Imágenes familiares de Jean-Claude Romand

Jean-Claude Romand: el falso médico francés que asesinó a su mujer, hijos, padres y perro y está libre

09 junio 2024 | 07:00

En 1993, Jean-Claude Romand se hizo conocido a nivel mundial luego de que se destapara uno de los crímenes más crudos que vivió Francia en esa década.

Se trata de una macabra historia que involucra a Jean-Claude,un hombre que mintió descaradamente durante años y cuando su mentira no pudo sostenerse, decidió deshacerse de todos los que pudieran intervenir en su vida.

Con esto nos referimos a toda su familia directa, a quienes asesinó a sangre fría. Luego, intentaría acabar con su vida, sin embargo, el destino quería otra cosa para él.

31 años después de este crimen, la vida de Jean-Claude Romand dio un giro radical, uno que nunca pensaron quienes lucharon para que tuviera cadena perpetua.

La historia dio para una película y un libro que, incluso, se puede encontrar en librerías chilenas. Claro que nunca nadie pensó en el desenlace que tendría, cuando Jean-Claude saliera y viviera en libertad.

Jean-Claude Romand: un prestigioso “médico de la OMS”

Cuando Jean-Claude Romand estaba en su segundo año estudiando Medicina, no logró aprobar sus exámenes y avanzar, por lo que desechó la idea de seguir estudiando, pero no necesariamente que el mundo se enterara de eso.

Aunque mientras estaba viviendo su peor momento, perdiendo a su novia, viendo televisión y comiendo hasta engordar 20 kilos, también comenzó con una mentira que duraría 18 años y de la que todo su entorno sería víctima, consigna ABC.

Nadie tenía que enterarse de que había perdido la carrera y decidió que así sería. Tiempo después recuperó a Florence, su novia que luego se convertiría en su esposa y la madre de sus hijos.

Eso, mientras él era un prestigioso médico francés que trabajaba para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, donde viajaba constantemente para trabajar y traer más de un regalo a sus pequeños hijos.

Sin embargo, todo era parte de la farsa en la que vivía, puesto que no iba a Ginebra como tal, sino que pasaba los días en hoteles cercanos a su ciudad, Prévessin-Moëns, que estaba muy cerca del límite con Suiza, recorriendo las ciudades y los bares del área.

Sin embargo, como su entorno creía que era un alto funcionario de la organización, su fachada generó confianza, tanta que vendía “medicamentos para la lucha contra el cáncer”, así como opciones de inversión en Suiza, que le permitían mantener el estilo que vida que ostentaba para su familia.

Se trata de una mentira en la que cayeron sus padres, esposa, hijos, vecinos y todo el que se acercó a él durante aquellos años.

La “única salida” era la muerte

Hacia finales de 1992, sus cercanos, a quienes había estafado con los falsos productos de inversión, comenzaron a pedirle el dinero de vuelta, entre ellos, Chantal, su amante a quien también había estafado, pero que sospechaba de él.

Eso acorraló a Jean-Claude Romand, quien la mañana del 9 de enero de 1993 decidió que la “única salida” de la mentira era la muerte, pero no sólo la suya, sino que la de todos sus cercanos.

El diario francés, Le Monde, recogió lo que ocurrió ese día, indicando que “Jean-Claude Romand destrozó el cráneo de su esposa Florence con un rodillo (para amasar) y cerró la puerta de su dormitorio”.

Sus hijos, Caroline y Antoine, estaban en casa. Les pidió no hacer ruido para no despertar a mamá y los acompañó a ver televisión, específicamente la película “Los tres cerditos”, mientras se sentaban en el sofá y los abrazaba.

El relato del medio francés continúa señalando “Como los encontró un poco acalorados les dijo que les iba a tomar la temperatura. Le pidió a Caroline que subiera a su habitación, se acostara boca abajo, jugó a ponerle la almohada en la cabeza y le disparó en la cabeza con un rifle del calibre 22 que había equipado con un silenciador”.

Luego, realizó la misma acción con su hijo Antoine. Cubrió a los niños con un cobertor y siguió su vida, comprando el diario y revisando el buzón de correos.

Mató a sus padres y su perro

Tras matar a su familia, Jean-Claude Romand continuó eliminando a sus cercanos, como si estuviera en un video juego.

Tomó su auto y rifle para viajar 60 kilómetros a la casa de sus padres, donde almorzó con ellos. Primero, mató a su padre, luego, su madre y finalmente, el perro labrador que estaba con ellos.

Otro cabo que debía atar era Chantal, su amante, quien vivía en París. La llevaría a casa de su amigo, Bernard Kouchner, cerca de Fontainebleau. En el camino, intentó estrangularla, pero no la mató porque ella le rogó que no lo hiciera, así que la llevó de vuelta a casa y le prometió que no le haría nada.

Finalmente, volvió a casa donde estaba el cuerpo de su esposa e hijos, ahí ingirió pastillas para suicidarse e incendió la casa, sin embargo, no logró su cometido, ya que un equipo de bomberos logró rescatarlo.

En ese momento, su mentira se desmoronó y la verdad salió a la luz, así como también todos los asesinatos que había cometido.

La sentencia, el libro y la película con la historia de Jean-Claude Romand

Luego de su captura, Jean-Claude Romand confesó sus brutales crímenes, por lo que en 1996 recibió cadena perpetua, con la posibilidad de salir de la cárcel cuando llevara 22 años de presidio.

Todo luego de un juicio donde quedó expuesta la verdadera personalidad del francés, un mentiroso patológico y un mitómano narcisista y criminal, aseguraron los psiquiatras que participaron en el proceso.

Ahí, también confesó “Si maté a mi esposa, es por el dolor intolerable que ella iba a vivir comprendiendo mis mentiras”, aludiendo a la razón por la que cometió los crímenes, añadiendo “He matado a todos los que amaba, pero por fin soy yo”.

Su caso se hizo conocido en Francia, pero también a nivel mundial, cuando Emmanuel Carrère sacó “El adversario”, un libro que se basa en la historia de Romand, publicado en 1999.

Se trata de una obra que logró hacer tras asistir al juicio del asesino, pero también lograr tener una relación por correspondencia, donde conversaron y él le contó por qué cometió los crímenes.

La historia es, a menudo, comparada con “A sangre fría” de Truman Capote e inspiró películas como El adversario de Nicole Garcia y El empleo del tiempo de Laurent Cantet, en Francia, así como una española, La vida de nadie de Eduard Cortés, consignó El Mundo.

La libertad

Una vez que pasaron los 22 años que debía estar en la cárcel, Jean-Claude Romand comenzó a pedir a libertad condicional, una a la que la familia de su esposa se opuso constantemente.

Eso hasta que en 2019 el Tribunal de aplicación de penas de Châteauroux consideró que liberarlo era prematuro y negó su salida.

Jean-Claude apeló y la Corte de Apelaciones de Bourges le concedió la libertad condicional, por lo que el viernes 28 de junio salió de la cárcel de Saint-Maur, consignó Infobae.

Aunque mantiene libertad condicional, el hombre que vive en la Abadía benedictina de Fontgombault, donde comparte su vida con 60 monjes, tiene varias prohibiciones.

No puede contactarse con su familia, ni la directa o política, además de que no puede hablar con la prensa, por lo que poco se conoce de su realidad actual.

Aquí llegó luego de que se hiciera amigo del general Jean Delaunay, un amigo del monasterio que lo acompañó por dos décadas y por quien logró un cupo en el lugar, consignó La Nación.

Emmanuel Crolet, hermano de Florence, la esposa de Romand, no cree que haya cambiado. “Quería salir de la cárcel, logró salir de la cárcel consiguiendo hacer creer a la gente que era alguien honesto, y que se merecía esa salida de la cárcel”, señaló al podcast Les Voix du Crime. Algo que también comparte su madre, Jeannine Crolet.

El caso de Jean-Claude Romand sigue llamando la atención del mundo, por como se desarrolló y un desenlace que pocos logran entender.