Un estudio realizado por la Universidad Estatal Lomonosov (Rusia) reveló días atrás que el cráter Batagaika, en Siberia, ha seguido creciendo a gran tamaño en los últimos años. El lugar es conocido por lugareños como la ‘Puerta al Infierno’.
Esta es una gigantesca estructura geológica que apareció hace casi tres décadas y, como en muchos otros casos, su existencia se debe a un error humano: años antes de que se formara, en la zona se taló una parte importante del bosque, lo que propició el hundimiento masivo de terreno.
No obstante, su presencia tomó notoriedad en 2018, cuando científicos descubrieron que en el interior estaba una cría de caballo muerta hace cerca de 40 mil años, la cual permanecía congelada en perfecto estado de conservación. La razón de esto: el Permafrost de Siberia.
Hace algunos años se determinó que el cráter estaba creciendo cerca de 10 metros de ancho por cada año, a medida que el hielo siberiano iba cediendo.
No obstante, de acuerdo a La Tercera, el mencionado estudio asegura que la ‘Puerta al Infierno’ ha comenzado a crecer a un tamaño más elevado.
La ‘Puerta al Infierno’
Sin ir más lejos, los expertos aseguran que el crecimiento está en 1 millón de metros cúbicos cada año.
“Las características del deshielo rápido del permafrost están muy extendidas y se observa que aumentan en el terreno de Permafrost rico en hielo del Ártico y el subártico”, indicó el autor principal Alexander Kizyakov.
Este nuevo descubrimiento hace suponer a los expertos que el cráter podría seguir siendo un buen lugar para el estudio de criaturas del pasado.
“Con estas tasas de movilización de sedimentos y carbono, el megahundimiento de Batagay no sólo es una característica local prominente del rápido deshielo del permafrost, sino que ofrece excelentes condiciones para estudiar las tasas y los mecanismos de rápidas degradaciones del permafrost y calcular las reservas y la liberación de, por ejemplo, materia orgánica”, expuso el estudio.
Por lo pronto, otra de las conclusiones apunta a que el crecimiento del lugar se ha mantenido “estable” en el último tiempo, lo que no deja de preocupación en el contexto del Cambio Climático.