Amy y Ano, gemelas idénticas nacidas en Georgia, fueron separadas y vendidas al nacer. El destino las reunió años después, gracias a un concurso de talentos televisivo y un video de TikTok. Ahora, en Alemania, buscan respuestas sobre su pasado y descubren un oscuro capítulo de bebés robados y vendidos en su país.
En una habitación de hotel en Leipzig, Alemania, Amy Khvitia y Ano Sartania, gemelas idénticas, buscan respuestas sobre su pasado. A medida que indagan sobre su origen, descubren que son parte de un oscuro episodio en la historia de Georgia, donde miles de bebés fueron robados de hospitales y vendidos, algunos incluso hasta el año 2005.
Separadas al nacer y vendidas a diferentes familias, la primera conexión entre Amy y Ano se estableció cuando tenían 12 años, según dio a conocer BBC Mundo. Amy vio a una joven idéntica a ella en un programa de talentos, quien resultaba ser Ano. Sin embargo, el reencuentro real ocurrió siete años después, cuando ambas tenían 19 años, gracias a un video de TikTok que llamó la atención de Ano.
Se pusieron en contacto y, a medida que investigaron, descubrieron que nacieron en la misma maternidad en Georgia, aunque sus certificados de nacimiento oficiales presentan discrepancias en las fechas. A pesar de esto, comparten gustos e incluso una enfermedad genética.
Al enfrentarse a sus familias adoptivas, Amy y Ano descubrieron que fueron adoptadas ilegalmente en 2002. Sus padres adoptivos pagaron grandes sumas de dinero sin conocer la ilegalidad del proceso, ya que Georgia atravesaba un periodo de agitación y corrupción.
Imposibilitada para concebir hijos, la madre de Amy relató que una amiga le mencionó la existencia de un bebé no planeado en el hospital cercano. Aunque tenía que pagar, tendría la oportunidad de llevar al bebé a casa y criarlo como propio. La madre de Ano tuvo una historia similar.
Su caso reveló la existencia de un mercado negro de adopciones que operó desde la década de 1950 hasta 2005, involucrando a criminales organizados y a diversos sectores de la sociedad. La escala del tráfico de bebés asciende a cifras asombrosas, hasta 100,000 niños robados y vendidos.
La búsqueda de su madre biológica
Las gemelas deciden buscar a su madre biológica, Aza, quien reside en Alemania. A través de un grupo en Facebook llamado Vedzeb (“Estoy buscando” en georgiano), creado por la periodista Tamuna Museridze. Descubren historias similares de familias georgianas afectadas por adopciones ilegales. El grupo cuenta con más de 230,000 miembros y ha destapado un escándalo que abarca décadas.
En el hotel de Leipzig, Amy y Ano finalmente se encontraron con su madre biológica, Aza. Aza explica que cayó en coma después de dar a luz y fue informada falsamente de la muerte de sus gemelas. El encuentro brinda un nuevo significado a sus vidas, aunque la conexión entre las gemelas y su madre biológica sigue siendo compleja.
Puedes ver el video de su reencuentro a continuación:
Identical twins Amy and Ano were stolen from their mother at birth and sold to separate families.
Years later, they were reunited, thanks to a TV talent show and a TikTok video.
Find out more about Georgia's stolen children on YouTube https://t.co/Zer0MCLnY7 pic.twitter.com/LsI6sqnGcz
— BBC World Service (@bbcworldservice) January 26, 2024
La investigación de Tamuna revela la participación de funcionarios corruptos que falsificaban documentos para facilitar adopciones ilegales. Las adopciones involucraban sumas significativas de dinero, y algunos niños terminaban en familias extranjeras en países como Estados Unidos, Canadá, Chipre, Rusia y Ucrania.
La falta de acceso a documentos y la pérdida de datos históricos dificultan la verificación exacta de la cifra total de bebés robados.
Una red de tráfico de menores
El gobierno georgiano inició una investigación en 2022 sobre el tráfico histórico de menores, aunque la periodista Tamuna Museridze ha expresado frustración por la falta de transparencia y el tiempo que ha transcurrido sin resultados. A pesar de algunos intentos previos de investigación, pocos individuos han sido responsabilizados, y la incertidumbre persiste en torno a la cifra exacta de bebés afectados.
Irina Otarashvili, otra madre afectada, contó su experiencia de dar a luz a gemelos en 1978 y la posterior noticia de la muerte repentina de sus hijos. Cuarenta y cuatro años después, su hija Nino encuentra el grupo de Facebook de Tamuna y descubre que la información sobre la supuesta muerte de sus hermanos era falsa. La investigación de Tamuna y otros afectados busca tener acceso a documentos de nacimiento, actualmente restringidos por la legislación georgiana.
Mientras tanto, Tamuna Museridze y la abogada de derechos humanos Lia Mukhashavria buscan llevar casos ante los tribunales georgianos para permitir el acceso a documentos de nacimiento. La esperanza es que este proceso contribuya a cerrar un oscuro capítulo de la historia de Georgia y brinde descanso a aquellos afectados por el tráfico de bebés.