Comer carne humana -práctica conocida como canibalismo- no es algo aceptado por la sociedad, sin embargo, no deja de ser parte de los estudios de científicos.
Eso deriva en que existan varias publicaciones asociadas a los efectos que podría tener comer carne humana en el cuerpo de las personas. Desde el nivel de nutrición de un cuerpo humano hasta una grave enfermedad asociada a su consumo.
Kuru, la enfermedad desatada por comer carne humana
El Kuru es una enfermedad neurodegenerativa e infecciosa que se considera rara. La razón es la forma en que se contrae.
Según menciona la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos “es causada por una proteína infecciosa (prión) que se encuentra en tejido cerebral humano contaminado”.
El origen de esta enfermedad está en Nueva Guinea, específicamente en integrantes de la comunidad Fore, udonde se practicaba canibalismo de una forma ceremoniosa.
Los investigadores Michael Alpers y Shirley Lindenbaum realizaron una investigación en 1961, donde se detectó el primer caso de Kuru fue en 1900, específicamente en un hombre que vivía en la periferia de la comunidad.
Las personas comían el cerebro de sus familiares muertos como parte de un ritual funerario y en ese momento era cuando adquirían esta enfermedad, debido a que el prion o virus lento que la genera, está justamente en el cerebro humano.
Aunque esta práctica finalizó en 1960, luego se descubrieron varios casos, lo que tiene una explicación: El periodo de incubación de esta enfermedad es largo, puede durar hasta 50 años. Así, una persona puede detectarla mucho tiempo después de haberse expuesto al Kuru.
Qué genera el Kuru
Si bien es importante destacar que solo se ha encontrado en nueva Guinea, sí existe un protocolo para detectarla. Los médicos efectúan pruebas neurológicas, así como una exploración en los síntomas que genera en el paciente.
Entre las consecuencias del Kuru están los cambios en el sistema nervioso y el cerebro, de forma similar a la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno cerebral degenerativo que provoca demencia y, en última instancia, la muerte, consignó Mayo Clinic.
Según rescata La Vanguardia entre los síntomas que pueden sufrir las personas está el dolor en las extremidades, torpeza generalizada, dificultad en la coordinación, dolor de cabeza constante, problemas para tragar y temblores.
“Aparecen movimientos involuntarios anormales, como contorsiones lentas repetitivas, o espasmos rápidos de los miembros y del cuerpo (denominado coreoatetosis). Las extremidades se vuelven rígidas y los músculos presentan espasmos (denominado mioclonía)”, dice un estudio publicado en el Manual médico MDS.
“Las emociones pasan de manera alternativa y repentina de la tristeza a la hilaridad, con explosiones súbitas de risa. Los afectados por Kuru progresan a demencia y finalmente se tornan apáticos, incapaces de hablar y desinteresados con respecto a su entorno”, añaden.
De hecho, el nombre Kuru viene de uno de sus síntomas: significa en la lengua aborigen de los Fore “temblor con fiebre y frío” o “temblar de miedo”.
Una vez que se desarrolla el Kuru y aparecen los síntomas, las personas pueden vivir cerca de dos años hasta que mueren en medio de las complicaciones derivadas.
“Casi siempre (el fallecimiento es) como consecuencia de una neumonía o de una infección debida a las úlceras de decúbito (úlceras de presión)”, señala el Manual MDS.
¿Es un ser humano nutritivo?
“Cuando nos comparamos con otros animales, no somos para nada nutritivos”, señaló James Cole, un científico de la Universidad de Brighton que estudió el valor nutricional de la carne humana.
El estudio, publicado en la revista Scientific Reports, señala que el valor nutricional del ser humano es mucho mejor que el de animales como un jabalí o un castor, con una diferencia de aproximadamente 3.600 calorías por kilo, destacó National Geographic.
“Los jabalíes y los castores contenían aproximadamente 4.000 calorías por kilo de carne, frente a las míseras 1.400 calorías por kilo de un humano moderno”, dicen en NatGeo.
La investigación se basó en la comparación del ser humano con animales de presa del paleolítico, donde el humano, pese a su tamaño, no tenía un contenido calórico contundente.
Por lo mismo, Cole se pregunta por qué los humanos estaban enfermos o moribundos, privilegiaban comer carne humana.
Su tesis es que el canibalismo que se practicaba en ese periodo no necesariamente era para saciar el hambre, sino que tenía relación con otras funciones sociales.