Si hay un país que hace volar nuestra imaginación es sin duda Vietnam, ubicado en la península de Indochina, en el sudeste asiático, la nación tiene la forma de la letra “S” y es objeto de intereses comerciales tanto de China y Estados Unidos.

Con una extensa y alargada franja de territorio, el país asiático alberga a una población de 99.5 millones de habitantes, según cifras del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Por si fuera poco, según las mediciones de la empresa New World Wealth, que analiza los hábitos de gasto de las personas más ricas del mundo, Vietnam tendrá un aumento del 125% de su riqueza en los próximos diez años.

De esta manera, podríamos decir que Vietnam, que tiene un parecido con la geografía de Chile, ha atraído a un grupo de chilenos a vivir en este país, que en los próximos años se prepara para competir de igual a igual con las potencias mundiales.

Vietnam, tierra de oportunidades

En estos días, Vietnam se encuentra en pleno auge económico, debido al comercio impulsado por las multinacionales que trasladan sus fábricas al país. Una opción que es visto con agrado, por empresas tecnológicas como Apple, que ensambla en el territorio sus productos como relojes inteligentes y notebooks.

Y una urbe que recibe la mayoría del dinero (cerca de 5.850 millones de USD), para fomentar su industria manufacturera es Ciudad Ho Chi Minh (conocida como Saigón), la localidad que recibió hace 18 años a Patricio Naipayán Pacheco, un técnico pesquero que decidió probar suerte en tierras asiáticas.

Naipayán, que nació en Castro, Chiloé, comenta a BioBioChile, que “el desarrollo que ha tenido este país es increíble”, acotando que los primeros años podías encontrar grúas por todos lados. “Vietnam se ha vuelto un país multicultural, o sea, de ser un país muy cerrado a estar totalmente abierto, ahora lo que quiere el gobierno es imitar a Singapur en los próximos 10 años”.

Y es que el castreño ha sido testigo privilegiado de la apertura económica y también cultural de los vietnamitas. “Es una sociedad de campo, sentí que volví al pasado”, acota sobre la nación vietnamita.

En esta misma línea, Naipayán complementa que “se parece a la sociedad chilena de los años 70. Yo me acuerdo de que en Chiloé la gente colocaba sus mesas para comer a la hora de almuerzo y cuando pasaba un vecino lo invitaban a almorzar”.

“Es gente muy amistosa y muy cariñosa, que no tiene mala intención, llegan a ser inocentes y es gente que cuida mucho el tema familiar”, agrega Patricio a nuestro medio.

El costo de vida de los vietnamitas

Si bien la economía de Vietnam se mantiene en un constante crecimiento, según el informe del Banco Mundial, el país asiático mantuvo en 2023 su Producto Interno Bruto (PIB) en un 5,1%, con una estimación de lograr un crecimiento medio anual del 7% para el año 2030.

No obstante, hoy el salario promedio mensual de un trabajador equivale a unos 300 USD (cerca de $270.000 pesos chilenos), pero lo cierto es que el valor de los alimentos son baratos en comparación con otras naciones.

De acuerdo con Patricio Naipayán, el kilo de arroz en Vietnam no supera los 120 pesos chilenos, un valor que se mantiene a bajo precio, debido a que es uno de los mayores productores de arroz en el sudeste asiático.

Para Patricio, la vida en Vietnam está lleno de retos, porque el ritmo frenético es parte del “encanto” de ciudades como Ho Chi Minh. “Acá hay horas peak (entre las 6 y 8 de la mañana). Y si no estás apurado, es mejor que te sientes en un café”, indica, además de reconocer que las familias vietnamitas ordenan su vida a través de las motos.

“Yo he visto acá acarreando en una moto de 120 centímetros cúbicos, vacas, búfalos, he visto refrigeradores y televisores de plasma gigantes, llevan de todo”, comenta entre risas.

Una oportunidad de oro en Ciudad Ho Chi Minh

Daniella Oñate Rojas, quien es iquiqueña y periodista, llegó a Vietnam en los meses posteriores a la emergencia global del Covid-19.

Antes de emigrar a suelo vietnamita, la chilena viajó por Tailandia, Myammar, Laos y Camboya. “En Vietnam podía estar por tres semanas y después cerraron las fronteras y ahí dije, ya me devuelvo a Chile o veo a ver qué sale y me quedé, fue así que viví por cinco años”, comenta a BBCL.

“Entonces a los dos meses de cerrar las fronteras, el país volvió a la normalidad, por ejemplo, las clases reabrieron a pesar de que la frontera permanecieron cerradas por muchísimo tiempo, entonces tuve la posibilidad de encontrar trabajo como profesora de inglés y me empezó a ir bien”, recuerda la comunicadora, que actualmente reside en Alemania.

De ese tiempo, Oñate puntualiza que gestionó su residencia temporal, para poder vivir en Ciudad de Ho Chi Minh. Durante aquel tiempo, enseñó inglés en escuelas e institutos, en cursos con niños y personas de la tercera edad.

En ese sentido, en la convivencia con los vietnamitas, se percató que la gente era curiosa, “son abiertos y cercanos”, agrega.

Referente a la seguridad, la periodista observó que la vida es bastante tranquila, dado que a lo largo del territorio, quienes cometen un delito pueden ser condenados a muerte. “La pena capital incide en la percepción de seguridad, puedes caminar tranquilo por las calles. No te sientes expuesto, pero es una por otra”, sostiene Oñate.

Cabe mencionar que según el Banco Mundial, se registraron dos homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes, aunque los registros datan del año 2011.

El día a día en Vietnam

María José Gaete, otra chilena que vivió en Ho Chi Minh junto a su marido y sus hijos, subraya que “el país es caóticamente hermoso, porque uno llega y es una jungla con ciertas reglas que hay que seguir”.

En este aspecto, Gaete describe a BioBioChile, que la conducción se hace en un “mar de motos”. De hecho, Ho Chi Minh tiene el Récord Guinness de ser la urbe con más motos por metro cuadrado (cerca de seis millones de vehículos).

A juicio de María José, que manejó una motocicleta por las calles, “vas siempre en contra el tránsito, por eso cuando avanzas, no hay que retroceder porque si paras, está el riesgo de que te puedan atropellar”.

Finalmente, Vietnam, que se encuentra dirigido por un gobierno comunista, enfrenta un dilema en torno a la desigualdad social. Según el índice de desarrollo humano, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que sirve para medir la vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno de una población, Vietnam califica en el puesto 117 en el índice, recogió Infobae.

Algo de esto ha percibido Patricio Naipayán en sus 18 años en Vietnam, donde siete de cada diez vietnamitas vive aún en el campo, según citó The Economist. “Profesionalmente, los vietnamitas no son competitivos en los mercados grandes, como en Singapur o China. Y como ganan muy poco, tienen nula movilidad fuera del país. Por ejemplo, si tu papá trabajó en el área pesquera, toda tu familia trabajará ahí mismo”, relata.