No cabe duda que la gastronomía francesa es una de las mejores del mundo, aunque muchas veces esconde historias un tanto macabras. Una de estas tiene relación al ‘Ortolan bunting’, o ‘Escribano hortelano’.
Se trata de un pájaro europeo, del mismo nombre, cuya carne es considerada como un lujo. De hecho, hace décadas era parte de los banquetes en la alta sociedad parisina.
Al día de hoy su preparación se considera como ilegal, debido a que el ave está en peligro de extinción. No obstante, se sigue consumiendo de forma clandestina en diversos países del ‘viejo continente’.
A eso se suma su preparación, la cual conlleva bastante sufrimiento para el pájaro. Sin ir más lejos, en antaño se decía que éste debía ser comido a ‘escondidas de dios’, por lo que la gente ocultaba su cabeza debajo de una servilleta.
De acuerdo a Yahoo News, la caza del Escribano hortelano es ilegal y está penada con la cárcel. No obstante, personas de altos recursos económicos siempre han hallado la forma de conseguirlos.
Cuando son capturados, se les encierra en jaulas y piezas oscuras. Al no tener luz, desarrollan bastante ansiedad, por lo que tienden a comer más de lo normal.
Son alimentados con semillas de mijo, por lo cual llegan a redoblar su tamaño.
Una vez completado este proceso, son arrojados a recipientes llenos de un licor llamado Armagnac, donde mueren ahogados. El objetivo es que alcancen el marinado adecuado, y queden con un sabor característico.
Tras eso, son despellejados y se asan a fuego lento. Para posteriormente ser servidos en lugares de lujo.
Caza del Escribano hortelano
De acuerdo a BBC, la caza de esta pequeña ave está prohibida desde 1999 en Francia, al estar dentro de la lista roja de especies en peligro de extinción.
No obstante, en los últimos años se ha reportado en varias ocasiones su caza ilegal en el sur de ese país.
Según la Liga para la Protección de las Aves francesas, al año son atrapados cerca de 30.000 especies en los campos, las cuales posteriormente se venden por 150 euros (cada una) a criaderos clandestinos.
Su consumo está penado con una multa de 150.000 euros, además de dos años de cárcel.
Pese a lo sensible del tema, existen organizaciones de chefs franceses que han pedido que se levante la prohibición para cocinar el Escribano hortelano, al menos una semana al año en restaurantes.
Entre ellos hay profesionales que han ganado estrellas Michelin, como Alain Ducasse, Michel Guérard o Alain Dutournier.
No obstante, esto último no ha tenido eco a nivel nacional.