Se trató de un caso policial bastante extenso en Estados Unidos. En concreto, la mujer fingió su secuestro para tener un amorío con su expareja y cobrar un monto de dinero.

Una estadounidense llamada Sherri Papini fue condenada a 18 meses de cárcel y pagar una fuerte multa por haber fingido su propio secuestro en 2016. En ese entonces la condenada incluso mintió al FBI, por lo que recibió más de 30 mil dólares en fondos de compensación.

De acuerdo al reporte de CNN, en el fallo actual de la corte en California se determinó además una multa de 300.000 dólares por concepto de indemnización.

Papini se había declarado culpable de haber planeado su secuestro y haber dado testimonios falsos a las autoridades en abril pasado.

Los hechos de Sherri Papini

Para entender el caso hay que ir hasta noviembre de 2016, cuando la mujer dejó su casa en la ciudad de Sacramento y no volvió en un lapso extenso de tiempo.

En ese momento familiares interpusieron una denuncia por desaparición, por lo que el caso comenzó a ser investigado por la autoridades. Fue encontrada tres semanas después con vida, llena de heridas y a 225 kilómetros de su casa.

En su primera declaración Sherri Papini indicó que había sido secuestrada por dos mujeres que hablaban español, quienes la mantuvieron retenida en un armario, la amenazaron con un arma y le marcaron su cuerpo con un fierro caliente.

Conocido el caso el FBI inició investigaciones para dar con el paradero de las supuestas captoras, pero en 4 años no obtuvo resultados. En ese tiempo ella recibió la compensación monetaria.

Debido a esto, el ente comenzó indagatorias hacia la presunta víctima, debido a que algunos relatos que había aportado eran contradictorios.

Luego de unos meses, pruebas de ADN determinaron que las heridas en su piel había sido provocadas por ella misma, por lo que la tesis del secuestro comenzó a descartarse.

Además, revisando los registros telefónicos descubrieron que ella había pasado todos esos días en casa de su exnoxio, con quien tuvo un amorío.

Hay que señalar que Papini se mantuvo firma en su historia por varios años, incluso sabiendo que engañar a las autoridades era un delito grave. Finalmente, no tuvo más escapatoria que confesar el crimen.