El caso de Vasile Gorgos puede considerarse como uno de los más engimáticos del último tiempo. El hombre estuvo desaparecido 30 años, volvió a su casa con la misma ropa y sin recordar nada.
De acuerdo a History Channel, en 1991 Gorgos tenía 61 años y se ganaba la vida como criador de ganado, en la ciudad rumana de Bacau.
En marzo de ese año, el granjero salió de su casa para cerrar un negocio en el pueblo de Ploiești–Bacău. De acuerdo al testimonio de su familia, en ese entonces sólo dijo: “Volveré pronto”.
No obstante, ese regreso tardó tres década, hasta que fue dejado por desconocidos en la puerta de su casa, un 29 de agosto de 2021.
El hombre retornó con 91 años y totalmente desconcertado. Lucía la misma vestimenta de 1991 y sólo tenía un boleto de tren entre sus pertenencias.
Lo anterior, claramente dio paso a una serie de teorías y elucubraciones en torno a qué podría haberle ocurrido durante ese tiempo.
Se habló de un posible secuestro, que había sufrido una desorientación o que incluso había sido abducido. Sin embargo, Gorgos no recuerda absolutamente nada.
El caso de Vasile Gorgos
De acuerdo a ETV Bacau, luego de la desaparición, la familia de Vasile efectuó la denuncia ante la policía. La investigación se extendió por varios meses, sin resultados positivos.
Tras aquello, sostienen, las autoridades decidieron dar por finalizada la búsqueda, por lo que sus hijos debieron conformarse.
No obstante, todo cambió aquel 29 de agosto. Si bien el clan reaccionó con bastante alegría, también fueron muchas las preguntas hacia el hombre.
Hasta ahora, una de las ‘teorías’ mas aceptadas es que Vacile Gorgos tuvo una doble vida, viéndose obligado a regresar a su pueblo tras cometer un delito.
Su hijo sostuvo a The Sun, hace tres años, que su padre solamente hablaba “necedades”, además de no reconocer a sus tres retoños.
“No lo entendemos. No sabe lo que dice. Nos habla de la época en que se dedicaba a la cría y venta de vacas. Le preguntamos una cosa y nos cuenta otra”, expuso.
“¿Quién sabe dónde estuvo, quién lo retuvo, tal vez lo obligaron a trabajar… quién sabe qué tipo de vida llevó?”, añadió.
Hasta ahora, la única prueba concreta que existe en el caso es que, en esa jornada, el anciano bajó de un auto antes de llegar hasta su casa.
Gorgos actualmente tiene 93 años y padece demencia. Su caso es uno de los más extraños en Rumania.
Por lo pronto, es muy probable que la verdad muera junto a él, en el mediano plazo.
