Su madre, Harriett Muse, finalmente los reencontró después de décadas y luchó para liberarlos del circo, logrando que regresaran a casa bajo condiciones más justas.

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Dos hermanos afroamericanos, apodados “Eko” e “Iko”, fueron secuestrados y exhibidos en un circo por 28 años, tras ser particularmente diferentes al resto: ambos eran albinos.

La historia se vuelca a 1899, específicamente en Virginia, Estados Unidos, una zona campesina donde vivía George Muse, con apenas seis años, y su hermano mayor, Willie, de nueve, ambos afroamericanos.

Los dos eran diferentes incluso en su familia, pues eran albinos, con pieles extremadamente blanca y ojos azules. Por ello, Harriett Muse, su madre, los cuidaba de una manera extrema, pues temía que el sol de aquel tiempo les hiciera daño.

Dos afroamericanos albinos

Una tarde, mientras ambos trabajaban en el campo, un hombre se les acercó, era James Herman “Candy” Shelton, un “cazador de fenómenos”.

Al ver la curiosa apariencia de ambos niños, el hombre solo pensó que sería una oportunidad de oro, puse en aquel entonces los circos pagaban fortunas por “rarezas”, y los hermanos Muse eran un extraño caso para la época, eran afroamericanos, con pieles y cabellos claros.

Fue así como ambos fueron reclutados y desaparecieron, dejando a la deriva a su madre que no logró verlos hasta después de 28 años.

De George y Willie a “Eko” e “Iko”

Tras llegar al famoso circo, Ringling Brothers, famoso por reunir a personas con características poco comunes, los hermanos fueron despojados de sus nombres, como también de sus prendas de vestir.

Ahora eran “Eko” e “Iko” y vestían trajes de lujo mientras eran exhibidos como fenómenos, y observados por un público que pagaba fortunas por fotografiarse con ellos, tocar su cabello y comprobar que eran reales.

Sin embargo, tras un largo tiempo lejos de su hogar, en el otoño de 1927, el circo llegó Roanoke, Virginia, un lugar en que George y Willie no habían estado en casi tres décadas.

En paralelo, Harriett Muse, trabajaba como lavandera en la mismas ciudad y escuchó que un circo había llegado a la ciudad, por lo que no dudó en pensar que sus hijos estarían allí.

Reencuentro luego de 28 años

La mujer, con años encima y sin perder las esperanzas, llegó a la función y caminó entre la multitud de la carpa: allí estaban George y Willie, presentando su ‘talento’ ante las personas.

En el momento en que su madre alzó la voz para gritarles, ambos no dudaron en correr hasta ella, detalla The Guardian.

Tras el esperado reencuentro, las cosas se complicaron, Candy Shelton, el mismo hombre que los llevó hasta el circo, aseguró que los hermanos Muse eran su propiedad.

Sin embargo, Harriett no estaba dispuesta a ceder. “En un giro inesperado para una época marcada por el racismo, la policía permitió que los Muse se fueran con su madre”, detalla Infobae.

Con el apoyo de un abogado local, la madre demandó al circo por explotación y secuestro: logró obtener el sueldo atrasado de sus hijos y que volvieran al circo, pero esta vez, bajo condiciones mucho más justas, como un trabajo normal.

Tras la lucha por recuperar a sus hijos, Harriett murió en 1942, sin verlos retirarse por completo del espectáculo.

Por su parte George falleció en 1971, a los 80 años y Willie, vivió hasta 2001, alcanzando 108 años.