El cuerpo de Wilherlmina Lancaster fue encontrado incorrupto (sin descomponerse) en su tumba en Estados Unidos. El caso fue señalado como milagro, aunque hay una explicación científica.
Fue a fines de mayo cuando millones de personas se sorprendieron con el caso de Wilhelmina Lancaster en Estados Unidos, monja que había muerto en 2019, a los 95 años, y cuyo cuerpo fue exhumado. En ese momento, muchos notaron que sus restos prácticamente estaban intactos, con muy pocos signos de descomposición.
Lancaster había sido enterrada en el monasterio de las Hermanas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, cerca de Kansas City, y la idea era trasladarla a la capilla del monasterio.
Sin ir más lejos, la religiosa había sido una de las fundadoras de aquella iglesia, por lo que se consideraba que lo correcto era sacarla de su ataúd de madera y trasladarla a aquel lugar.
Lo cierto es que su caso ha llamado la atención dentro de aquella comunidad, ya que incluso se habla que podría ser la primera monja afroamericana fallecida con un “cuerpo incorrupto” en la Iglesia Católica.
Hasta ahora sólo una fuente de aquel monasterio se ha referido a aquel caso, asegurando que la sorpresa fue mayor a la hora de llevar a cabo el ritual.
“El personal del cementerio nos dijo que esperáramos solo huesos en las condiciones, ya que la hermana Wilhelmina fue enterrada sin embalsamar y en un simple ataúd de madera”, indicó en una rueda de prensa.
“La suciedad que cayó al principio había empujado hacia abajo sus rasgos faciales, especialmente el ojo derecho, por lo que colocamos una máscara de cera sobre él. Pero sus pestañas, cabello, cejas, nariz y labios estaban todos presentes, su boca parecía sonreír“, agregó.
Lo cierto es que la situación de Wilhelmina Lancaster se conoce como un “cuerpo incorrupto”. Se trata de un fenómeno donde una parte o incluso la totalidad de un cadáver no se amolda el proceso natural de descomposición.
En el catolicismo, estos singulares casos “dan testimonio de la verdad, de la resurrección de la carne y la vida venidera”, consignó la agencia cristiana ACI Prensa. De hecho, esta misma religión tiene un fuerte vínculo con los denominados “santos incorruptibles”, los que en su mayoría son beatificados o canonizados.
¿Cómo pudo ocurrir la situación de Wilhelmina Lancaster?
La situación se puede explicar desde el punto de vista científico con varios estudios que han llevado a cabo antropólogos en el mundo. Todo indica que en la historia han existido más casos.
El antropólogo forense José Manuel Reverte Coma, perteneciente al Instituto Gorgas de Estudios de la Salud, explicó a la BBC que el factor ambiental juega un rol clave.
“La sequedad produce la momificación espontánea o natural (…) Esto se conoce como desecación espontánea y se da en algunos lugares como son las criptas de algunos monasterios, donde la sequedad del ambiente, la ausencia de insectos y a la existencia de un medio interno adecuado para destruir las bacterias responsables de la putrefacción, permite que el cuerpo se deseque en forma natural conservándose incorrupto por tiempo indefinido”, señaló.
Reverte asegura que puede darse otra condición, denominada como adipocira, cuando los tejidos pasan a una ‘fase plástica’. Esto se da en ambientes húmedos, pero a la vez estériles.
“La piel queda elástica convirtiéndose en una especie de badana, como si la hubiesen curtido. En otros casos puede pasar a tener la consistencia similar a la cera, como la de una vela derretida, que mantiene la forma de los órganos con gran precisión”, apuntó.
“La transformación del adipocira en cera cadavérica es lo que ha dado origen a la creencia de que hay cuerpos incorruptos debido a causas sobrenaturales y no hay tal cosa”, cerró el antropólogo.
Por otro lado, Dario Piombino-Mascali es un antropólogo del Instituto de Momias y del Hombre de Hielo de Bolzano, Italia, quien ha estudiado el fenómeno de la momificación por décadas.
En sus informes sostiene que este fenómeno necesita de ambientes extremos: que el lugar sea muy frío, muy seco o demasiado cálido.
El experto asegura que, tras la muerte, las células del cuerpo empiezan a trabajar y liberan gran cantidad de sustancias, las cuales a su vez construyen un ambiente propicio para que bacterias empiecen a descomponer el cuerpo.
No obstante, explica que si la temperatura es muy alta el organismo inerte tiende a secarse mucho antes que estas células trabajen, lo que a largo plazo da lugar a la momificación.
“Cuando la temperatura es muy baja también puede suceder porque el frío inhibe la actividad de las bacterias”, aseveró.
Hay que señalar que la Iglesia Católica ha reconocido cinco cuerpo que permanecieron incorruptos tras su muerte: Carlo Acutis, Papa beato Pío IX, San Juan Bosco, Santa Zita y San Vicente de Paúl.