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Daniel Beiler, un técnico en emergencias médicas que creció en la comunidad Amish de Pennsylvania, Estados Unidos, tomó la inusual decisión de llevar a su esposa y sus cinco hijos a zonas en guerra. En una entrevista con Business Insider, Beiler reveló sus motivaciones para dejar su comunidad y viajar por el mundo. Desde Irak hasta Siria, distribuye ayuda humanitaria en medio de conflictos armados, con el objetivo de mostrar compasión y solidaridad. A pesar de los riesgos, su familia se mantiene en un lugar "relativamente seguro" mientras él trabaja en la línea de fuego. Con el apoyo de su esposa, quien es parte fundamental en sus decisiones, Beiler continúa su labor humanitaria en Idaho, Estados Unidos, donde brinda ayuda en zonas afectadas por incendios.

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Daniel Beiler es un técnico en emergencias médicas que tomó una decisión poco convencional. Llevar a su esposa y sus cinco hijos a zonas en guerra.

En conversación con el medio Business Insider, relató los motivos de tan drástica decisión, luego de salir de la comunidad Amish donde creció en Pennsylvania, Estados Unidos.

“Yo crecí con un deseo profundo, profundo de viajar, de ver el mundo y hacer grandes cosas”, dijo Daniel en conversación con el medio que publicó su relato.

Ese mismo deseo de viajar fue lo que lo motivó a dejar la comunidad para emprender un camino muy diferente.

A los 10 meses después de casarse, con su esposa estaban en Irak. “Era el otoño de 2014, cuando la crisis del Estado Islámico estaba en su punto más alto”, dijo el profesional de la salud.

Conoció una organización que respondía a este tipo de crisis prestando refugio. “¿Por qué no?”, pensó.

Envió un correo para postular y semana y media después, estaba por primera vez en un avión camión a su primera zona de guerra.

Distribuía alimentos y estufas para el invierno en una zona al norte de Irak, a unos 30 minutos del principal sitio de conflicto.

“A través de los años, nos movimos de un país a otro ocho veces, en distintos lugares como Bolivia, Siria y Ucrania”, dijo Beiler. No sabía si estaría dos meses en un lugar o cinco años, sin embargo, y acá parte de donde se explica su decisión, desarrolló “un profundo amor y compasión por las personas que sufren, y hasta el día de hoy eso es gran parte de lo que me motiva”.

¿Por qué se llevó a su familia?

Cuando comenzó su cruzada de viajar a zonas de guerra, estaba casado. Hoy, ya tienen cinco hijos de ocho, seis, cuatro y un año, además de un bebé de dos meses.

“¿Qué me motivó a tomar este riesgo? Esa es una buena pregunta”, indicó Daniel. Según explicó, en primer lugar, no quería estar separado de su familia por meses, ya que él siente que fue “llamado” para este tipo de trabajo.

Ahora, dejó en claro que su familia se queda en un lugar “relativamente” seguro, lejos de la zona de guerra, mientras él va a la línea de fuego a trabajar.

“Gracias a las cosas que hemos hecho, su visión del mundo es enorme. Es muy diferente comparada con la de la mayoría de la gente”, explicó respecto a los menores.

El profesional de emergencias médicas añadió que cuando vivían en Irak, había muchos puestos de control y que los soldados iraquíes disfrutaban estar con sus hijos. Para los niños, “ver hombres con armas y tanques y humvees se convirtió en un recuerdo feliz”.

Beiler enfatiza en que sus hijos crecieron en ese entorno, que saben que si una bomba cae cerca de ellos, las cosas “pueden ponerse intensas, y ellos correrían emocionados porque una bomba explotó”.

Su esposa le hace clases en “casa”, esto quiere decir, el lugar seguro de la zona en guerra donde se encuentren, mientras él está dos, tres o cuatro días en la frontera.

Al volver a casa, siguen la rutina de una familia normal. “Eso vale mucho allá”, indicó

“Sí, implica algún riesgo, pero las recompensas de hacer esto en familia, y ver a las personas iluminarse cuando ven a una familia venir a repartir comida, predicar o simplemente abrazarlos, es un cambio radical para ellos”, dijo Daniel.

El apoyo de su esposa

Daniel relató que una vez tuvo que ir con su familia a una oficina de gobierno en Irak para conseguir unos papeles, sabiendo que lo más probable es que hombres de ISIS estaban en el lugar.

El jefe de policía lo vio a él y su familia y le dijo: “ahora sé que en realidad te importamos, porque tú trajiste tu mayor tesoro a este lugar”.

Su esposa es su principal apoyo, pero a su vez, tienen un acuerdo, no viajar a un lugar hasta que ella esté preparada. Si ella no lo está, no se mueven.

Pese a que han conversado echar raíces en algún sitio en específico, de momento es algo que no tienen planeado concretar.

Actualmente se encuentran Idaho, Estados Unidos, donde Daniel presta apoyo en las zonas afectadas por los incendios.

“Antes de cada mudanza, siempre les preguntamos a los niños qué quieren hacer, y ellos siempre quieren ir al siguiente lugar loco. Les encanta hacer este tipo de cosas”, enfatizó Daniel, por la decisión, cuestionable para algunos, o excelente para otros, de llevar a su esposa e hijos a una zona de guerra.