Una pareja de jubilados italiana-estadounidense, vendió todas sus pertenencias para realizar el viaje de su vida, sin embargo, ahora deben volver a su país debido a un imprevisto del crucero.
Lo que sería el viaje de sus vidas, terminó en un triste desenlace.
Grace y Jerry Grady vendieron todas sus pertenencias para viajar por un crucero y recorrer el mundo con, aproximadamente, 800 pasajeros, por un tiempo de tres años y medio.
Viaje en crucero: un sueño opacado
El épico viaje a bordo de el ‘Villa Vie Odyssey‘, comenzaría el 30 de mayo, donde se visitarían 425 puertos en 147 países de los siete continentes.
Fue por ello que ambos optaron por vender su casa en Estados Unidos, arrendar un nuevo lugar y pasar los meses anterior al viaje, vendiendo sus posesiones para financiarlo.
Sin embargo, la aventura nunca se realizó como esperaban. A pesar de que su salida estaba prevista para finales de mayo, el buque está varado en el puerto de Belfast, Reino Unido, con cientos de pasajeros.
¿La razón?
El buque, que tiene más de 30 año, fue sometido a una serie de comprobaciones y pruebas de certificación donde se encontraron, constantemente, aspectos que necesitaban mejoras antes de que pudiera zarpar.
“Eran imprevistos que han llevado su tiempo porque no son cosas sencillas, sobre todo cuando este crucero va a dar la vuelta al mundo durante tres años y medio”, dice Jerry para Euronews.
Pese a estar varado, los pasajeros podían vivir en el barco y utilizar sus diversas instalaciones, como bares y restaurantes.
Beneficios dentro de la desgracia
También podían hacer viajes a otros países, el cual sería pagado por los propietarios, Villa Vie Residences.
Pero tras nuevos problemas de certificación, los pasajeros ya no podían permanecer a bordo y fueron trasladados a hoteles que también serían cancelados por los dueños.
Sin embargo, los propietarios dejaron de cubrir todos los gastos de los pasajeros, y les indicaron que serían reembolsados.
Fue entonces, por los constantes problemas, que la pareja decidió dejar sus sueños de navegar y optaron por regresar a Estados Unidos hasta el hogar de una de sus hijas, pero sin descartar volver más adelante.
“Ha sido un sueño y a veces también una pesadilla, pero no nos rendimos“, dice Jerry. “Volveremos”, añade Grace.