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Un contrato presente en el cartulario del monasterio del Salvador de Celanova en España, revela la existencia de posibles uniones homosexuales en la España medieval. Pedro Díaz y Munio Vandilaz firmaron un acuerdo legal en 1061 para compartir la gestión de la casa y la iglesia de Santa María de Ordes, a pesar de no ser familiares ni parientes. El documento detalla que ambos tenían igual propiedad y debían compartir responsabilidades como atender a huéspedes, dirigir siervos, y trabajar en las tierras. Sin embargo, una frase poco común en contratos de la época habla de ser "buenos amigos, llenos de fidelidad y de verdad todos los días y noches". La frase generó conclusiones entre historiadores como John Boswell y Carlos Callón.

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Un contrato del siglo XI, probaría la existencia de uniones homosexuales en la España medieval. El documento se conserva en el cartulario del monasterio del Salvador de Celanova, uno de los más importantes del mundo hispano en la Alta Edad Media.

Pedro Díaz y Munio Vandilaz, eran dos hombres que en el año 1061 vivían, en lo que actualmente es, Ourense, España.

De acuerdo a sus apellidos, ambos no eran familiares, ni siquiera parientes. Aún así, firmaron un acuerdo legal en el que se comprometían a compartir la gestión de la casa y la iglesia de Santa María de Ordes, según detalla The Conversation.

Acuerdo legal

AL respecto, no era extraño para la época que dos hombres laicos decidieran encargarse de bienes eclesiásticos.

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“Es importante recordar que las iglesias y los monasterios formaban parte del patrimonio de las familias más acomodadas económicamente, y que éstas decidieron con total libertad y autonomía qué hacer con él”, se explica.

Además, para ese entonces, las iglesias aún no tenían la autonomía para gestionar sus bienes materiales.

De acuerdo al documento firmado por ambos, este se conserva en el cartulario del monasterio del Salvador de Celanova, uno de los más importantes del mundo hispano en la Alta Edad Media.

En él se especifica que ambos son propietarios en pie de igualdad, de dicha iglesia. Además, se enumeran las funciones que les correspondería compartir.

En este se detallan las diversas tareas y competencias que se desarrollaban en los monasterios de la Europa altomedieval.

“Atender a los huéspedes; dirigir, alimentar y vestir a los siervos dependientes; plantar y cultivar las tierras y huertos”, serían las tareas que se detallan.

Además, se dejan en claro que ambos debían tener los mismos derechos a la comida, la bebida y la vestimenta. Todo de acuerdo a la época. Entonces, ¿qué es lo que probaría la existencia de una unión homosexual?

“A lo largo de todos los días y todas las noches”

Continuando con los detalles del documento, existe una frase poco común de acuerdo a los contratos que se realizaban para la época.

En él se explicaba que, “todo esto ha de hacerse como buenos amigos, llenos de fidelidad y de verdad, a lo largo de todos los días y todas las noches, para siempre”, detalla el documento.

“Fueron estas expresiones emocionales, que podríamos pensar que van más allá del mero formulismo documental, las que han llevado a algunos historiadores a ver en este pacto, algo más que un nuevo ejemplo de esta fraternidad artificial“, se específica en el medio.

¿Qué dicen los historiadores sobre el contrato?

El primero en investigar fue el medievalista norteamericano John Boswell (1947-1994).

En su obra “Las bodas de la semejanza”, habla sobre las uniones entre personas del mismo sexo desde la Antigüedad Clásica hasta la Edad Media. Él “escogía este documento como uno de los que, según su hipótesis, encubría una unión de tipo afectiva y marital entre dos varones“, se explica.

Previamente, el historiador del derecho, Eduardo de Hinojosa, que vivió entre la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX, habría editado y comentado este documento como un ejemplo de la fraternidad artificial, un pensamiento diferente a Boswell.

Ello hace referencia a la estructura donde se permitía que las personas que no tenían parentesco, pudieran acordar considerarse hermanos para defenderse mutuamente o compartir bienes.

Sin embargo, la interpretación de Boswell fue seguida por otros historiadores contemporáneos. Entre ellos el filólogo e historiador gallego, Carlos Callón.

En su obra “Amigos e sodomitas”, argumenta sobre la existencia, en la Edad Media, de relaciones afectivas entre personas del mismo sexo, consentidas y reconocidas públicamente.

Diferentes conclusiones y reflexiones para el acuerdo entre Pedro Díaz y Munio Vandilaz en 1061.