VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

La noticia relata la estrecha relación entre Angelines Fernández y Ramón Valdés, emblemáticos actores de Chespirito, quienes compartieron una amistad profunda y una adicción en común: el tabaquismo, la cual desencadenó sus fallecimientos. Valdés sucumbió a un cáncer de estómago en 1988, agravado por su fuerte dependencia al cigarrillo, mientras que Fernández, que también padecía una adicción al tabaco, murió en 1994 a causa de un cáncer de pulmón agresivo.

Desarrollado por BioBioChile

Angelines Fernández y Ramón Valdés formaron una de las duplas más importantes en los elencos de Chespirito. Ambos eran muy amigos, e incluso se especulaba con que la actriz española estaba enamorada de su par mexicano.

En su trayectoria, los dos actores incluso compartieron una adicción que terminaría con sus vidas: el tabaquismo.

Sabido es que Valdés murió un 9 de agosto de 1988, producto de un cáncer de estómago que desarrolló en sus últimos años.

El actor tenía una fuerte dependencia a los cigarros. De hecho, cercanos aseguran que grabó varias escenas fumando debido a que “no resistía la tentación”.

De acuerdo a Infobae, en 1985 fue sometido a una cirugía para achicar su estómago, pero justo en ese momento se descubrió que el cáncer había hecho metástasis en la médula espinal. Desde aquel momento, sólo quedó con cuidados paliativos.

Fernández murió un 25 de marzo de 1994. Pocos saben que en vida también tuvo una fuerte adicción al tabaco.

Según el mismo sitio, la comediante fumaba varias cajetillas diarias, tanto en su hogar como en las jornadas de trabajo.

Fue así como, al cabo de un tiempo, desarrolló cáncer de pulmón, el cual fue bastante fulminante, de acuerdo al relato de sus cercanos.

Hay que señalar que Angelines Fernández y Ramón Valdés están enterrados juntos en el cementerio de los Mausoleos del Ángel de México.

De hecho, la leyenda cuenta que, cuando el artista murió, su compañera pasó horas llorando junto a su ataúd, diciendo la célebre frase: “Me dejaste mi rorro”.