El secuestro del hijo de Vicente Fernández, es un episodio que sigue sonando en la historia del accionar criminal de México, que no discrimina familias, menos si se trata de las más acaudaladas en ese país.
Los Fernández vivieron, precisamente, uno de los episodios más dramáticos en la vida de esta familia dedicada a la escena musical.
El crimen organizado se ensañó con uno de sus miembros. No era el más conocido por sus canciones, pero sí el primogénito de “Chente” o “El Charro de Huentitán”, el máximo exponente de la música ranchera mexicana, fallecido hace casi un año, el 12 de diciembre de 2021.
Estaban en uno de los sitios más seguros cuando su vida cambió drásticamente durante meses cuando, en medio de la fama, debieron negociar con los criminales responsables del secuestro, sufriendo el envío pruebas de vida grotescas y dolorosas, tanto para la víctima como para sus seres queridos.
La serie “El último rey” que retrata la vida de Vicente Fernández, tiene pasajes de uno de los secuestros más sonados de todo México, ocurrido hace casi 25 años.
Junior: el secuestro del hijo Vicente Fernández
El 20 de mayo de 1998, una de las propiedades de los Fernández fue el escenario de un tormentoso acontecimiento: en el rancho Los Tres Potrillos (llamado así por sus hijos Vicente, Gerardo y Alejandro), en las cercanías de Guadalajara, Jalisco, ocurrió el secuestro del hijo de Vicente Fernández, según consigna el medio mexicano La Razón.
Varios sujetos irrumpieron en el lugar y se llevaron a su primogénito de 34 años, Vicente Fernández Jr., en un golpe perpetrado por una banda dedicada al crimen organizado.
Para ese momento, nadie imaginó los detalles que saldrían a la luz décadas después, con la serie producida en suelo mexicano, en la que se habla a fondo del episodio y sus consecuencias.
Trabajadores del rancho, quienes pidieron entonces el anonimato, filtraron detalles sobre la situación al interior de la propiedad de la famosa familia de cantantes.
Tanto el secuestrado como su hermano, Alejandro Fernández, siguieron los pasos de su padre, pero una banda criminal los acechaba sabiendo lo acaudalados que eran, debido a la carrera musical del charro mayor.
Los medios de comunicación mexicanos se dedicaron a relatar la información que llegaba a sus redacciones. La conmoción por el secuestro del hijo de Vicente Fernández acaparó, por ese entonces, los titulares informativos.
Las negociaciones en medio de conciertos y la mutilación de 2 dedos
Las semanas pasaban y el secuestro del hijo de Vicente Fernández, Vicente Jr., ya era del dominio público nacional e internacional.
Los secuestradores exigieron al cantante 5 millones de dólares a cambio de respetar su vida. Los testimonios de quienes trabajaban para el cantante dieron cuenta de las intensas negociaciones que este lideró para que no asesinaran a su hijo en cautiverio.
En medio del doloroso momento, tanto Vicente como su hijo Alejandro, también conocido a nivel internacional, no detuvieron sus conciertos por México y más allá de este territorio, según los reportes de esa época.
De hecho, en la serie se relató cómo Vicente Fernández decidió dar un concierto, sólo momentos después de recibir la llamada de los secuestradores, exigiendo el pago para no matar a su hijo. Cuando este bajaba de los escenarios, volvía a las intensas negociaciones con los secuestradores.
Una jornada, ya a varios meses del secuestro, decidieron presionar al famoso haciéndole llegar dos dedos de su hijo en una caja. Contrataron a un médico para que le mutilara el meñique y el anular de la mano izquierda.
La familia supo entonces que Vicente Jr. estaba al filo de la muerte.
El secuestro del hijo de Vicente Fernández: la liberación tras millonario pago
A cuatro meses del secuestro del hijo de Vicente Fernández, las cosas estaban por cambiar tras el prolongado periodo de agonía para la víctima y toda su familia.
En septiembre de 1998, periódicos como el colombiano El Tiempo hacían eco de las publicaciones de los medios mexicanos, donde se informó de la liberación de Vicente Fernández Jr., quien pasó 121 días en cautiverio.
La decisión de la banda de secuestradores ocurrió luego de que el padre de la víctima decidió pagarles 3.8 millones de dólares en concepto de rescate. Con las negociaciones que llevó a cabo, consiguió que los criminales desistieran de exigirle 5 millones a cambio de respetar la vida de su hijo.
Durante el secuestro, como en los meses posteriores a la liberación de la víctima, los Fernández guardaron un silencio estratégico para no afectar las negociaciones e investigaciones tras la liberación del primogénito del famoso cantante.
Fue hasta casi dos décadas después que rompieron el silencio. Incluso, el secuestrado relató lo vivido en esa oscura época de su vida.
“Sabía que había un riesgo muy fuerte de morir, que el único que estaba en peligro de muerte era yo… por supuesto que jamás se olvida, pero son aprendizajes y lecciones que nos da la vida, que nos da el destino”, dijo a Univisión Fernández Jr., a la cadena de noticias Univisión, cuando se cumplieron 19 años del suceso.
Capturas y condenas tras prolongado secuestro de Vicente Fernández Jr.
¿Qué banda perpetró el secuestro del hijo de Vicente Fernández? Años después todo salió a la luz.
Se trató de una banda de crimen organizado, dedicada al secuestro, que se hizo llamar “Los Mocha-dedos”. Su modus operandi era precisamente mutilar dedos para presionar a la familia de sus secuestrados, tal como lo hizo con la de los cantantes rancheros más famosos de México y América Latina.
En 2008, 10 años después del secuestro de Vicente Jr., varios miembros de esta organización criminal fueron capturados y enjuiciados por sus crímenes. Algunos fueron sentenciados a 50 años de prisión. En la serie, se deslizó el posible involucramiento de Gerardo Fernández, hermano del secuestrado, pero la familia nunca hizo comentarios al respecto.
En una ocasión, hablando con Carlos Loret de Mola, reconocido periodista mexicano, Vicente Fernández le dijo que todo el tiempo sospechó que el jefe antisecuestros de la policía, quien estuvo a cargo de la investigación, era de los responsables de secuestrar a su hijo.
“Yo siempre estuve seguro que él estaba involucrado y después a los pocos meses lo mataron, lo dejaron como coladera”, aseguró en 2010.
Por su parte, la víctima y sobreviviente del secuestro se ha mostrado, a lo largo de los años, optimista tras el impactante episodio que debió vivir.
“Siempre lo que no te mata más fuerza te da y yo nunca me he rendido en nada. Siempre he sido muy seguro de mí y creo que son pruebas que mandan de arriba y las mandan a los que las podemos pasar”.