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El icónico personaje de Winnie the Pooh, creado por el escritor británico Alan Alexander Milne en 1925, se ha mantenido como favorito de niños y adultos a lo largo del tiempo. Inspirado en su hijo Christopher Robin, la historia de este último estuvo marcada por una infancia complicada, con una madre ausente y un padre afectado por las secuelas de la Primera Guerra Mundial. La sobreexposición de Christopher a la fama del personaje lo llevó a enfrentar la explotación infantil y a distanciarse de sus padres en la adultez. A pesar de vivir a la sombra del personaje, finalmente Christopher logró reconciliarse con su pasado al fundar una organización filantrópica y donar los peluches originales de Winnie the Pooh a la Biblioteca Pública de Nueva York.

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Hay personajes infantiles que por las emociones que hacen sentir, se han ganado el cariño de la gente. La lista es enorme y puede variar según la edad del público infantil, pero si hay uno que se mantiene en el top del ranking, y que es el favorito de niños y adultos, es sin dudas, Winnie the Pooh.

La creación del escritor británico Alan Alexander Milne, fue un rotundo éxito desde su primera aparición en 1925, y a partir de ahí, su presencia se extendió a todo el mundo.

Con ello, también saltaron a la fama Tigger, Piglet, Cangu e Ígor, el grupo de animales que protagonizaron las historias de Milne.

Sin embargo, uno de los personajes principales es un niño que se llama Christopher Robin.

Pero pocos saben, que este menor está inspirado en el hijo del propio autor, a quien Milne decidió ocupar como base para el personaje de ficción. Esta decisión le trajo varios problemas al verdadero Christopher, que lo marcó desde sus primeros años y que empezó cuando era solamente un bebé.

AA Milne con su hijo Christopher Robin.

La infancia de Christopher Robin, el amigo de Winnie the Pooh

El nacimiento del único hijo de A.A. Milne y su esposa Daphne, no estuvo exento de polémica. De pequeño tuvo que enfrentar la negligencia de su madre, que era una solicitada socialité de la época, que a veces se ausentaba por largos períodos, mientras Christopher era apenas una guagua.

De parte de su padre, las cosas no estaban del todo bien, pues como soldado de las filas inglesas participó de la Batalla del Somme, lo que le pudo generar secuelas postraumáticas durante esta sangrienta contienda de la Primera Guerra Mundial, aseveró una publicación de revista Time.

En esta batalla ocurrida en 1916, murieron más soldados que en cualquier otro enfrentamiento en ese año, es decir, 19.000 soldados británicos murieron y 38.000 estaban heridos. Pero entre los sobrevivientes de este dantesco escenario, se encontraba Milne.

Tras la guerra, el pequeño Christopher y sus padres, se trasladaron a la Granja de Cotchford, en las cercanías de Sussex (al sur de Inglaterra), una zona boscosa que se caracteriza por ser un oasis de tranquilidad en medio de árboles y vida silvestre.

Con este paisaje idílico y los juegos infantiles, Robin sirvió de inspiración para su padre, que deseaba retomar su carrera literaria. Aunque su madre, sostienen algunas versiones, también ayudó a darle una personalidad a cada integrante de la pandilla de Winnie The Pooh, detalló la revista norteamericana Reader’s Digest.

Robin y su padre

Christopher, en su autobiografía de 1974, titulada The Enchanted Places (Los lugares encantados), le cobró sentimientos a su padre, por utilizarlo como materia prima para su obra infantil, protagonizada por Pooh y cía. “Él se abrió su propio camino con su esfuerzo y no dejó un sendero que yo pudiera seguir. Pero ¿todo fue su esfuerzo? ¿No tuve yo algo que ver en alguna parte?”, reprodujo BBC Mundo.

Asimismo este disgusto no se entiende bien, hasta comprender lo ocurrido con el Christopher Robin “real”.

La fama y desventura de Christopher Robin

Lo cierto es que después de la primera aparición de Winnie The Pooh —en un especial de navidad para el diario London Evening News y luego en el libro “Cuando éramos muy jóvenes”— el oso que vive en el Bosque de los Cien Acres, destacó por la ternura de su trazo y la emotividad de sus historias.

A su vez, mientras el público crecía cada día, Milne convirtió a su hijo en la cara visible de Winnie The Pooh, en cada evento y entrevista con la prensa. Era en pocas palabras, los cimientos del imperio de Winnie The Pooh.

Esta sobreexposición que partió a una edad temprana, consistió en realizar variadas tareas como contestar cartas de sus admiradores.

Disney

Incluso su niñera, Olive Brockwell, le ayudaba a responder las misivas, afirmó BBC Mundo. De hecho, a los 7 años, también participó de la grabación de audiolibros y era invitado a fiestas y obligado a recitar canciones frente a multitudes.

De esta forma, lo que pareció una actividad recreativa para un niño, se convirtió en un caso de explotación infantil. “En casa me seguía gustando, es más, a veces me sentía bastante orgulloso de compartir su nombre y de poder disfrutar de parte de su gloria. En la escuela, sin embargo, empezó a desagradarme y me di cuenta de que me disgustaba cada vez más cuanto más crecía. ¿Era mi padre consciente de ello? No lo sé”, explicó en su autobiografía.

La ruptura con la familia

No obstante, el mundo de fantasía construido por su padre empezó a desmoronarse, cuando fue enviado a un internado a la edad de diez años.

En 1930, sufrió del acoso de parte de sus compañeros que imitaban las canciones de Pooh y compañía. “Fue entonces cuando comenzó esa relación de amor y odio con mi tocayo ficticio que ha continuado hasta el día de hoy”, escribió en Los Lugares Encantados.

Por esto mismo, la distancia entre sus padres se hizo insostenible. Ya en la adolescencia las relaciones con su madre se enfriaron, mientras en su fuero personal, fue creciendo un resentimiento en contra de Milne por explotar su infancia, consignó el diario británico The Mirror.

En la adultez, decidió alejarse de sus padres. Además fue tanta la molestia causada por Winnie the Pooh, que le generó resistencia para recibir el dinero de los derechos de autor, de los cuatro libros que forman la serie de Winnie, pero posteriormente decidió aceptar el dinero por una importante razón.

La verdad detrás de Winnie the Pooh

Algunas versiones indican que vivió a la sombra del amigable oso, pero en una íntima entrevista con su amigo y periodista, Gyles Brandreth, dada al diario The Telegraph, reconoció que estuvo amargado por mucho tiempo, puesto que le costaba encontrar un trabajo estable.

Fue entonces que a los 28 años, conoció a su prima Lesley de Selincourt, con quien se casó. Por esta razón, dejó de hablar con sus padres.

Fruto de su relación con Lesley nació Madeline. Su hija que nació con parálisis cerebral, y si bien al principio no quiso saber nada de la herencia dejada por la obra, ocupó parte de este fondo para fundar Clare Milne Trust, una organización filantrópica que ayuda a personas con discapacidades.

En consecuencia después de tener una complicada infancia, procuró darle los mejores cuidados a su hija, de manera muy distinta a lo que hizo su famoso padre. De hecho, Robin para seguir con su vida, decidió donar los peluches que sirvieron de inspiración para crear al oso y sus amigos, a la Biblioteca Pública de New York. “Me gusta tener a mi alrededor las cosas que me gustan hoy, no las cosas que me gustaban hace muchos años”, afirmó en la entrevista con The Telegraph.

Finalmente el tierno muchacho que tuvo una infancia de ensueño, pudo hacer las paces con el oso más famoso del mundo.