La agresión sexual quedó grabada por las cámaras del encierro, las que más tarde la producción utilizó para aumentar su rating. Seis años más tarde, la víctima obtuvo justicia, pero la sentencia fue igual de polémica que el caso que remeció la televisión española y cambió los protocolos de consentimiento del programa.
A más de 22 años de su estreno en las pantallas de Países Bajos, el formato de Gran Hermano que ya ha pasado por latitudes como África, EE.UU, Reino Unido y Argentina, finalmente llegó a Chile. El programa ha gozado de gran éxito en redes sociales, sin embargo, en su trayectoria por tantas culturas ha sufrido varios cambios.
Uno de los más importantes ocurrió hace solo 5 años. Fue después de la versión “Gran Hermano: Revolution” realizada en España que el programa comenzó a aplicar un protocolo de consentimiento para tener relaciones sexuales al interior del encierro, sin embargo, la razón detrás de este cambio de reglas fue causado por un indignante caso de abuso sexual.
En la versión que llegó a las pantallas españolas a través de Telecinco, participaron dos jóvenes competidores, ambos de 24 años: José María López y Carlota Pardo. El primero se describía a sí mismo como un amante de la agricultura y se desempeñaba como tal, por su parte, la joven dejó su trabajo como administradora de dos reconocidas discotecas de la bohemia española para ingresar al encierro.
Ambos concursantes se acercaron dentro de la casa del Gran Hermano, donde entablaron una amistad que más tarde terminó uniéndolos como pareja. Así llegaron al punto de compartir cama y tener relaciones sexuales frecuentes bajo las sábanas y en instancias favorecidas por la producción.
“No puedo”
Tal como ocurre en la versión nacional del reality, los viernes son de fiesta, pero esto fue el inicio del cambio en los protocolos del programa y en la vida de Carlota.
La noche del 4 de noviembre de 2017 que todos los participantes fueron invitados a compartir en una instancia donde se suministró alcohol a antojo de los concursantes, pero antes de esto y a solo días de poder hacer las compras en el supermercado, la comida escaseaba, por lo que esa noche Pardo terminó tomando al menos cuatro shots de tequila sin haber comido nada más que una porción de papas fritas.
Rápidamente, Carlota terminó en un estado de semi inconsciencia que la llevo a no sentirse bien. Por esto, su pareja en ese entonces, José María, la acompañó de regreso a la habitación. Una vez ahí, el hombre la descalzó y quitó los pantalones que llevaba, según se detalla en la sentencia recogida por el Huffington Post.
Y aunque hasta ahí parecía un simple momento en que recibía ayuda de su pareja, las cosas dieron un drástico giro: “Guiado por un ánimo libidinoso, a sabiendas de que Carlota se encontraba bajo los efectos de un sopor etílico que le conduciría después a la inconsciencia, le quitó los pantalones –cuando ambos se encontraban ocupando la misma cama-, y comenzó a realizar bajo el edredón movimientos de carácter sexual, pese a que la víctima débilmente le dijo ‘no puedo’“, versa la sentencia del abuso sexual del que fue víctima Carlota.
Según explica el documento, José María López, continuó agrediéndola sexualmente pese a que ella levantaba la mano y le pedía que parara. Ante el caso omiso del abusador, la joven se quedó paralizada hasta que el sujeto le preguntó como estaba.
Ella le pidió que se alejara, pero López “comenzó a realizar sostenidamente movimientos rítmicos que denotan, cuanto menos, que el acusado se está masturbando”, detalla la sentencia. Pese a que no existe prueba de que el sujeto la penetró, pero consideraron que las pruebas eran claras.
El confesionario
Posterior a esto, la producción llamó la atención del abusador, quien intentó despertar a Pardo, la que lo hace aturdida, luego vomita y tambalea en su paso, recoge El Mundo.
El registro del abuso sexual no se emitió en vivo ni en el resumen diario del programa, sin embargo, Gran Hermano igualmente lo utilizó a su favor de una forma muy cruda. A la mañana siguiente llevaron a Carlota Pardo hasta el confesionario, donde en completa soledad y frente a la pantalla del “Súper” fue obligada a ver el video de su propia violación.
La reacción de la participante si llegó a las pantallas y su crudeza los llevó a recibir miles de críticas. En el registro que más tarde filtró El Confidencial, se muestra como la joven atraviesa un ataque de ansiedad ante la voz del omnipresente personaje: “Por favor, para ya ‘Súper’, por favor”, le ruega cubriéndose el rostro incrédula.
Carlota, no podía seguir viendo el video, por lo que se giró a una pared, pero el audio seguía sonando. Luego de pedir que lo quitarán, la cruda escena sigue y la joven rompe en llanto con dificultades para respirar. “Por favor, traedme algo que me relaje (…) tengo el corazón a mil”, súplica.
Tras esto, ‘Súper’ emite las declaraciones que terminaron por condenar a la producción del programa: “Carlota, este tema por José María y por ti, por el bien de ambos, no debe salir de aquí”. Visiblemente afectada, la joven es encerrada por unos minutos, incluso después de acceder a guardar silencio y no hablar del tema con sus compañeros de encierro.
Condena de 15 meses de cárcel y varios miles de euros
Tras este crítico momento, el participante fue expulsado por la agresión, sin dar muchas explicaciones a los demás concursantes y la audiencia, detalla El Periódico. En cuanto a la joven, esta fue aislada a una habitación de hotel acompañada de su madre y un equipo de salud mental por 4 días, hasta que le dieron el alta y regresó al encierro.
Poco más de una semana después, Pardo fue eliminada por el público y pronto decidió tomar acciones legales al respecto, pese al acuerdo de 25.000 euros para que guardara silencio.
Seis años después del abuso sexual, este 2023, después de varias dificultades y un largo proceso judicial, la joven participante de Gran Hermano obtuvo justicia. El pasado 17 de abril se dictó la condena contra López por abuso sexual, quien fue sentenciado a 15 meses de presidio (poco más de un año), el pago de 6.000 euros (algo así como 5 millones de pesos), además de no poder acercarse a la víctima por 4 años.
Sin embargo, la producción detrás del programa, Zeppelin, junto a Choup European Group, también fueron condenados a pagar 1.000 euros a la víctima (menos del equivalente a un millón de pesos chilenos), detalla El Mundo.
Protocolo de consentimiento de Gran Hermano
El indignante caso de abuso sexual cambió por completo las reglas del programa, por lo que desde ese momento en todas sus ediciones se pide una autorización de consentimiento a los concursantes.
Esta consta en que ambos participantes que quieran tener relaciones sexuales de mutuo acuerdo deben indicarlo a las cámaras levantado sus pulgares. De no hacerlo, el Gran Hermano pedirá que lo manifiesten explícitamente a través de los parlantes de la casa.