BioBioChile estuvo en el sur de Israel, donde decenas de Kibutz fueron atacados por extremistas. En la jornada del 7 de octubre masacraron a más de mil personas y se llevaron a 130 más a Gaza. Entre ellos figura un bebé argentino-israelí y su pequeño hermano.

Los Calderón, Los Bibas, Karina Ángel y sus hijas… Son una parte de las familias originarias del vecino trasandino. De los argentinos secuestrados por Hamas. Sus historias son estremecedoras, como las bombas y proyectiles sonando actualmente sobre Gaza, con decenas de miles de muertes palestinas como respuesta al pasado 7 de octubre, cuando Israel estuvo bajo asedio terrorista y sus ciudadanos pagaron el precio.

Todos son rostros inocentes, formando parte de un recordatorio permanente en cada ciudad israelí. Sus fotografías están desde el Aeropuerto de Tel Aviv, hasta en cada transitada calle, bajo el lema Bring Them Home Now.

BioBioChile visitó varios Kibutz o comunidades agrícolas, cuyos colonos fueron invadidos a pocos minutos de la puesta del sol por extremistas de Hamas y otras facciones aliadas. Los tomaron por sorpresa, asesinándolos en el acto.

Otros fueron tomados como rehenes, entre ellos, un niño de pocos meses de vida, quien junto a su hermano fueron llevados hacia Gaza como el resto de los israelíes o argentinos-israelíes, además de dos mexicanos, según fuentes oficiales en Jerusalén.

El ataque a un Kibutz donde habitaban argentinos

En el Kibutz Nir Oz, uno de los más poblados del sur de Israel, las familias argentinas se preparaban para vivir un día normal el pasado 7 de octubre. Muchas de ellas, aún estaban en cama.

350 personas, entre mujeres, hombres y niños habitaban el lugar hasta que Hamas irrumpió abruptamente. En un recorrido por este asentamiento civil, BioBioChile comprobó el nivel de destrucción tras la masacre que ahí perpetró la organización terrorista.

Casas reducidas a cenizas, con cientos de impactos de proyectiles, granadas lanzadas al interior donde estaban sus habitantes. Todo en una escena de terror que lo cambió todo.

“Lo que hicieron fue con el gas que calienta el agua de las casas. Quemaron e incendiaron las casas”, aseguró el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Roni Kaplan.

Cuando las familias no obedecían los gritos terroristas, lanzaban explosivos, tiroteaban en lugar o procedían a incendiar. Al menos 90 personas perdieron la vida; decenas más terminaron en cautiverio, vivos o muertos.

Seis miembros de la familia argentino-israelí, Kunio-Aloni, con dos niñas pequeñas de 3 años y un bebé en camino, se rindió. Sin embargo, fueron llevados por separado en camiones que los extremistas tenían listos.

Sharon Aloni y sus hijas fueron liberadas casi dos meses después de secuestro. Su esposo, el argentino David Kunio, sigue en calidad de secuestrado, pero su destino es incierto.

La familia de argentinos secuestrados por Hamas con sus miembros más inocentes

Más de una veintena de Kibutz en el sur israelí estuvieron bajo fuego y asedio el pasado 7 de octubre, pero sin duda, Nir Oz fue de los más numerosos en víctimas y secuestrados.

Entre los cautivos, otra familia de origen argentino: Los Bibas-Silberman, cuyos 4 miembros padecieron el ataque extremista sin importar la edad de las víctimas.

Yarden Bibas, su esposa Shiri, junto a sus hijos Ariel de 4 años y Kfir, de entonces 8 meses de vida, fueron llevados a Gaza y se desconoce su paradero, como el de sus padres. En un video se observa la cara de terror de la mujer abrazada a sus dos niños, mientras los terroristas se los llevan.

Los padres de la mujer, José Luis Silberman, argentino, y Marguit Schneider, peruana, fueron asesinados, antes de secuestrar al resto de la familia.

El pasado 18 de enero Kfir cumplió su primer año de vida como secuestrado. No se sabe exactamente de su destino, pero sí de su padecimiento 5 meses atrás junto a su familia.

El argentino al que Hamas le asesinó a dos de sus dos hijos

Alfredo es un argentino que se salvó de milagro en el Kibutz Netiv Haasara, pero Igal y Amid, sus hijos israelíes, fueron asesinados.

Su asentamiento estaba a menos de 5 kilómetros de la frontera con Gaza. Básicamente, fue el primero en ser sorprendido por los extremistas, quienes asesinaron a 17 personas.

“Yo creía que ellos habían escapado y estaban en otro lugar buscando refugio”, aseguró el octogenario, quien vive desde la década de los 80 en Israel.

A él lo buscaron un día después, pensaron que estaba muerto, como sus hijos. El mayor de estos, como miembro élite de las Fuerzas Israelíes, ayudaba a unos vecinos a escapar de los terroristas. Sin embargo, el número era grande y murió junto a los otros lugareños que intentaban rescatar.

Su padre, en el refugio, se mantuvo tranquilo y con la mente ajena a lo ocurrido. Cuando se le consultó por el futuro y por qué decidió quedarse, aseguró que al llegar a vivir a Israel, de alguna manera se aprende a convivir con la amenaza terrorista y es parte de lo que puede pasar de un momento a otro.

Según cifras oficiales de la Cancillería Argentina, nueve de sus connacionales murieron en los ataques de hace 5 meses y 21 de ellos están desaparecidos o secuestrados.

Los vecinos inmediatos de Alfredo, no corrieron con su misma suerte. Al menos, uno de ellos.

Un padre de familia y sus dos hijos, fueron parte de las víctimas de este Kibutz. El hombre entró a su refugio antimisiles, pero fue visto por los extremistas, algo registrado en un video de seguridad en la vivienda, al que BioBioChile tuvo acceso, el cual no es publicable por obvias razones.

Los miembros de Hamas lanzaron una granada al interior del lugar y el padre se lanzó sobre esta para proteger a sus hijos, muriendo en el acto. A ambos infantes se les ve salir aturdidos del lugar y llorando en el living de su casa. El menor le preguntaba a su hermano si creía que el padre estaba vivo.

En ese momento, se ve a uno de los terroristas entrar al lugar y abrir el refrigerador. Les ofrece una bebida, pero ellos se niegan y entre llantos llaman a su madre. Más adelante, se ve cómo los niños escapan del lugar, en un descuido de los atacantes.

Algunas facciones que ayudaron a Hamas el 7 de octubre tenían por regla no matar mujeres o niños, a diferencia de dicha organización.

Karina Ángel y el milagro de liberación junto a sus hijas

En Tel Aviv, a los pies de la plaza que alberga el museo de la ciudad, el gobierno ha instalado un memorial y un cronometro para saber cuánto tiempo llevan los secuestrados de Hamas en Gaza, cuyas familias esperan ver liberados como parte de una negociación entre gobierno y extremistas.

Un edificio de la zona, ostenta, además una iniciativa civil para ayudar a los familiares de los cautivos, mientras esperan noticias de sus seres queridos.

En ese lugar, conversamos con el hermano de Karina Ángel, secuestrada junto a su marido y a sus hijas de 18 y 10 años de edad en el Kibutz Nir Oz.

Hace unas semanas, les comunicaron del asesinato del padre de familia, Ronel, un paramédico voluntario que salió ayudar a las víctimas del ataque. Las niñas se salvaron de los vejámenes al que fueron sometidas otras jóvenes, decenas de ellas embarazadas producto de violaciones, debido a que el auto en el que eran trasladadas se accidentó camino a Gaza.

Estuvieron hospitalizadas durante dos meses recibiendo atención anómala. Varios injertos fallidos en una pierna y la pérdida de un dedo forman parte de la historia de supervivencia de las hijas de Karina.

Diego Engelbert fue la voz en medio de la recuperación de su hermana y sus sobrinas, quienes pudieron juntarse en el hospital, luego de que la argentina insistiera a la facción de Hamas de llevarla junto a ellas.

“Ustedes son la voz de 134 personas que están adentro de túneles adentro de Gaza. Yo quiero que mis sobrinas tengan un lugar en el que puedan ir a llorar. Yo quiero que mi hermana esté con sus vecinos que todavía están secuestrados. Yo quiero que los hermanos de un amigo, el hijo de un amigo, vuelvan”.