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La Princesa Kalina de Bulgaria sorprendió con su renovada imagen tras su aparición pública el pasado fin de semana, donde llamó la atención por su musculatura. Acompañada por su esposo e hijo, representó a la Casa Real Sajonia-Coburgo-Gotha en la repatriación del cuerpo de Fernando I de Bulgaria. Su cambio físico, producto de una accidentada operación dental en Londres, la ha llevado a ser apodada como la "Princesa Fit" o "Princesa Fisicoculturista".

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Este fin de semana, luego de reaparecer en público, la Princesa Kalina de Bulgaria, causó gran revuelo en las redes sociales por su impactante cambio físico. La heredera de la monarquía balcánica se mostró con una trabajada musculatura y un rostro muy distinto.

La hija del Rey Simeón de Bulgaria acudió en representación de la Casa Real Sajonia-Coburgo-Gotha a la repatriación del cuerpo de Fernando I de Bulgaria. La Princesa fue acompañada por su marido Kitín Muñoz y su hijo Simeón Hassan. Sin embargo, los ojos se enfocaron en sus prominentes brazos y piernas.

Lo mismo la llevó a hoy ser conocida como la “Princesa Fit” o “Princesa Fisicoculturista”, puesto que su imagen dista mucho de las figuras frágiles que suelen llevar las mujeres de las monarquías.

Las complicaciones de la operación de la Princesa Kalina

Kalina nació en 1972 en Madrid, España. Vivió parte de su infancia en dicho país, sin embargo, tuvo una vida itinerante que la llevó a Londres, donde estudió Historia del Arte.

Fue en esta época que sufrió un accidente que marcaría su vida. Cuando era pequeña, a la edad de 8 años, tuvo una caída que terminó rompiéndole dos dientes frontales. No obstante, durante su estancia en el Reino Unido decidió someterse a una operación.

Según relató su esposo, Kitín, a la revista Hola, en 2018, la intervención tuvo complicaciones que le provocaron consecuencias indeseadas: “En el 1999, estudiando arte en Londres, fue a un dentista para ponerse fundas con la mala suerte de que el dentista perforó demasiado la base del hueso. Esto le causó serios problemas, una infección y una nueva intervención”.

Nadie le dio importancia, pues al principio parecía un pequeño problema (…) Pasaron días a pesar de tener dolores y molestias, los combatió, con antibiótico y anti doloroso”, agregó.

Debido a que nadie consideró la infección como peligrosa, el explorador español continuó su expedición en compañía de su esposa, pero esto provocó que todo se agravara.

“La imposibilidad de ir a un hospital y las condiciones en el mar provocaron que la infección avanzara y se agravara, afectando a parte del ojo”, relató.

A lo que sumó: “Tuvimos que evacuarla de urgencia y fue operada, también de urgencia, dando prioridad a limpiar la infección y causando daños de tipo estético, que no tenían importancia en ese momento, pues lo vital era salvar el ojo y la nariz de la infección”, dijo en referencia a la nueva forma que adoptó la nariz de la Princesa Kalina tras la intervención.

Princesa Kalina de Bulgaria en fotografías compartidas en redes sociales sobre su entrenamiento
Twitter

El fisicoculturismo como tratamiento

Pese a que la propia Princesa de Bulgaria no ha mencionado detalles de la cirugía, ni cómo esta afectó su vida, sí ha hablado más extensamente de su afición por el fisicoculturismo, que podría tener relación con el accidente.

Tal como recoge El Clarín de Argentina, Kalina habló con la revista Loc, a quienes dijo: “Me dedico al entrenamiento con cargas de pesas y a la salud del cuerpo, soy deportista”.

Según desprende DW de un estudio publicado en British Journal of Sports Medicine el año pasado; el practicar algún deporte, además de tener influencias positivas en la depresión, también tendría efectos comparables con la psicoterapia o medicación.

Esto se debe a que al ejercitarse se liberan endorfinas en el cerebro, es decir, hormonas de la felicidad, señala el medio alemán. Sumado a ello, apoya a “distraer la atención de los pensamientos negativos y centrarse en sentimientos más positivos”.

Además, el informe sugiere que el ejercicio intenso y constante podría incluso ser una forma de controlar la depresión o, al menos, aliviarla.

Cabe mencionar que la Princesa Kalina de Bulgaria, además, se ha ganado el nombre de “Amazonas”, palabra con la que se suele llamar a las concursantes de fisicoculturismo.

A propósito de ello, la heredada, dijo a Loc que “He competido durante 15 años en Marruecos en campeonatos nacionales e internacionales, representando a Bulgaria; la primera vez que vi la bandera de Bulgaria en una competición, porque yo era la única amazona búlgara, me llenó de orgullo”, afirmó.