Cuando vemos a alguien en necesidad, que decidamos tomar acción puede hacer la diferencia entre la vida o la muerte. Es precisamente lo que ocurrió con Lee Rowland, quien cruzaba en su auto la ciudad británica de Darlington cerca de las 2:30 de la mañana este martes para regresar a su hogar, tras terminar su turno como conductora de camiones.
Fue en esas circunstancias que la mujer divisó a un hombre mayor junto a un perro en una parada de autobús cerca de la calle North Road.
“Lo vi y supe de inmediato que algo no estaba bien porque no pasan buses a las 2:30 de la mañana, así que decidí dar la vuelta para preguntarle si se encontraba bien”, cuenta Rowland.
“Estaba bastante confundido y tuvimos una charla para saber si tenía sus llaves o cualquier cosa donde apareciera su dirección. El hombre estaba llorando, igual que su perro. Tenían mucho frío”, añade. Sucede que, aún bordeando el verano, esta ciudad del norte de Inglaterra puede alcanzar temperaturas bajo 4ºC durante las noches.
La mujer se percató de que si no actuaba, las consecuencias podían ser fatales para el hombre y su perro.
Rowland comentó que el adulto mayor le pidió llevarlo hasta su casa, pero no lograba recordar su nombre ni donde vivía. De hecho le dio tres direcciones diferentes. Así que decidió llamar a la policía para pedir ayuda y mientras tanto, invitó al hombre y su perro, cuyo nombre era Ted, a subir a su auto calefaccionado.
“Estuvimos juntos cerca de media hora hasta que la policía llegó. El anciano me pidió que Ted se sentara adelante junto a mí, mientras él se quedó en el asiento trasero. Fue maravilloso verlo tan preocupado”, describió ella, agregando que el perro estaba tan contento de ser rescatados que no dejaba de acurrucarse junto a ella.
“Era un hombre muy dulce. Fue un placer conversar con él. En cuanto a Ted… me enamoré instantáneamente”, contó Rowland en un grupo de Facebook local, que fue consignado por el diario The Northern Eco.
Luego de que la policía acudiera e hiciera una labor de búsqueda, pudieron identificar al hombre y dar con su domicilio. Incluso notificaron a Rowland, quien acudió a comprobar que sus nuevos amigos se encontraran bien.
“Logré llegar hasta la casa de Phil y pude verlos a ambos con Ted. Qué hermoso dúo. Ambos estaban muy felices y agradecidos de verme. Phil me reconoció de inmediato, así que le dije que pasaría de vez en cuando a visitarlos y nos tomaríamos juntos un café”, sentenció la mujer, cuya hazaña se viralizó y la convirtió en una pequeña celebridad local.