Así como abundan brillantes ejemplos de paternidad a lo largo de la historia y la literatura, sus opuestos radicales son prueba del complejo vínculo que a veces surge entre padres e hijos. Aquí, un repaso por seis malas (y terribles) experiencias de paternidad que repercutieron en la historia y la cultura.
Marvin Gay Senior
La crianza del reverendo Marvin Pentz Gay fue siempre descrita con dureza por sus hijos, especialmente por el primogénito, el célebre cantante y productor estadounidense Marvin Gaye, quien incluso agregó una “e” en su apellido para distanciarse de él.
Su hija Jeanne lo perfiló como un “rey todopoderoso y cruel”, especialmente con su tocayo, enumerando maltratos físicos y psicológicos. El 1 de abril de 1984, luego de una larga discusión familiar, el reverendo disparó y mató a Gaye Jr. con un arma que el cantante le había comprado.
Gengis Kan
No hay claridad sobre la cantidad de hijos que tuvo Gengis Kan, aunque se estima que fueron cientos. Un estudio de 2003 señaló que el 8% de los hombres en 16 poblaciones asiáticas (y el 0,5% de los hombres en todo el mundo) eran descendientes del conquistador mongol.
A la gran mayoría de sus hijos nunca los conoció. Se estima, según el portal de ABC, que causó más de 40 millones de muertes. Sus herederos continuaron con su plan de conquista por Europa del Este, Medio Oriente y China. Su último descendiente gobernante, al menos oficializado, fue depuesto en 1920.
Hermann Kafka
En una carta de 100 páginas, fechada en 1919, Franz Kafka describió años de abusos emocionales e intimidación que su padre, Hermann Kafka, ejerció sobre él en pasajes clave de su vida.
A pesar de que la misiva nunca fue enviada, “Carta al padre” pasó a la historia como un texto fundamental de su bibliografía, y como una reflexión radical sobre la relación padre-hijo.
“Es desagradable escuchar a padre hablar con constantes insinuaciones sobre lo afortunada que es la gente hoy en día y los padecimientos que hubo de soportar él en su juventud. Nadie niega que durante años, por falta de ropa de abrigo, tuviera llagas abiertas en las piernas, que pasara hambre ni que con apenas 10 años tuviera que empujar un carro de pueblo en pueblo. (…) ¿Sólo porque no he pasado por esas mismas penalidades debo estarle eternamente agradecido? Y estaría encantado de oírle hablar largo y tendido de su juventud y sus padres, pero escuchar todo esto en tono arrogante y belicoso es un tormento”, escribió Franz Kafka en la carta que recoge el portal de Milenio.
Pablo Neruda
Malva Marina, la hija de Pablo Neruda nacida en 1934 con hidrocefalia, falleció a los ocho años de edad luego de una vida marcada por el distanciamiento con su padre, el futuro Premio Nobel, a quien vio por última vez en Montecarlo cuando este aún era esposo de Maria Hagenaar Vogelzang, en 1936.
Los últimos días de Malva fueron pobres y trágicos. Tras el abandono de Neruda, ella y su madre se instalaron en Holanda, en Gouda, donde la niña pasó al cuidado de una familia cristiana tras periodos de miseria y necesidad económica. El 2 de marzo de 1943 Malva Marina falleció en la ciudad holandesa.
Parte de dicha historia es narrada e investigada en la biografía “Neruda: el llamado del poeta” (HarperCollins, 2018), a cargo del norteamericano Mark Eisner.
Alois Hitler
Se trata nada menos que del padre de uno de los líderes políticos más polémicos y malvados de la historia, Adolf Hitler.
El futuro líder Nazi nació del matrimonio de Alois y su sobrina Klara. Desde los inicios, la relación entre ambos fue mala y distante. Se dice incluso que el hombre se avergonzaba del talento que su hijo tenía para las artes.
Las golpizas e insultos fueron algo común en la infancia de Adolf, quien se revelaba contra el autoritarismo de su padre. Alois quería que su hijo fuera funcionario de aduanas, como él, mientras que el niño quería ser artista. Pésima combinación.
Ian Kershaw, historiador británico y escritor de una de las biografías del líder nazi, explica que el pequeño era el principal blanco de sus enfados cuando llegaba a casa, por lo que frecuentemente lo castigaba.
Décadas después del fin de la guerra, Paula Hitler, hermana del dictador, declaró en muchos libros que las palizas de Alois a sus hijos eran cosa de cada día. Estas incluían azotes con cinturones, golpes de puños en la cara, palmetazos en el trasero e incluso patadas.
Es muy probable que el carácter maligno de Hitler se haya forjado en aquella dura infancia, marcada por la violencia.
Murry Wilson
Sabida es la severidad que Murry Wilson, representante y padre de los hermanos Carl, Dennis y Brian Wilson, embrión de The Beach Boys, ejerció sobre sus hijos y no sólo durante la primera etapa de la banda, cuando ofició de mánager.
Los maltratos, físicos y psicológicos, fueron habituales durante la niñez de los Wilson y afectaron en particular al célebre compositor. A mediados de los sesenta, con todo ese historial familiar y personal a cuestas, Murry fue despedido de su rol luego de fallidas maniobras comerciales.
Parte de dicha historia se cuenta en el filme biográfico “Love & Mercy” sobre Brian Wilson. En la trama, el padre es interpretado por Bill Camp, mientras que el rol del músico recae en John Cusack y Paul Dano.
Vissarión Dzhugashvili
A simple vista su nombre no dice mucho, pero si te contamos que es el padre de Iósif Stalin la situación cambia por completo.
El historiador Simon Sebag Montefiore, autor de uno de los libros biográficos del líder soviético, explica que Vissarión era un hombre que buscaba que sus clientes le pagaran su trabajo como zapatero con botellas de vino, por lo que generalmente llegaba a casa borracho a violentar a sus parientes.
Las golpizas hacia su hijo eran recurrentes y el niño vivía en constante estado de angustia y ansiedad por enfrentarlo por las noches. Su madre solía defenderlo cuando el hombre arremetía contra él, aunque generalmente esto le costaba también ser golpeada.
Pero, ¿de dónde venía todo este odio? Por esos años Vissarión Dzhugashvili vivió con la idea de que su mujer le había sido infiel con otro hombre del pueblo de Gori, por lo que consideraba que Joseph no era hijo suyo y lo trataba de “bastardo”.
Un día el hombre dio una golpiza tan grande al niño que éste llegó a orinar sangre. En aquel momento, su madre se dio cuenta de que debía abandonarlo, debido a que la vida de ambos peligraba.
Según narra Montefiore, antes que eso ocurriera el pequeño Stalin atacó una vez a su padre con un cuchillo. Si bien no le provocó daño alguno, aquella fue la única advertencia del menor hacia su progenitor. Tras eso, nunca más se volvieron a ver.