¿Un héroe de ficción puede traspasar la pantalla? En el caso de Christopher Reeve, la respuesta es siempre positiva. El intérprete de Superman, que murió en 2004, dejó un legado que aún perdura.
Solidario y cercano a la gente, demostró en vida que las causas humanitarias lo conmovían de forma especial. Así que, en paralelo, a su carrera en el cine, también demostró tener total sintonía con el activismo social.
Es que antes de su lesión medular, el artista vivió un episodio emotivo con nuestro país, al viajar sorpresivamente a Chile en noviembre de 1987, tras recibir un llamado de sus colegas chilenos.
Al igual que el Hombre de Acero, Reeve no dudo en prestar su ayuda y acudir en defensa de 77 actores y actrices que fueron amenazados por la dictadura de Augusto Pinochet.
La amenaza a “los testaferros del marxismo internacional”
Noviembre comenzó de la peor forma posible para un grupo de artistas, pues lo que parecía una serie de amedrentamientos y hechos aislados para provocar miedo, se convirtió, en una amenaza real a través de una carta, que decía lo siguiente: “A contar de esta fecha: 30 de octubre de 1987, los siguientes testaferros del marxismo internacional tienen un mes de plazo para hacer abandono del país”.
El 3 de noviembre de 1987, cuando la misiva llegó al Sidarte, el sindicato de actores y actrices de Chile, la conmoción golpeó a los 77 miembros de la agrupación, como Ana González, Mónica Echeverría, Luis Alarcón, Delfina Guzmán, Nissim Sharim y Juan Radrigán. Todos ellos debían irse del país o atenerse a las consecuencias.
Es que a diferencia de otras amenazas anónimas, que repercutió en persecuciones de autos, el peligro acechaba de cerca y de la peor forma, haciendo elegir a los actores entre el exilio o la muerte.
Según recogió una investigación de Radio Ambulante, anteriormente al actor Nissim Sharim había sido víctima de dos artefactos explosivos que fueron lanzados al patio de su casa. Incluso a María Elena Duvauchelle y Julio Jung les enviaron una corona mortuoria a su departamento.
Pero en algunos casos, también los artistas respondían el teléfono y escuchaban ráfagas de ametralladoras, consignó el podcast.
Así que este mensaje movilizó al sindicato nacional para avisar a sus pares de lo que estaba ocurriendo. Y uno que solidarizó inmediatamente fue el actor Christopher Reeve, el intérprete de Superman.
Superman vuela a Chile
Si las noticias que emanaban de Chile provocaban consternación mundial, lo que ocurría con el sindicato chileno, impulsó una ola solidaria hacia los actores chilenos, que estaba bajo el ultimátum del Comando 135 Acción Pacificadora Trizano, el grupo que se adjudicó la amenaza.
La actriz María Elena Duvauchelle, que era la secretaria del Sindicato de Actores (Sidarte), recordó a La Tercera que la denuncia hizo eco hasta en Hollywood: “El escándalo llegó a oídos de las grandes estrellas de la época”.
Robert Redford, Meryl Streep, Jane Fonda y Robert De Niro, fueron algunos de los artistas que se comprometieron a denunciar lo que estaba pasando.
Aunque para hacer frente a la amenaza, Duvauchelle, acudió a su amigo, el escritor Ariel Dorfman, que se encontraba exiliado en Estados Unidos, luego de denunciar el asesinato del fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri.
Por ello, el consenso era que iban a resistir hasta el día 30, todos juntos, pero necesitaban a alguien destacado para hacerlo público y el elegido fue nada menos que Christopher Reeve. Y lo que pocos saben, es que la actriz Margot Kidder, que interpretó a Luisa Lane en la gran pantalla, fue el nexo entre los chilenos y Reeve.
Las 72 horas de Christopher Reeve en Chile
De acuerdo al testimonio de Dorfman, el estadounidense le hizo la siguiente pregunta: “¿Cuán peligroso es Chile para mí?”. Mientras el escritor le mencionó que no podía asegurar que volvería con vida al país del norte: “Yo no te puedo dar la menor garantía de que no te vayan a matar”, replicó La Tercera.
Después de meditarlo, el actor aceptó viajar. Iba a acompañado por la esposa de Dorfman, Angélica Malinarich. A contra reloj, y con un equipaje de mano, el actor tomó rumbo a Chile en la noche del 29 de noviembre. Así, ambos llegaron a la mañana del lunes 30, cuando el ultimátum del comando finalizaba.
El actor Julio Jung, quien fue a buscarlo al aeropuerto Arturo Merino Benítez, recordó lo que pensó de Reeve la primera vez que lo vio. “Reeve era tremendo pailón, medía 1.93, así que no costó reconocerlo”, afirmó al diario. “Me llamó la atención, eso sí, que viniera solo con la mujer de Dorfman, sin esos gorilas que acompañan siempre a las celebridades. Él era muy sencillo”, sostuvo al citado medio.
Por lo mismo, el plan del Sidarte era resistir en un acto masivo, que se celebró junto a representantes internacionales, en el recinto Garage Matucana, ubicado a pasos de la Universidad de Santiago.
Al espacio acudieron los 77 artistas amenazados de muerte y el propio Reeve, que hizo caso omiso a los disturbios, que entre bombas lacrimógenas y disparos, habló a la multitud. Ahí el actor leyó una carta en nombre de los artistas de Estados Unidos, para expresar su solidaridad en el trance.
“Cuenten con nuestro respaldo en este tiempo tan difícil que vive el pueblo chileno y reciban nuestra admiración por el trabajo creativo que siguen haciendo bajo condiciones de amenaza y presión”, expresó. Además de emocionar al público con sinceras palabras de emoción. “Estoy aquí de actor a actor, de trabajador a trabajador, de amigo a amigo”, dijo.
Angélica Malinarich, que acompañó a Reeve durante esa noche, reveló a Radio Ambulante que el actor sintió una conexión con los chilenos durante el acto en el Garage Matucana. “Estaba muy contento, muy contento de haber tenido contacto con la gente. Eso es lo más que le importaba”, agregó al medio.
Christopher Reeve y el recuerdo imborrable de Chile
En los días posteriores, Christopher Reeve se quedó en la casa del actor y publicista Jaime Celedón. Y alrededor de él, varios niños e hijos de actores, compartieron una tarde de piscina con el intérprete de Superman.
Según Matías Celedón, quien en ese entonces tenía seis años, Reeve tenía un “aura especial”, afirmó a Radio Ambulante. El hijo de Jaime, quedó impresionado por el carisma de Reeve. Para él, la visita del actor era una forma de reencontrarse con el personaje de ficción. Este sentimiento también nació en los testigos que vieron con orgullo como el intérprete era uno de los suyos.
Aunque apenas estuvo tres días en el país, Reeve recordó en varias ocasiones lo conmovido que lo dejó la unión de los chilenos durante su visita.
De hecho, en situaciones específicas, el actor reapareció durante la campaña para el plebiscito y en la Teletón. Ya en enero de 2004, la entonces ministra de Relaciones Exteriores, Soledad Alvear, lo condecoró con la Orden Bernardo O’Higgins en el Grado de Gran Cruz, donde el actor expresó su admiración por el pueblo chileno por ser una “una nación próspera, que ha ganado su libertad con mucho sacrificio”.
Nueve meses después, Christopher Reeve fallecería a los 52 años.